First time [En edición]

Primeros pasos de adulto

Hola a todos. Estoy realmente feliz de todo el apoyo que está historia está teniendo... ha llegado a leerme gente que en mis sueños pensé que lo haría. Gracias, gracias!
Espero que disfruten mucho de este capítulo. Si se siente un poco pesado es porque es un capítulo de transición para todo lo que viene :)
¡Espero que lo disfruten!

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Miguel por un segundo pensó que el llanto de Hiro sería eterno, no era que le molestara. Todo lo contrario, era mejor que llorara todo lo que se había guardado, era mejor que sacara todo ese dolor.

¿Qué pasaría luego? No tenía idea. Si Hiro se había mantenido vivo a costa de esconder todo, ¿Qué quedaría de él? Probablemente no seguiría siendo el mismo.

Eso aterraba un poco al Rivera.

Al final mientras divagaba entre pensamientos que involucran el futuro, el moreno pudo sentir el peso del Hamada en sus brazos. Se había quedado dormido de tanto llorar, sonrió con ternura viendo la cara serena que ahora llevaba.

—Ay chinito mío— pasó una mano apartando los mechones húmedos de cabello que se pegaban a aquellas sonrosadas mejillas, —Será mejor llevarte a un lugar más cómodo— se acomodó lo mejor que pudo y trató de levantarse tratando de no despertarlo a Hiro. A duras penas lo logro y lo depositó en el sillón.

Hiro...

Hiro Hamada. El chino que le había robado el corazón, el chino que le había generado sentimientos tan fuertes e incomprensibles. Había tardado años en darse cuenta de que lo que sentía iba más allá de la amistad. Amaba a ese chino aunque él no sintiera lo mismo, quería cuidarlo y protegerlo, aunque siempre pensó que no tenía nada que ofrecerle, aunque siempre se sintió inferior... ahora tenía que dejar esos sentimientos mediocres de lado y transformar ese amor en el motor para avanzar y ser algo mejor para el hombre que estaba frente a él.

Aunque solo lo necesitara como amigo.

Aunque nunca fuera capaz de decirle todo lo que había en esas cartas.

Solo con verlo feliz era suficiente.

—Buenos días— Miguel ni siquiera se había dado cuenta que la noche anterior se había dormido apoyado en las piernas de Hiro.

—Buen día Hiro— el moreno se frotó los ojos tratando de ubicarse en el «tiempo espacio»

—Perdona lo de ayer— la voz del nipón estaba llena de vergüenza, —Yo...

—Hiro, no importa lo qué pasó ayer, estoy aquí porque soy tu amigo— le sonrió de forma sincera, —Y eso es lo que hacemos los amigos. Estamos siempre para apoyar— amigo, amigo, amigo... qué palabra más de doble filo.

—Gracias Miguel— Hiro prefirió dejar la conversación hasta ahí. Era lo mejor para ambos.

Pasaron el día juntos en el departamento de Hiro. Miguel se dedicó a acompañarlo en sus actividades cotidianas. Cocino para Hiro la receta de tamales que le había enseñado mamá Elena y comieron juntos hablando del pasado. Solo hablaron de sus vacaciones en Santa Cecilia y para él Rivera era suficiente, no quería que Hiro hablara de cosas que no quería.

—Extraño esos días— Miguel sonrió ante todos esos recuerdos, —Me alegro de haberte conocido— miro a Hiro con calidez.

—También me alegro de haberte conocido Miguel.

— ¿Puedo hacer preguntas?— estaba ansioso de saber tantas cosas.

—Si...— Hiro no estaba seguro de dejar el paso libre a su curioso amigo.