Róbame un suspiro... [omegaverse] [Kookv]

Cap. 24

*POV TAEHYUNG*

Nos dimos cuenta de que Yoongi se había ido cuando buscábamos un buen sitio para ver las presentaciones del escenario. Jungkook pareció algo preocupado de que no se lo hubiera estado pasando bien.

Lo cierto es, que en los últimos días me había comentado que su hermano había estado actuando extraño. Pero bueno, hyung es así.

Al final, con la música, la gente emocionada a nuestro alrededor y los bailes, cualquier pensamiento negativo se fue de su mente, y en seguida estábamos los dos coreando las canciones.

Con la emoción de la feria, no había tenido tiempo de hablar con Jimin sobre su sorprendente e inesperada revelación como modelo. Pero al verle en el escenario, no sólo yo, sino que mucha gente a nuestro alrededor, lo reconoció como "el chico del festival". Qué podía decir, me sentía super orgulloso de mi amigo. Absurdamente, me llené de confianza y mi lobo también. Me sentí incluso más alto. El hecho de que se viera espectacular en el cartel y que ahora estuviera bailando como los ángeles, no ayudaba a que los comentarios sobre él cesaran. Podía oír a muchos alfas y betas preguntando cómo es que no habían sabido de su existencia hasta ahora. Era divertido.

Cuando acabó la presentación de Jimin, me giré hacia Jungkook. Él ya me estaba mirando. Serio, con los ojos brillantes, enseguida sonrió. Algo en mi interior se revolvió. Juraría que nunca le había visto así. Me sonrojé y sonreí de vuelta mientras me giraba de nuevo hacia el escenario. Jamás pensé que la mirada de una persona pudiera derretirte el corazón.

Noté como se juntaba más hacia mí, y me puse nervioso. Nuestros hombros rozándose. Podía sentir el calor emanando de su cuerpo. Podía escuchar los latidos de mi corazón por encima de todo lo demás.

¿Qué me estaba pasando?

No sé si habría más presentaciones después de la de Jimin, lo que sí sé, es que el tiempo se había parado para mí. Lo único que mi cabeza podía procesar era la cercanía del alfa a mi lado, su olor, y la interminable sensación de que me seguía mirando. Quizás, había pasado media hora, o quizás, sólo meros segundos. Pero ni todo el tiempo del mundo podría haberme preparado para el estremecimiento que me recorrió de arriba a abajo cuando me cogió la mano.

Me giré rápidamente, mirándole de nuevo, confuso.

--Te decía, que deberíamos empezar a irnos.

--¿Qué? --Mi voz se atoró en mi garganta, sonando más grave de lo normal.

Amo su risa. Aunque se estuviera riendo de mi...

--¿Qué te pasa? --volvió a reír, y sin esperar respuesta, siguió hablando:-- Para ver los fuegos artificiales. Irnos... Tae, todavía tiene que subir el alcalde a dar su discurso, pero si queremos coger buen sitio, deberíamos ir saliendo de aquí y evitar el follón.

--¡AH! ¡Oh! Sí, claro... Como todos los años... --Agaché la vista avergonzado pero terminó en nuestras manos aún enlazadas, por lo que volví a subirla enseguida.

--Como todos los años, sí. --Volvió a dejar salir una pequeña risotada, mientras negaba con la cabeza para terminar ladeándola hacia un lado. Los ojos fijos en mí, como si estuviera leyendo algo muy interesante a través de mis ojos, y esa sonrisa arrolladora de nuevo. Esta vez no pude apartar la mirada.

Y, fue desconcertante, cuando al girarse y empezar a tirar de mi a través del gentío, me sentí perdido al no tener esos ojos sobre los míos. Sin embargo, el ligero apretón en mi mano, cuando casi nos separamos al chocar con alguien, me recordó que él seguía ahí, a mi lado, aunque me diera la espalda. Su mano era cálida. Me hizo gracia. Tenía una mano más musculosa que la mía, pero todavía tenía yo las manos más grandes.