Capítulo XIX

259 24 0
                                    

-Damián... ¿Me acompañas al balcón un momento? –Jean Carlos se levanta de su lugar.

-Claro hermano. Así aprovecho para fumarme un cigarro.

Lo noto algo preocupado.

¿Qué le estará ocurriendo?

Caminamos hacia afuera y enciendo mi cigarro.

-Cuéntame JC ¿Para que soy bueno?

-Para envolver a las mujeres y terminar cogiéndolas, pero no te quiero hablar de eso.

Suelto una carcajada. Desgraciado calvo ocurrente.

-Algo te pasa... Te conozco Jean. Cuéntame con confianza.

-Tengo novia, hermano.

-Ya va ¿Qué? –La sorpresa es increíble - ¿Novia, novia? ¿Mujer?

-Si...

-Bueno... Yo sé que tú eres bisexual, pero ¿No eres más inclinado hacia los hombres?

-Exacto... y es por eso que necesitaba hablarlo con alguien.

- Empieza entonces pajuo, que para mañana es tarde.

-Idiota... Aja, te explico. A pesar de mi edad, siempre he sido muy apegado a mi familia, y fue un choque muy grande cuando les presenté a mi novia.

- ¿Que tú qué? –No puedo ocultar mi cara de impacto - ¿Me estás diciendo que tienes novia y ya hasta la presentaste formalmente a tu familia? ¿Desde cuándo están juntos?

-Somos novios desde hace un mes.

Frunzo el ceño al mirarlo.

¿Un mes solamente?

-Pero no pongas es cara Damián... Déjame explicarte bien. Se la presenté a mi familia porque mi hermana llegó un día a mi casa de sorpresa y ella estaba allí, en trapos menores. No podía presentarla como amiga. Y todo se convirtió en una cadena.

- ¿Cadena? Cadena es la que te acabas de poner con esa caraja... Prosigue que no me gusta la intriga del momento.

-Mi familia, específicamente mi mamá y mi papá, conocen mi inclinación sexual desde hace años. Sin embargo, nunca han perdido las esperanzas de que, por arte de magia, me vuelva totalmente hetero.

-Imposible... primero terminas siendo homo que hetero. Tú llevas lo mariquito en las venas.

-Verga Damián, estoy hablando en serio –Frunce el ceño.

-Yo también... No es mi culpa que de la parrilla prefieras comerte primero el chorizo y después la pechuga.

-Eres un bastardo...

-Ya relájate –Sonrío y le doy una palmada en el hombro –Ya me conoces. Ahora sigue contándome.

-Aja... Como mi hermana no se guarda nada, pues les contó y se entusiasmaron. Me vi en la obligación de llevarla a la casa de mis padres.

-Y ahora tienes la preocupación de no saber qué hacer, porque no ibas tan en serio con la tipa ¿O me equivoco?

-Exactamente hermano...

-Naaaah... No te preocupes Jean. Hay situaciones que nos obligan a tomar decisiones apresuradas. Sinceramente, estoy seguro que al final esa chica y tu van a terminar... Te conozco y sé que no te van bien las cosas impuestas, así que vive lo que tengas que vivir con ella y cuando te sientas que esa relación llegó a un punto muerto, dale las gracias y adiós...

Aún no lo sabes... Pero serás míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora