Enamorándome De Ti

Otro problema

Bucky y Tony se encontraban inmersos en una pelea, la razón; los celos descontrolados de Tony y las ganas de provocar de Bucky.

En ese momento, Tony presionaba sus manos alrededor del cuello del otro castaño, mientras esté trataba de quitárselo de encima.

—¡Ya te dije que soy de confianza! ¿¡Por qué me golpeas!?— preguntó con la voz estrangulada por la presión que ejercía el castaño más sobre su garganta.

—¡Pregunta estúpida! ¡¡Porque lo viste desnudo, mal nacido infeliz!!— gritó, sin el visor del traje, que estaba completamente inservible, mientras aumentaba la presión en el cuello contrario.

—aglogkegle— balbuceo el castaño sin aliento. Llevando las manos a las del castaño, para que dejase de estrangularlo.

—¡Qué!— exclamó soltandolo y sin entender ni media palabra.

—¡Que lo sé porque me bañaba con él!— exclamó el de pelo largo. Y al ver el brillo asesino en los ojos contrarios, supo que no era la respuesta que el castaño de ojos chocolate buscaba.

—¿¡Dime de qué tamaño quieres tú cajón y que tan honda la fosa, maldito fósil pervertido del demonio!?— le gritó e iba a estrangularlo, pero el sonido del ascensor los obligó a detener su batalla, cuando vieron de quien se trataba.

—¡Steve!— Dijo Tony sorprendido de verlo allí.

—¿Steve?— preguntó Bucky sorprendido de ver a su amigo en esa joven versión.

—Tony... ¿Por qué lo golpeas?— preguntó temeroso y triste, mirando los rostros deformados por la sangre y los hematomas de los dos hombres.

—oh, no lo estaba golpeando, solo le estaba reconfigurando la cara. No tienes que temer— le dijo con una sonrisa, que en ese momento se veía terrible.

—¿Qué diablos te hizo este maníaco celoso compulsivo?— preguntó Bucky, preguntándose como su amigo había pasado de ser un formidable, valiente y fuerte soldado a ser un infante de doce años, eso podía recordarlo.

—¡Que Yo no estaba celoso!— exclamó molesto, tratando de defender lo innegable.

—Si estabas celoso— respondió con malicia, sabiendo que no le podía hacer nada por la presencia del menor.

—¡No estaba celoso!—

—¡Si estabas celoso!—

El castaño solo bufo, y se puso de pie, avanzando hasta donde se encontraba el rubio, quien ahora veía con fascinación la armadura.

—¡Wow! Te pareces a uno de esos caballeros de los cuentos que suele contarme mi mamá— dijo impresionado, tocando la armadura y sacándole una sonrisa al castaño.

El castaño cargo al rubio, quien se asombro por la fuerza y el movimiento que tenía aquel artilugio. Cuando estuvo a la altura del mayor, llevo sus manos a su mejilla amoratada y con sumo cuidado y suavidad, trato de quitar la sangre con sus pequeñas manitos, haciendo sonreír con ternura y nostalgia al mayor, pues Steve, luego de terminar cualquier misión, siempre se aseguraba de curar todas sus heridas y de revisar de qué se encontrará bien, a pesar de sus negativas y malos tratos.

—Steve ¿Podrías volver con Bruce en lo que hablo con el tipo feo de allá?— dijo calmadamente, señalando a Barnes, que se encontraba sentado el suelo acariciando su cuello y mirándole con odio por el insulto.

—No, cuando me vaya, tu vas a volver a pelear y no quiero que te hagan daño— dijo con seguridad y preocupación el rubio, mientras rodeaba con sus brazos el cuello del castaño.