Capítulo XXI

227 30 1
                                    

Subimos hasta el apartamento y abro la puerta lentamente.  

-Bueno señores y señoritas... Bienvenidas a Las Vegas.

- ¿Las Vegas? –Pregunta Dorothy.

- ¿No has escuchado lo que dicen de Las Vegas mi Doro?

Mi pregunta la deja pensativa. Y no es la única.

Los demás se miran entre ellos, esperando que alguno sepa a lo que me refiero.

-Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas, Licenciado.

Me desconcierta escuchar que Jeremías es quien contesta mi pregunta.

Cada vez me convenzo de que esa personalidad fría y seria solo es una cobertura para alguien más como... yo.

-Exactamente... Pasen adelante y asegúrense de no hacer desastre.

- ¿Entonces para qué carajo nos dices "Biinvinidis i Lis Vigis" si no podemos hacer nada? Ridículo –Antonella siempre tan elocuente.

- ¡Pero déjame terminar mujer! Asegúrense de no hacer desastre... sin invitarme. Como su anfitrión exijo firmemente participar en todas las cochinadas que vayan a hacer... pequeños perversos.

Nos reímos un poco.

Al entrar despejo un poco la sala para que haya lugar para que todos nos sentemos.

Coloco un poco de música y voy al mini bar para coger la botella de Vodka y la granadina.

Quiero prepara algo dulce.

En la cocina empiezo por mezclar el Vodka con un coctel de frutas que guardaba en la nevera, y por supuesto, la granadina le da el toque perfecto que le hace falta.

Siento que me abrazan por la espalda.

-Qué bonito apartamento... para ser hombre eres bastante ordenado.

Sonrío al voltear y ver a Antonella.

Se nota que aún no conoce el peligro que representa quedarse a solas conmigo en mi propia casa.

-Gracias por el cumplido. Trato de mantener mi pequeña cueva lo más presentable posible. Uno nunca sabe quién puede venir...

-Menos mal que lo tenías arreglado hoy... Imagínate que nosotros hubiésemos llegado y este apartamento estuviese todo desarreglado. El bochorno...

Suelto una carcajada, acaricio su rostro y continúo preparando la bebida.

- ¿De qué te ríes Damián? ¿Dije algo chistoso? –Pregunta frunciendo el ceño.

-Mi vida hermosa... -Le doy un vaso lleno con lo que acabo de preparar –Piénsalo... ¿De verdad crees que ustedes están aquí por simple casualidad?

Se sorprende totalmente.

- ¿Lo tenías planeado desde el principio?

- ¿Me ayudas a llevar esa jarra de vidrio que tiene la bebida? Yo me encargo de los vasos y el hielo.

-No me cambies el tema Damián.

Sonrío y la miro fijamente.

-Nos estamos conociendo ¿No? –Me acerco, dándole un beso en la mejilla –Entonces pon más atención para que puedas darte cuenta de qué es casualidad y que ocurre porque yo lo quise.

-Te tomaré la palabra. Vamos a ver quién de los dos es más misterioso.

-Cuidado señorita Antonella. Me tomo los retos muy a pecho. Ven, salgamos a llevar esto porque ya nos deben estar esperando.

Aún no lo sabes... Pero serás míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora