Primera casa juntos

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Notas:

Hola a todos, lamento mucho la demora... pero he tenido varías cosas que resolver y hasta ahora no había podido finalizar el capítulo.

Ya no queda nada para que esto termine... eso me pone bastante triste porque le tengo mucho cariño a esta historia. Una vez publicado este capítulo quedan exactamente tres para el final (y un pequeño "epílogo")

Sin más, espero que disfruten de este capítulo y nos leemos en el próximo.

INFORMACIÓN IMPORTANTE AL FINAL DEL CAPÍTULO .

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Una casa con jardín para poder tener un perro. Eso era lo que Miguel le había pedido. Y ahí estaban mirando una casa de tamaño considerable con un hermoso jardín lleno de verde y flores, y como olvidar al agente inmobiliario que se había encargado de armar un gran recorrido por distintas casas en venta.

— ¿Esto es lo que querías?— Hiro se quedó viendo a su novio el cual inspeccionaba la casa de arriba a abajo.

—No. — El moreno negó con la cabeza.

—Miguel, esta es la décima casa que vemos. — Hiro ya estaba perdiendo la poca paciencia que tenía.

—Pero tengo que elegir una que sea perfecta, — el moreno hizo un puchero que a Hiro se le hizo adorable, — ¿vamos a ver la siguiente?

—Está bien. — Para Hiro el buscar una casa era aún más complicado que lidiar consigo mismo, y eso era decir mucho.

El agente los guió hasta la siguiente casa. La vivienda estaba ubicada en un condominio cercano al barrio donde vivía tía Cass. Era una casa más bien normal, con una fachada tradicional en color durazno, un gran ventanal y un pequeño jardín delantero.

—Está se ve bien, — Miguel dio un primer vistazo.

—Has dicho lo mismo de cada casa que hemos visto. — El Rivera se adelantó, no tenía ganas de oír el regaño de su chino.

Por dentro la casa era de un piso, tenía un dormitorio enorme y dos más pequeños. La sala de estar estaba conectada con el comedor por una especie de arco en la pared y la cocina era una americana normal. En cuanto a los lavabos poseía uno conectado al dormitorio grande y uno en formato "visita" cerca de los dos dormitorios más pequeños.

—Hiro, — llamó a su novio, —creo que de verdad me gusta.

— ¿Hablas en serio?— A Hiro se le hizo pequeña, ¿dónde se supone que iba a meter sus cosas del laboratorio?, — es muy pequeña.

— ¿Para qué quieres algo más grande?

—Te olvidas de mi laboratorio. — dejó en evidencia lo "obvio".

—Pero me gusta... quizás podríamos hacer un segundo piso, o un subterráneo. Así tendrás mucho espacio para crear tus artilugios y destruir la ciudad.

—No lo sé.

—Quizás podrías transportar tu laboratorio a la universidad y hacer uno más pequeño en casa. — Miguel lo dijo de forma pensativa hablando más para sí mismo que para el Hamada.

—No es una mala idea. — Hiro avanzó y tomó las manos de Miguel entre las suyas, — ¿esto es lo que quieres?

—Si. — El moreno asintió.

First time [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora