Los problemas empiezan

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Después de que Tony, Peter y Steve tomaran el desayuno, y de que el castaño menor se marchase a la escuela a cumplir con sus deberes académicos, el castaño mayor tomo al pequeño rubio en brazos y lo llevo a su habitación, para bañarlo. El pequeño, al notar las intenciones del mayor, se removió incomodo entre sus brazos.

-que sucede, Steve, no quieres un baño- le pregunto al pequeño, mientras lo depositaba suavemente en su cama.

-si, pero...- dijo, mientras jugaba con sus manitos sobre su regazo y bajaba la vista, sonrojándose.

-no quieres que yo te bañe- completo el mayor, notando lo parecido que era el Steve niño con el Steve adulto.

-no es eso, es que siempre me baño solito, o sino, me baño con Bucky, él se encarga de tallar mi espalda y yo hago lo mismo con la de él, y a veces jugamos juntos en la bañera- comento con gran emoción, causando que el mayor se preguntase que tan amigos habían llegado a ser ese par, como para que compartiesen la bañera juntos.

-así que prefieres bañarte tu solo- interrogo, recibiendo un asentimiento del rubio -bien, Jarvis prepara la bañera, asegúrate de que la temperatura este en su punto y de que no quede tan llena- pidió, mientras salia de la habitación y regresaba con una pequeña escalera. -ahora si es hora de tu baño, dejare sobre la cama un conjunto y una pequeña toalla, cuando te desvistas, pon la ropa sucia en la canasta que hay en el baño, de acuerdo- explico, recibiendo un asentimiento del contrario.

****

Tony caminaba a la cocina por un café, cuando un llamado de Jarvis interrumpió su tarea, angustiado corrió al encuentro con Steve y no le gusto para nada con lo que se encontró. Steve estaba en el piso, mientras se agarraba fuertemente el pecho y trataba de respirar.

Tony inmediatamente corrió a socorrerlo, tomándolo con cuidado en sus brazos y corriendo con el hacia la enfermería, gritando desesperado por atención. Verle tan frágil le llenaba de temor, sobre todo porque era consiente de que si algo le pasaba, el Steve que conocía jamas regresaría. El solo hecho de pensar esto, hizo que su corazón se estrujase y doliera como nada en el mundo, pero trato de ser fuerte, tenia que poner a salvo al menor.

Los doctores del ala medica de la torre, tomaron al menor de entre sus brazos y lo llevaron a una camilla, donde le conectaron varios aparatos, intentando estabilizarlo.

*****

-¡Tony!- grito Bruce, quien venia entrando al cuarto al que habían pasado a Steve tan pronto logro ser estabilizado. El menor se encontraba en una camilla, completamente inconsciente. Los médicos le sedaron mientras detenían el ataque de asma, para evitar mayores dolores y complicaciones, y ahora el pequeño descansaba cual angelito, mientras Tony, desde una silla puesta al lado de la cama, lo contemplaba con una gran cantidad de sentimientos que no lograba descifrar del todo, pero que en su mayoría era tristeza, rabia, arrepentimiento e impotencia.

-que deseas, Bruce- pregunto con la voz cargada de tristeza, sin despegar la vista del menor.

-he encontrado respuesta a lo que tiene Steve. Según los estudios que le practique, lo que le dispararon fue un rayo desacelerador de partículas. Su objetivo inicial era eliminarlo, pero, debido al suero, Steve adquirió la forma de un niño, y esta ira aumentando con el paso de las horas o de los días. He realizado algunos cálculos, y los mas probable es de que Regrese a la normalidad en una semana o dos, pero mientras lo hace, él ira creciendo, y conforme a ello, tendrá los recuerdos y algunas de las vivencias a esa edad, por lo que es recomendable que no le enseñen tanto de la época actual para no causarle problemas a futuro... entendido-explico el científico con seriedad, recibiendo un asentimiento del genio castaño.

-de acuerdo, Bruce-

-pensando en eso, traje un historial de Steve, creo que con esto podrás prever los cambios que experimentara y las diferentes enfermedades que presentara Steve a medida que vaya creciendo- le dijo, tendiéndole una gruesa carpeta. -¿sabes con exactitud cual es su edad actual?- pregunto curioso, mientras observaba al niño. 

-por lo que me dijo en la mañana, tiene tres, aunque veo que su cuerpo ha crecido un poco, por lo que es altamente probable que haya vuelto a crecer- explico, mientras miraba al hombre enfrente suyo.

-ya veo, debe tener unos cuatro o cinco años, por lo que veo- infirió, mientras lo detallaba. -Steve era muy lindo cuando era niño, por lo que puedo ver- comento tranquilamente, causando malestar en el genio, a quien le molestaba que lo vieran de esa forma por alguna extraña razón.

-eso era todo, Bruce- le gruño con molestia disfrazada de seriedad.

-si, eso era todo Tony. Solo te pido que cuides mucho de él, algunas personas no se dan cuenta de lo que verdaderamente tienen enfrente hasta que ya es muy tarde y lo han perdido todo- le dijo conocedor, mientras abandonaba el cuarto de hospital, dejando solo a Tony con sus pensamientos y su calvario personal.

Una vez se encontró solo, Tony se acerco un poco mas a la camilla y tomo entre sus manos una de las pequeñas y frágiles manos de Steve, llevándola a su boca y depositando un suave beso en esta.

-perdóname, Steve, todo esto es mi culpa, si yo... si yo no hubiera...- le dijo con arrepentimiento y dolor, siendo acariciado por una pequeña mano, y cortado por una dulce voz.

-no es tu culpa, Tony, no te atormentes por esto. Es culpa mía, por ser tan débil y por no hacerle caso a mamá. Ella me dijo que no saliera sin saco y yo no le hice caso, pero es que llevaba tanto tiempo encerrado y me moría por ver a Bucky de nuevo. Ahora mi mami y mi papá están tristes por tenerme aquí de nuevo, y nuevamente tendrán que trabajar mas horas de las debidas para pagar las cuotas del hospital y pagarme los medicamentos. Detesto ser tan enfermizo y detesto estar aquí...- murmuro con un adorable puchero, pero con la voz cargada de tristeza.

-¿me recuerdas?- pregunto, recibiendo un asentimiento.

-tu fuiste quien me cuido hace dos años, cuando mis padres y la familia de Bucky salio de viaje- contesto con naturalidad, sorprendiendo al mayor.

-¿y cuantos años tienes ahora, Steve?- pregunto nuevamente, queriendo confirmarlo.

-tengo cinco y en poco tendré seis- respondió con felicidad.

-oh, ya veo- comento interesado.

-si, ya estoy grande, pero quiero ser aun mas grande y fuerte. Cuando sea adulto, quiero ser muy fuerte, para poder defender a los que mas quiero y que nadie los lastime, también para no enfermarme y no hacer sufrir a nadie nunca mas- explico con aire soñador, pero tuvo que llevarse sus manitos a su garganta, debido a la incomodidad que le generaba hablar. -¿se encuentra bien, señor Tony?- pregunto el menor, una vez pudo volver a hablar fluidamente.

-si, por que lo preguntas, mocoso- le respondió con naturalidad mientras le observaba fijamente.

-porque esta llorando- le respondió, mientras se estiraba lo mas cerca que podía y borraba las lagrimas que inconscientemente habían caído de los grandes y hermosos ojos del castaño con sus pequeñas manitos, enterneciendo al mayor.

-no te preocupes por eso, mas bien dime como te sientes- pregunto, eliminando las gotas saladas de su rostro y cambiando de tema.

-me siento mejor, pero me duele mi pecho y mi garganta- murmuro con su tono habitual, mientras le sonreía al mayor, con una pequeña sonrisa a la que le faltaban algunos dientes.

-esta bien, llamare a los doctores para que te den el alta y cuando llegue de la escuela, te presentare a Peter, el es mayor que tu, pero estará encantado de hacerte compañía- le dijo con una falsa sonrisa, mientras se ponía de pie, para salir de la habitación y dejarse caer lentamente contra una pared. Allí adentro se estaba sofocando, era eso, o era por el simple hecho de que empezaba a darse cuenta en verdad que tan idiota había sido con Steve... con su Steve.

Enamorándome De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora