🎃🎃🎃🎃🎃🎃🎃

975 104 85
                                    




El mundo se había vuelto extraño. Kris frunció su ceño y lo preguntó una vez más.

—¿Egiptología?

—Sí —Tao respondió de nuevo.

—¿Eso es lo que dice ahí?

Zitao suspiró con cansancio y asintió por tercera vez.

—Eso es lo que dice. Además explica todos los beneficios del estudio de la antigua cultura egipcia.

—Acabas de llamarme antiguo —Kris señaló.

—Llamé antigua a tu cultura, tú te conservaste bien. Mejor que las momias en televisión. Por cierto, deberías aprender a leer.

Kris estaba consternado, el nuevo mundo era demasiado. La nueva habitación de su novio era un poco más grande que la de su casa, pero ahora tenía que compartirla con un extraño. El pobre sujeto ya parecía un muerto en vida con tanto hechizo que ponía sobre él. Otro inconveniente era que habían demasiadas personas a su alrededor y ya empezaba a sentir que sus hechizos se volvían débiles. También debía llevar gafas oscuras todo el tiempo, para que la horda de jóvenes universitarios de distintas nacionalidades que andaban por ahí no notaran su extravagancia.

—Quisiera ir a una de esas clases —Kris pidió, con sus ojos fluorescentes clavados en los oscuros de Zitao.

—Si quieres —el humano murmuró adormilado, dejándose envolver por el hechizo.

Kris cerró sus ojos, apretándolos con fuerza y Tao parpadeó, recuperando el dominio de su mente.

—Perdona, es... —Kris balbuceó, aún sin mirarlo—. A veces no puedo controlarlo.

—Mientras no lo uses para aprovecharte de mí está bien —Zitao murmuró intentando no mirarlo.

—¿Aprovecharme de ti? —Kris elevó su mirada hasta dar con las mejillas coloradas del humano, entonces comprendió a lo que se refería y sonrió ladinamente—. No haría tal cosa —afirmó y luego atrajo su rostro con dos dedos de su mano—, especialmente porque tú lo deseas.

Tao iba a protestar pese a que Kris tenía razón. Siendo completamente objetivos, ¿quién podría sobrevivir a los besos expertos del egipcio y a los ágiles roces de sus dedos sin llegar a desear más? Por supuesto que Zitao, como el débil humano común y corriente que era, no. Él deseaba mucho más, pero en el fondo temía que las cosas no salieran bien.

—Después —el humano murmuró, necesitaba más tiempo. 

Kris se inclinó sobre su rostro y atrapó sus labios en un beso lento que le robó un tembloroso suspiro.

—Después —concordó en un suave murmullo. Besó sus mejillas y lo dejó solo en la habitación.



Pese a que Suho era invisible, no la estaba pasando mejor que Kris. Había demasiados estudiantes por ahí y constantemente notaban su presencia; especialmente cuando le pisaban sus ya doloridos pies.

—Algunos han empezado a creer que sufro esquizofrenia —Lay murmuró con una sonrisa que dejaba claro que aquello no le preocupaba.

El invisible, muy por el contrario, lucía muy preocupado —aunque nadie pudiera verlo—. Cielo santo, tenía que hacer algo para revertir su invisibilidad antes de que a Lay se lo llevaran a un manicomio por creer que hablaba solo. Antes de quedar atrapado en el castillo, Suho había estado tan cerca de lograrlo. Si no hubiera perdido sus libros en aquel maldito pueblo...

MONSTRUOS En La CiudadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora