4 días, 4 putos días sin saber de él, no sé qué está haciendo, me mata no hablar con él, reírnos juntos, salir juntos.
Estos últimos días me ha llamado, enviado mensajes, ir a mi casa pero siempre las luces están apagadas y pretendo no está mientras mi corazón se destruye al verlo ir.
Me aleje de todos, los amigos que hice que en teoría son de TaeHyung y si lo hubiera conocido a él no lo hubiera conocido a ellos, me llamaron para ver si iría a la piscina a la que me habían invitado pero me negué sabía que allí estaría TaeHyung, me habían invitado a ver películas, salir, comer, divertirme pero me negué.
Me he vuelto más cerrada, no he comido nada, Amber y sus putas amigas se burlan más de mí y ya comenzaron las bromas sin piedad, he faltado los últimos dos días copiando una excusa falsa diciendo que estoy enferma.
No me he vuelto a cortas desde aquella noche, la promesa que le hice a TaeHyung retumba en mi cabeza, es gracioso que aún lo pueda sentir junto a mí y es como si su espíritu fuera difícil de borrar.
Me he quedado dormida llorando mientras pienso en él, tengo una grieta en mi corazón. “quizás era lo mejor” o quizás no.
Me obsesiono fácilmente como lo hice con Jin, pensé en tener alguna distracción para olvidar mi miserable vida y no quiero que eso me pase con TaeHyung. Los libros son mi nueva adicción me devoro uno tras otro, no salgo de mi cuarto y he reducido mis horas de sueño, mi madre no pregunta por nada ni espero que lo haga, quiero estar sola y posiblemente lo esté hasta la muerte.
Hoy es uno de los días en que decido quedarme en cama todo el día, soy un desastre y una horrible persona, no merezco que nadie me vea.
Me quedo dormida con TaeHyung en mi mente.
Mi celular suena y al ver que es un número desconocido contesto.
||¿Hola|| voz somnolienta.
||¡______!|| gritan desde la otra línea dejándome sorda ||¡Que pretendes! ¡¿Matar a TaeHyung?! Sabes lo destrozado que esta ¡CONTESTA! ¡Porque hiciste una estupidez como esa! ¿Es que acaso vas a vivir de lo que la gente diga!||
Colgué inmediatamente, NamJoon tenía razón y el solo oír que me decía la verdad no lo soporte. Me hundí en mi mundo de dolor y soledad a llorar como suelo hacer, huir de mis problemas en vez de enfrentarlos.
A la mañana desperté con mis ojos hinchados de tanto llorar una lagrima más y mis ojos explotarían, me di una ducha fría no me importo el clima.
Me coloque lo primero que encontré y baje por el mismo desayuno de ayer, cereal.
-Hola cariño- saludo mi madre.
-Hola Ma-
-¿Hoy tampoco iras a la escuela?-
-No me siento en condiciones-
-Tengo una reunión en la tarde ¿Puedes venir conmigo?-
-¿Es obligatorio?
-Si-
-Ok-
-Pasare a las cinco espero que estés lista-
-Bien…-
Se marchó, Qué interesada ¿No?. En fin termine el libro que deje a medias ayer.
El sueño me venció y las palabras no podía distinguirlas, caí rendida en el sofá.
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Eran las cuatro pasadas cuando me desperté, tome un yogurt con una galleta de chocolate de la nevera, mi apetito se despertó al verla toda repleta de seguro Annie hizo la compra.
Me prepare pollo frito con algunas papitas, tome galletas con crema de maní, macarrones que fácilmente los prepare en el microondas y helado de chocolate.
Sacie todo mi apetito de estos días mientras veía la televisión, se hicieron las cinco y sabía que mi mama nunca llegaba temprano así que no me preocupe y termine con mi comida deje todos los platos en la cocina y subí a darme una ducha.
No le había preguntado en qué consistía la reunión pero me imagino que sería una de sus finísimas, costosas y elegantes reuniones donde fingiríamos ser la familia feliz.
