Era una fría noche, y Steve se encontraba sentado al lado de uno de los grandes ventanales que daba una vista de la gran ciudad y con su cabeza recostada contra la ventana.
Eran las tres de la madrugada, pero a él aquello no podía importarle menos, él se encontraba allí a la espera del castaño, que hace más de cinco horas se había marchado, y que de momento no pensaba en regresar.
El sonido del ascensor le alertó de que alguien venia en camino y suponiendo que se trataba del castaño, llenó sus ojos con un último vistazo de la ciudad, y volcó toda su atención a la persona que recién ingresaba, encontrándose con la imagen de un Tony completamente ebrio, siendo escoltado por una rubia voluptuosa y despampanante.
—Anthony, son las tres de la madrugada, estas no son horas de llegar— reclamó molesto, mirado con desagrado y molestia al par, que se toqueteaban descaradamente, sin importarle que él estuviese presente.
—tampoco son horas para que un viejo como tu ande despierto y mírate allí— le respondió entrecortado y arrastrado las palabras. —tu no eres ni mi madre, ni mi esposa para creerte con el derecho de reclamarle algo, Rogers. Deja de joder y vete a dormir, mientras yo y esta preciosura nos divertimos un rato— dijo con su habitual ironía, y en el mismo tono, mientras, sin ningún decoro, palmoteaba el trasero de la chica y colaba sus manos bajo la corta falda.
—Anthony, te estoy hablando enserio, acaso es eso lo que quieres que Peter aprenda, eres su mentor, y ahora su padre, acaso ese es el camino que quieres que siga— cuestionó en un intento por hacer recapacitar al hombre que se encontraba frente a él. El castaño lo miro con molestia y coraje. Sin prensar mucho en lo que decía, empezó a gritar.
—¡pues ese no es tu maldito problema, Rogers! Peter es MI hijo, no el tuyo, y yo veré como lo educó, además él no esta aquí y yo tengo derecho a divertirme. Y eso a ti no tiene porque afectarte— le dijo de forma hiriente y sin cortarse ni un pelo. La expresión que se dibujo en las facciones del rubio, fue una dolida y triste, pero ni eso bastó para que el castaño cesará en sus ofensas. —si tienes tanto problema y te desagrada tanto mi forma de ser, puedes irte, las puertas están abiertas. Y tu — le dijo a la mujer que estaba entre sus brazos —mejor vámonos de aquí, no quiero que este amargado arruine nuestra noche— seguido de eso, ambos empezaron a caminar entre tropezones hacia la habitación.
El rubio se quedó allí, tratando de calmar el dolor de su corazón, hasta que recordó uno de los motivos por los que se hallaba esperando al castaño y salió de su trance para darle alcance.
—Amthony, mañana... — le intentó avisar en cuanto estuvo frente a su puerta, pero el castaño, que estaba más ocupado en besuquear a la mujer y en meterle mano, que en prestarle atención a lo que tenía para decirle, así que, sin ninguna dilación, la puerta le fue cerrada en la cara, sin darle opción a reclamar.
El rubio, sumamente herido y dolido, solo atinó a poner sus manos hechas puños sobre la puerta y a recostar su cabeza sobre la madera, tratando de calmar los sollozos de su corazón herido.
Siempre era lo mismo, siempre era víctima de los desplantes, los rechazos, los desprecios y las groserías de Tony, cuando lo único que él buscaba era su amor y la oportunidad de pertenecer a su pequeña familia.
Los sonidos obscenos empezaron a dejarse oír a través de la madera y se incrustaban como filosas dagas en el corazón del rubio, quien, decidiendo que ya había tenido suficiente de humillaciones y dolor por hoy, se marchó a paso lento a su habitación.
Al llegar a su cama y reposar la cabeza sobre su almohada, un par de lágrimas traicioneras se le escaparon de los ojos, sin que pudiese hacer algo para evitarlo, porque se había enamorado de Tony.
Por qué precisamente se había enamorado de ese hombre que parecía regodearse con su sufrimiento, aquel que disfrutaba de hacerle desplantes y de humillarle con bromas pesadas, o con comentarios sarcásticos e hirientes.
Había recibido muchas humillaciones a lo largo de su vida, claro que lo había hecho, pero ninguna de ellas había llegado a dolerle tanto, como le dolían las que recibía de Anthony.
Las imágenes de los eventos ocurridos en la sala se repitieron en su mente y deseó por un momento, ser la mujer que en este momento se encontraba enredada en las sabanas del magnate, sólo si con eso obtenía una mísera pizca de la atención que deseaba de aquel hombre.
Una parte de él, se preguntó si ya había caído tan bajo como para desear eso, y su parte racional, sencillamente, no supo dar una contestación a esa pregunta.
Decidió que lo mejor era descansar, dentro de poco tendría que levantarse a arreglarse para ir a recoger a Peter de la excursión, porque muy seguramente, Tony no lo haría, ya que se hallaba sumamente ocupado con su nueva conquista.
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A la mañana, y tal como lo prometió, se levanto, se alistó y partió rumbo a la escuela de Peter, quien, después de largos quince días, por fin regresaba de su excursión.Al llegar a la escuela, estacionó su motocicleta y de acercó, para buscar al castaño, a quien divisó caminando en su dirección y llevando a cuestas su mochila de campamento.
—bienvenido de regreso, Peter— le dijo, componiendo en su rostro la mejor sonrisa que su tristeza le permitió.
—gracias, Capitán — le dijo nerviosamente y con una sonrisa, aún no se acostumbraba a llamar a todos por su nombre, a pesar de estar a poco de cumplir el año de vivir con ellos. Solamente a Tony le llamaba papá.
—Sabes que puedes llamarme, Steve, me gusta más de esa manera— le dijo con una sonrisa sincera, mientras le revolvía los cabellos.
—esta bien, Steve. Y donde esta papá— preguntó intrigado y curioso, notando algo extraño en el hombre frente a él.
—oh! Tony no pudo venir, tuvo una reunión y llegó muy tarde en la madrugada— trato de excusar al castaño mayor, pero el chico conocía a su padre y conocía muy bien al rubio, sabía perfectamente que estaba mintiendo.
—no me mientas, Steve, no trates de excusarlo. Se perfectamente que no ha ido a ninguna reunión— dijo con resignación, mientras suspiraba y recomponía su gesto —dejemos eso de lado. A propósito, quiere ver las fotos que tome, están increíbles y apuesto que si las retrataras quedarían geniales, tu tienes mucho talento con el dibujo— le dijo sonriente, mientras caminaban hasta donde se encontraba la motocicletas del rubio.
—en verdad crees eso— preguntó sorprendido y nervioso.
—claro que si— respondió de vuelta y con seguridad —a propósito, también gané un premio de fotografía, lo tengo en la mochila— le comentó emocionado.
—felicidades, Peter. Que te parece si para celebrarlo, yo preparó el desayuno— comentó alegre el rubio, contagiándose de la felicidad del menor y olvidando los tragos amargos que paso la noche anterior.
Con ese pensamiento, ambos pusieron la mochila en la motocicleta de Steve, asegurándola con unas ligas destinadas para ello, y después de que Steve se asegurará de que Peter tenía su respectivo casco puesto y de que este se hallaba bien ubicado, ambos se subieron y partieron de regreso a la torre.
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Hasta aquí...
Este es un nuevo proyecto, que surgió a partir de la idea de Awake-Unknown quien me sugirió escribir un fic ambientado en la superfamily, donde fuese Steve quien se convirtiese en un bebe, y fuesen Peter y Tony quien estuvieran a cargo. Y de partes de la mía, que no diré por no arruinar la trama, pero que evidentemente tiene mi característico tinte dramático.
Espero que les guste...
Y en especial a ti, quien fuiste la persona que me lo sugirió.
En pausa temporalmente
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Enamorándome De Ti
FanfictionNo se sabe lo que se tiene, hasta que se pierde. Steve se halla perdidamente enamorado de Tony, y se esfuerza porque este lo acepte en su vida y en su pequeña familia, la cual conforma con Peter Parker, un chico huérfano de 14 años, al cual adoptó. ...