Cap. 19

3K 405 91
                                    

2/5

*POV. JUNGKOOK*

Ya es miércoles y no he podido hablar con Taehyung.

En casa todo sigue siendo extraño, aunque ya no hay más reuniones de horas encerrados en el despacho; o al menos, no, cuando yo estoy en casa, (que es, casi en ningún momento).

Por recomendación del médico de la familia, para canalizar toda la energía que mi lobo me transmite, he empezado a salir a correr por las mañanas antes de tener que prepararme para ir al instituto, por lo que, he empezado a madrugar bastante. Por otro lado, mi entrenador de Hapkido parecía muy entusiasmado con las mejorías que había tenido desde mi presentación, por lo que, en su euforia había llamado a mi padre, pidiéndole que me aumentaran las clases, pues quería subirme de nivel y pasarme a un grupo más avanzado. Así que sí, ahora, después de clase tenía que ir corriendo al Dojo, pues, la clase avanzada comenzaba sólo veinte minutos después de la hora de mi salida. Eso, todos los días... para terminar a las ocho de la tarde, que me recogía Yoongi. Por eso, cuando llegaba a casa, sólo podía ducharme, cenar y hacer los deberes justo antes de caer rendido en mi reconfortante cama. Quedaba exhausto, pero increíblemente, por las mañanas me despertaba renovado y con las pilas a tope de nuevo.

No iba a mentir. Correr por las mañanas, aunque sólo llevaba dos días haciéndolo, me estaba gustando. El aire era fresco, veía el amanecer. Corría por las calles mientras la otra gran mayoría de las personas seguían en sus casas, durmiendo. Me daba tiempo a pensar, a relajarme, a probar mis sentidos. Eran unos treinta minutos de total soledad que me ayudaban a conocerme mejor a mí mismo. Y al terminar, la calma que me llenaba era magnífica. Podría decirse que correr me daba los mismos efectos que a otros meditar. El deporte me encantaba, siempre lo había hecho; por lo que mejorar en Hapkido también había sido un estímulo a mi orgullo. Ahora que estaba en una clase avanzaba, el reto por superarme era mayor, y agradecía las horas de concentración, estiramientos y, por último, entrenamiento que me evadían de todo lo ajeno a ese momento. No había problemas dentro del Dojo.

Aunque me doliera admitirlo, el médico había tenido razón. El deporte, o "actividad física" como él había dicho, me estaba ayudando a acostumbrarme del todo a los cambios hormonales en mi cuerpo, y en el fondo, se lo agradecía.

Aún así, lo primero que se me venía a la cabeza al despertarme era: "Tengo que hablar con Taehyung". Pero ya llevaba dos días así, y no parecía que fuera a ser posible.

Por eso, con un gran suspiro, me dirigía al baño después de que la profesora de Lengua me diera permiso, mientras el resto de mis compañeros terminaban de hacer un ejercicio que yo, ya había entregado. Las tutorías en los recreos habían sido más un refuerzo que cualquier otra cosa, así que, me sorprendí al haber mejorado académicamente.

Después de tirar de la cadena, me lavé las manos y las pasé, aún mojadas, por el pelo. El calor parecía haber llegado de pronto y quizá, incluso, prematuramente; por lo que, entre que mi metabolismo se había acelerado con mi presentación y que correr por las mañanas me lo despertaba enseguida, me estaba resultando bastante insoportable aguantar las altas temperaturas. Todavía no habían puesto el aire acondicionado en el edificio, y las ventanas abiertas no parecían crear mucha corriente tampoco.

Pensando en cómo hacer para soportar mejor el calor, casi choco con alguien que entraba en esos momentos en los baños, y al instante, mi corazón se aceleró.

--Hyung... --me salió más como un susurro agudo hacia mí mismo que cualquier saludo, pero él pareció oírlo.

--Hola Jungkook...

No podía perder esta oportunidad, desde el sábado había querido hablar con él. Disculparme, hacer lo que sea para volver a estar bien.

--Por favor, escúchame, ¿sí? --me miró sin ningún tipo de intención por apartarse de mí, así que seguí hablando--. Sé, que el otro día no fui del todo justo hablando, pero yo sólo quiero estar bien contigo. Estoy seguro de que tu y yo, nuestro lobos, no chocan. Somos nosotros... No... No somos polos opuestos, estoy seguro. Yo, quiero disculparme como es debido. He querido hablar contigo desde el sábado, pero en casa, con la llegada de mis abuelas, está todo un poco caótico y me han vuelto a castigar sin el móvil. Así que, por favor, ¿Quedarías conmigo el viernes por la tarde a merendar y hablamos? Por favor... necesito hablar contigo.

Róbame un suspiro... [omegaverse] [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora