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—No hay nadie aquí —Kai murmuró con el ceño fruncido y se alejó de la ventana de la que, según Chen, debía ser la habitación de Kyungsoo.

—Tal vez está con Chanyeol, Tao dijo que eran muy unidos —Chen sugirió. Y Kai gruñó algo inteligible. Kyungsoo mencionaba muy seguido a Chanyeol. No podía evitar sentirse un poco celoso, aún si eran parientes cercanos—. ¿Vamos?



—Sé que no quieres que venga —Kyungsoo dijo suavemente—. ¿Pero cuánto tiempo más vas a seguir ocultándote aquí?

Chanyeol se quedó en el rincón de su cama dentro de su habitación, había tapado las ventanas con telas oscuras y Kyungsoo apenas y podía distinguirlo a través de la luz que entraba por la puerta semiabierta.

—Dime qué puedo hacer para ayudarte —Kyungsoo pidió con preocupación.

—Ven aquí —Chanyeol habló por fin.

El vello de Kyungsoo se erizó por completo. Su instinto le advirtió que se alejara de esa voz tan fría y gutural, que ese ya no era su primo, pero Kyungsoo realmente lo quería, eran casi hermanos, no lo abandonaría aunque la extraña enfermedad por la que pasaba fuera contagiosa. Caminó lentamente dentro de la habitación y se arrodilló frente a la cama. 

—Dime —Kyungsoo susurró.

La puerta cerrándose por sí misma lo hizo dar un salto. Su corazón estaba retumbando sin control dentro de su pecho, su cuerpo se había helado por completo, nunca había sentido tanto miedo. Cuando la oscuridad los absorbió tuvo frente a él un par de hipnotizadores ojos rojos.

Los ojos escarlata desaparecieron y una fuerza que no pudo comprender lo levantó del suelo y lo empujó, llevándolo a trompicones hasta la pared más alejada de la puerta. La oscuridad no lo dejaba divisar nada, pero sentía un cuerpo enorme alzándose frente a él. Una respiración pesada lo golpeó en el rostro mientras su cuello era apretado por una mano con poca fuerza.

—Chanyeol... por favor —pidió Kyungsoo intentando quitar de su cuello la mano fría que lo sostenía. 

Chanyeol se inclinó sobre el cuerpo que aprisionaba contra la pared, atraído por el olor y el pulso del humano, y presionó sus labios sobre la cálida piel. 

—Idiota, soy tu primo... —Kyungsoo intentó empujarlo aunque ahora le temía—. No puedes...

La puerta se abrió de golpe dejando entrar la luz, pero Chanyeol no soltó el cuello de Kyungsoo, si acaso lo presionó aún más.

Suéltalo.

Una voz fría y demandante resonó en la habitación que de pronto se había llenado con el aroma de alguien extremadamente tóxico para Chanyeol.

Kyungsoo estaba atrapado entre el cuerpo de su primo y la pared por lo que no podía ver quién acababa de entrar, pero ese gruñido no había sonado muy humano. Joder. ¿Qué estaba pasando?

—¡Fuera de aquí! —Chanyeol rugió a quien fuera que estuviera detrás de él.

—Por favor, Chanyeol ¿te has vuelto loco? —Kyungsoo murmuró intentando atraer la atención de su primo. ¿Quién era esa persona que gruñía dentro de la habitación?

MONSTRUOS En La CiudadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora