Cap. 10 - Estoy Lista

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Pasó cerca de una semana desde esa charla con Alex, le había dado muchas vueltas a lo que el rubio había dicho, pero seguía sin entender que quiso decir.

Había despertado con el tiempo justo -como normalmente pasaba-, mi típica rutina no faltó -eso incluía tirar a Nico de la cama para que despertara-. Sigo sin entender porque dormía tanto, antes no solía hacerlo. A veces siento que a la madrugada se levanta, pero no estoy segura.

Luego de mi pequeña rutina fui a desayunar en el pabellón, solo un pequeño detalle fue diferente. William ya se encontraba con toda la vitalidad, y estaba sentado en la mesa de su madre, comiendo y riendo, con sus ¿tíos? ¿Serían tíos? Son hermanos de su madre, así que es lo que se me ocurre.

Un tío de su cabaña me señaló y antes de siquiera notarlo, William me miró y me sonrió, yo le devolví la sonrisa, luego seguí con mi comida.

Percy me había contado un poco sobre William. Clarisse, su madre, era hija de Ares (el dios de la guerra) y había sido una "compañera" en unas cuantas de sus aventuras. Chris, era un caso aparte, Percy no sabía mucho de él, aparte de lo que había pasado en el Laberinto.

Mi tenedor luchaba por pinchar una uva, escuché la risa de Nico, había estado tan distraída que ni lo había sentido.

-Quien fuera a pensar que una uva te vencería, Ary.

Tomé la uva con mis dedos y se la tiré, pero para mi mala suerte la esquivó. Me sacó la lengua y siguió con si desayuno, al igual que yo.

Escuché las pisadas de Quirón, levanté la mirada. No había visto a Quirón desde que fui a ver a William.

–Campistas –dijo Quirón captando la atención de todos–. Al parecer ha sido época de noticias y visitas inesperadas. Para celebrar el retorno de viejos campistas, el día viernes por la noche se jugará a Captura la Bandera –el pabellón estalló en gritos de alegría, incluidos los míos–. Dicho esto pueden seguir disfrutando de su desayuno.

Me levanté de mi asiento y cuando el fuego estaba frente a mi, dejé mi ofrenda hacia Atenea. Lo había decidido hace algunos días, en la mañana por Atenea y en la noche por Poseidón. ¿Era justo, no?

Comí el resto del desayuno en paz y al acabar fui a la playa, como últimamente solía hacer. Me senté en la orilla a ver como las olas chocaban con la arena mientras el sol brillaba arriba de mi cabeza. Todo era tranquilo, hasta que alguien se sentó a mi lado.

–Hola –dijo William-. Hace tiempo que no venía a la playa.

–Hola, debes venir de la ciudad si no ves mucho la playa, yo suelo venir aquí seguido.

–No me dado el tiempo, la verdad -tomó una piedra y la lanzó-. ¿Ahora me vas a decir cuál es tu nombre, chica misteriosa? –me preguntó con una sonrisa.

–No, tenías que averiguarlo. Era tu deber, tendré que llamar a tus padres -levanté una ceja-, ¿no sé te ocurrió preguntarle a alguien?

–Eh... No -puso su mano en su nuca-, no se me pasó por la memte. Pero al menos sé que eres hija de Hades. No moriré de hambre siendo detective.

Lo miré y negué con la cabeza, mientras soltaba una carcajada.

–No soy hija de Hades -noté la leyenda de su camiseta-, chico del Hard Rock Café.

–El Hard Rock Café tiene la mejor comida y café de la vida -dijo mostrándome con orgullo su camiseta-, aunque Starbucks no está mal Pero, volviendo al tema. Te sientas en la mesa de la cabaña 13 ¿Cómo es que…?

–Al llegar no tenía con quien quedarme así que Nico me acogió en su cabaña –dije mientras me encogía de hombros.

–Oh, ahora entiendo -dijo mientras sacudía la arena de sus jeans-. ¿Entonces hija de quién eres y cuál es tu nombre?

La hija de semidioses (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora