Subimos hasta el apartamento y abro la puerta lentamente.
-Bueno señores y señoritas... Bienvenidas a Las Vegas.
- ¿Las Vegas? –Pregunta Dorothy.
- ¿No has escuchado lo que dicen de Las Vegas mi Doro?
Mi pregunta la deja pensativa. Y no es la única.
Los demás se miran entre ellos, esperando que alguno sepa a lo que me refiero.
-Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas, Licenciado.
Me desconcierta escuchar que Jeremías es quien contesta mi pregunta.
Cada vez me convenzo de que esa personalidad fría y seria solo es una cobertura para alguien más como... yo.
-Exactamente... Pasen adelante y asegúrense de no hacer desastre.
- ¿Entonces para qué carajo nos dices "Biinvinidis i Lis Vigis" si no podemos hacer nada? Ridículo –Antonella siempre tan elocuente.
- ¡Pero déjame terminar mujer! Asegúrense de no hacer desastre... sin invitarme. Como su anfitrión exijo firmemente participar en todas las cochinadas que vayan a hacer... pequeños perversos.
Nos reímos un poco.
Al entrar despejo un poco la sala para que haya lugar para que todos nos sentemos.
Coloco un poco de música y voy al mini bar para coger la botella de Vodka y la granadina.
Quiero prepara algo dulce.
En la cocina empiezo por mezclar el Vodka con un coctel de frutas que guardaba en la nevera, y por supuesto, la granadina le da el toque perfecto que le hace falta.
Siento que me abrazan por la espalda.
-Qué bonito apartamento... para ser hombre eres bastante ordenado.
Sonrío al voltear y ver a Antonella.
Se nota que aún no conoce el peligro que representa quedarse a solas conmigo en mi propia casa.
-Gracias por el cumplido. Trato de mantener mi pequeña cueva lo más presentable posible. Uno nunca sabe quién puede venir...
-Menos mal que lo tenías arreglado hoy... Imagínate que nosotros hubiésemos llegado y este apartamento estuviese todo desarreglado. El bochorno...
Suelto una carcajada, acaricio su rostro y continúo preparando la bebida.
- ¿De qué te ríes Damián? ¿Dije algo chistoso? –Pregunta frunciendo el ceño.
-Mi vida hermosa... -Le doy un vaso lleno con lo que acabo de preparar –Piénsalo... ¿De verdad crees que ustedes están aquí por simple casualidad?
Se sorprende totalmente.
- ¿Lo tenías planeado desde el principio?
- ¿Me ayudas a llevar esa jarra de vidrio que tiene la bebida? Yo me encargo de los vasos y el hielo.
-No me cambies el tema Damián.
Sonrío y la miro fijamente.
-Nos estamos conociendo ¿No? –Me acerco, dándole un beso en la mejilla –Entonces pon más atención para que puedas darte cuenta de qué es casualidad y que ocurre porque yo lo quise.
-Te tomaré la palabra. Vamos a ver quién de los dos es más misterioso.
-Cuidado señorita Antonella. Me tomo los retos muy a pecho. Ven, salgamos a llevar esto porque ya nos deben estar esperando.
ESTÁS LEYENDO
Aún no lo sabes... Pero serás mía
RomansaDamián Ferreira es un joven Licenciado de 25 años, quien vive en Caracas-Venezuela y se desempeña como Corredor de Seguros. No es el típico hombre multimillonario que lo tiene todo y sólo vive para darse gustos. Por el contrario, lucha sin cansancio...