Capítulo XI

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La luz del sol me da en la cara. El día se me vino encima y ni cuenta me di. Qué bueno que trabajo por mi cuenta y no estoy atado a horarios.

Después de desperezarme y me levanto al baño. Una buena ducha para terminar de despertarme para luego preparar el desayuno. Tengo ganas de un desayuno criollo.

Al rato estoy sentado comiendo dos buenas arepas con revoltillo, mantequilla, queso de mano y café con leche «¡Desayuno de Campeones, compadre!» Si, como bastante. Mido 1.88m, ni pensar que esta altura se mantenga con ilusiones.

Son las 8:47am según el reloj de la sala. Al terminar de comer voy al cuarto y me visto. Camisa blanca, traje negro, corbata gris oscura, zapatos clásicos negros. Es costumbre vestirme de traje los lunes y viernes. Tomo mi reloj Casio formal. Enciendo mi móvil, cojo mi portafolio y salgo del apartamento.

A las 9:50am ya me encuentro en Seguros Universal y me dirijo al ascensor luego de saludar a los vigilantes.

- ¡Hombre Damián! ¿Cómo estás? –Escucho al entrar al ascensor. Me doy cuenta que es un amigo.

- ¡Robert! Estoy muy bien ¿Y tú? –Le doy la mano y un abrazo - ¿Cómo te va en la Sucursal San Antonio?

-Ahora estoy muy bien... Hasta el viernes estuve en San Antonio. Tuve varios inconvenientes con esa gente y solicité el cambio a esta torre. En la Principal todo es mejor ¿No?

-Desde mi perspectiva sí. Recuerda que soy Corredor, por lo que no conozco todo el proceso interno de la Empresa. Además de que no trato mucho con el Departamento Legal. ¿Aun sigues ejerciendo como Abogado de Asesoría Jurídica?

-Si claro. De hecho, para acá vengo al mismo cargo. Voy subiendo al piso 15 para presentarme al trabajo ¿Tú a dónde vas?

-Me quedo aquí en el piso 5. Tengo que hacer unas cosas en la Gerencia de Reclamos –Salgo del ascensor –Quizás te de una vueltica antes de irme.

-Dale Damián. Te espero por allá.

Voy directamente a la oficina de Dorothy. Quiero saludarla antes de reunirme con Jean Carlos.

Que sorpresa encontrarme a Robert Urrieta por acá. No lo veo desde hace unos meses que fui a la Sucursal San Antonio a finiquitar unas contrataciones. Recuerdo que para aquel momento tuve que asesorarme con él con respecto a unas cláusulas en el contrato.

Es casi de mi estatura, quizás 5cm menos. Piel blanca, cabello negro corto, ojos café oscuros y buen porte. Probablemente lo invite cuando vaya a salir con Mark. Los dos tienen la misma edad así que podría ponerlos a valer en Hipocampo.

«Yo y mi empeño por sobreproteger a los que me agradan»

-Dam, mi vida ¿Cómo estás?

Dorothy se levanta de su asiento y me saluda con un cálido abrazo. Tiene un aura tan agradable que alegra el día de cualquiera.

-Muy bien mi Doro. Preparado para esta semana que va a estar algo agitada ¿Tu qué tal?

-Excelente. Tengo unas cosas que contarte. Siéntate –Al tomar asiento levanta el teléfono –¿María podrías traernos un par de tazas de café para el Licenciado Ferreira y para mí?... Gracias.

-Toda una ejecutiva... Que bella te ves siendo jefa –Sonrío –Ahora, cuéntame ¿Qué tal ese fin de semana?

-Empecemos por el principio... ¿Cómo quedó todo con Elise? ¿Firmó el contrato?

-Sí... Fue todo un proceso, pero terminó firmando. Por eso debo reunirme con Jean Carlos hoy.

- ¡FELICITACIONES DAM! –Se levanta corriendo y me da un fuerte abrazo –¡Me alegra muchísimo! Sé que ese negocio es súper importante para ti. Es tu catapulta para el siguiente nivel de tu carrera como Corredor de Seguros.

Aún no lo sabes... Pero serás míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora