Cerré los ojos para evitar que me regañara, ya me esperaba su voz gritándome como solía hacer mi madre. Pero en vez de eso sentí un beso en mi frente y luego se paró.
Me lo imaginaba todo en mi mente, caminando hacia cualquier lado de la casa y luego regreso, abrí los ojos para ver de qué se trataba.
Un botiquín.
Tomo un algodón y lo humedeció con alcohol. Miraba todos sus movimientos como una niña mientras le preparan una deliciosa comida.
Me tomo de la mano y estiro suavemente mi brazo hacia su pierna y con cuidado paso el algodón por mis heridas.-Te duele-
-No…-Siguió con lo suyo sin apartar su mirada de su trabajo y yo observando cada centímetro de su rostro, su cabello rubio desordenado y su piel sin ninguna imperfección y sus ojos. Su nariz, su boca…
¡Basta!
Me estremecí y baje mi cabeza mirando una interesante mancha del sofá, no muy notoria. Es cómico aun por más pequeña e irreconocible que fuera se puede diferenciar del resto, como yo.
-Acabe-
Mire mi brazo vendado.
¿Tan grave fue?. Recogió el botiquín y en unos segundos volvió junto a mí.-Estas bien-
-Eso creo-cubrí la venda con la manga de mi suéter.
-Solo pido una cosa-me encontré con su mirada –No lo vuelvas hacer-
-No tiene nada de malo-
-Ahora lo vez así, luego se convertirá en una adicción que te consume poco a poco hasta que todo tu cuerpo este lleno de cortadas luego te suicidaras y eso me romperá en dos, segura que no tienes más o ya lo has hecho-
Negué –es la primera vez, lo vi en la televisión y sabes…-Me miro curioso –Ella disfrutaba de esto y era una salida a sus problemas y quise intentarlo, y me funciono…-susurre muy muy bajo.
Maldita sea me escucho.
-No me gusta saber que te allá gustado-me abrazo –Podrías dejar de hacerlo- suplica
-Solo si me contestas una pregunta-
Si, voy a sacar provecho de esto.
-¿Cuál?-
-¿Porque si llegara a morir te romperías en dos?-
-Porque no puedo vivir en un mundo donde tú no existas-Su respuesta es tan rápida y fluida, eso quiere decir que es. Verdad.
-En serio-
No rompas en llanto, ¡no frente a el!.
-Lo digo de todo corazón-lleva su mano a su pecho.
Me mato.
-Lo prometo-Brindo una sonrisa sincera y me da un cálido abrazo. Descanso en su hombro y me relajo por completo.
-Estoy estorbando aquí-
Nos separamos de golpe y me encontró a un Suga somnoliento despierto.
-Escuchaste todo-pregunto tímida.
-No del todo-Se levanta y restriega sus ojos.
-Sigan con lo suyo-
Se pierde en las escaleras y TaeHyung corre de nuevo abrazarme. Me rio y le respondo el abrazo.
-Porque no tratas de defenderte-
-A que te refieres-me separo un poco
-Intenta decirle algo-
-¿Cómo qué?-
-Emmm… que es una maldita perra ¿Eh?-
-Tratare-
Suspiro porque sé que es mentira y no hare el mínimo esfuerzo.
-No lo intentaras-se deja caer en el sofá.
-Como lo sabes-
-Lo leo en tu mirada-
-Lo are solo una vez a ver que resulta-
-Cuando ese día llegue vienes corriendo hacia mí y me lo cuentas todo-
-Quieres que haga eso- asiente –No soy de esas chicas que se emocionan por una bobada-
-No es una bobada, es un gran paso-Señala con el dedo índice.
-Está bien-
-Con el meñique?-me lo extiende y lo acepto.
-A veces creo que eres un niño encerrado en el cuerpo de un hombre-
-Me gustan los leones, ¿Quizás un león?-Rio ante su comentario, por eso me gusta pasar mi tiempo con TaeHyung es tan distinto a mi. Somos polos opuestos que se unen entre sí, como la sal y la pimienta ambos distintos pero necesarios, somos tan nosotros.