Cap. 15 - En sueños

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Con mi mochila en mis hombros caminaba a la colina del Campamento. El Campamento...

Escuché que alguien gritaba mi nombre repetidas veces.

Me doy la vuelta y veo a Leo corriendo. Ladeo la cabeza y espero a que me alcance. Noté que llevaba algo en su mano.

-Hola -le digo cuando está a mi lado-. ¿Pasó algo?

Leo intenta hablar pero su respiración agitada no le dejaba, le tomó unos segundos poder hablar.

-Hey, uffff -miró al cielo por un segundo-. Esa fue una buena corrida... Oh, sí. Eso bajará la comida de la semana... Si. Oh, quería darte esto -dijo dándome una caja-, acabo de terminarlas, solo hay cinco; así que siéntete especial.

-Eh... Gracias -sonreí-. ¿De quiénes son las otras cuatro?

-Bueno una es tuya, otro es de Alex, otra de William, de Nico y la última es mía. Obviamente.

-¿Le derás una de lo que sea esto a Nico? -le pregunté incrédula.

Se llevaban pésimo (al menos la mayoría del tiempo) ¿por qué un obsequio?

-Sí -río-, vamos a ver si así se le quita el mal humor. Aparte, accidentalmente rompí algo suyo... Y pues, ya sabes. La verdad es que a él se la entregué ayer, no tenía intenciones de que me matara.

Reí. ¿Por qué no lo supuse?

-Esperemos que se le pase el enojo -miré el aparato-. ¿Y... qué se supone que es esto?

-Oh, verás. Como ya sabes a mí, el gran Leo, me encanta construir cosas que a nadie se le ocurre o que supuestamente son imposibles -mientras hablaba movía sus manos dando mas emoción a las cosas-. Y esta era una de esas ideas. Ahora, ¿cómo surgió la idea? Estaba en mi bunquer, trabajando en un proyecto cualquier y quería investigar sobre algo que me faltaba. Como sabes, la única computadora está en la Casa Grande, y por los dioses, me daba una pereza ir hasta allá alla. Entonces se me pendrió la bombilla.

»Tú sabes que los semidioses, no podemos ocupar celulares ya que envían una señal que atrae a los monstruos, luego ellos vienen y nos matan lenta y dolorosamente -asentí-. Bueno, este aparatito es parecido a una Tablet, pero no envía señales a los monstruos, envía una señal tan débil que es imposible de rastrear. Aparte de eso es como una Tablet normal, tiene juegos, música, imágenes, navega por internet, tiene cámara y bueno, como cualquier Tablet normal -dijo como si nada.

-Leo esto es genial -miré mi tablet-, cambiará la vida de la mayoría de los semidioses.

-Bueno, gracias -sonrió-. Ahora tengo que darle esto a William, me estuvo ayudando con eso de las piezas que no podía conseguir. Le pidió a Hermes que nos las envié al Campamento, así que le debo una de estas.

-Entonces William se lleva bien con su abuelo...

《Yo ni siquiera los he visto, ¿debería sentirme mal?》

-Eso creo, así que te vas... -mira mi mochila y de repente me abraza-. Adiós Ary, te veo el próximo verano... Mas te vale venir el próximo verano.

Su sonrisa es cálida.

-Lo haré, adiós.

Me despiana el cabello y luego me suelta para salir corriendo hacia la cabaña 5.

Caminé con la Tablet en mis manos, la verdad es que aparte de mi cámara no sabía nada de tecnología pero ¿Qué tan difícil iba a ser?

Paré por un segundo y metí la Tablet en mi mochila. Seguí caminando hasta que alguien me toma del brazo volteándome. Es Alex.

La hija de semidioses (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora