Despertar

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Tony, una vez solo, se acercó a la cama de Steve, contemplando con tristeza y alivio el cuerpo inconsciente del rubio.

Lentamente, llevó sus manos a la rubia cabellera, permitiéndose recorrer con sus dedos las rubias hebras del rubio, aquellas que había ansiado acariciar, pero que no se había permitido.

Dejo que sus manos se deslizaran con suavidad y recorrió con su dedo índice de forma superficial las heridas en el rostro del rubio y se maldijo por no haber llegado a tiempo, por haber sido tan estúpido, por no haber hecho las cosas bien desde el principio y por no ser consciente de aquello que tenía, hasta que lo perdió.

—Steve...— murmuró con suavidad, contemplando el rostro sereno del rubio —Steve, perdóname por todo el daño que te cause, perdóname por haberte lastimado de la forma tan cruel en que lo hice. Un hombre tan maravilloso como tú no merece ese trato— murmuró arrepentido,sin dejar de admirar su rostro. —pero te prometo que cuando despiertes, arreglaré todo para que tú, Peter y yo seamos la familia que siempre soñamos tener— murmuró acercándose cada vez más al rostro del rubio para besarlo.

Estaba a punto de lograr su cometido, cuando una mano lo tomó del cuello del traje y lo obligó a retroceder, encontrándose con la mirada reprendedora del castaño de cabello largo.

—¡Que demonios te sucede, imbécil!— exclamó en voz baja el castaño menor, soltándose de su agarre.

—hasta que no le pidas perdón como se debe y él te lo conceda no lo besas Stark, pasas primero sobre mi cadáver— aseguró el castaño de cabello largo, ignorando olímpicamente sus protestas.

—¿Y quién mierda eres tú para impedirlo?— bufó molesto, mirándolo amenazador.

—su mejor amigo y hermano del alma. Así que mantén tu impulsividad junta y a mí casto y puro Steve me lo respetas— demandó con firmeza, sin dar opción a réplicas, mientras lo soltaba y se dirigía hacia el sofá de la habitación, en el cual se sentó, bajo la mirada indignada del castaño.

—¿Que demonios crees que haces? ¿Que los Robocops prehistóricos como tú no tienen cosas que hacer en otro lado?— preguntó irónico, en un intento por deshacerse del intruso.

—¡Ja! Ni siquiera pienses que voy a dejarte casa sola después de lo que Vi. No voy a permitir que destruyas su pureza, así que aquí me quedo— impulsó con firmeza, mirando de forma retadora al castaño menor, quien bufo con molestia, maldiciendo el hecho de no tener su armadura para deshacerse "pacíficamente" del intruso. Lo que equivalía a arrojarlo por la ventana.

******

—¡Hey, Steve! ¿Que ocurre? Te noto muy distraído— preguntó la pelirroja, mientras se encontraban en el auto.

—nada. No te preocupes, estoy bien— respondió con un tinte de recelo, mientras se reprendía internamente por su obviedad. No quería que la mujer lo reportará y le quitará su tan anhelada misión.

—Steve, esto no se trata de la misión, ni es una pregunta para SHIELD. Es una pregunta de una amiga preocupada a un amigo. Lo que se diga acá, permanecerá acá— respondió con seriedad.

El rubio la miró por un momento, analizandola, antes de suspirar y rendirse por completo.

—es solo que no dejo de pensar en lo que sucedió. Fury me dijo que estuve inconsciente durante todo este tiempo, pero yo estoy seguro que no se trata de eso y que sencillamente fue una explicación mediocre o falsa para no darme detalles. Hay muchas cosas que no encajan, como por ejemplo que desperté en mi habitación y sin supervisión médica. También el hecho que encontré ropa más chica y de niño en mi habitación. Eso, si dejo de lado unos extraños sueños que he estado teniendo. Estoy seguro de que Fury no me dijo la verdad, y quiero saber qué fue exactamente lo que pasó— explicó con frustración, sin quitar la vista de la carretera.

La pelirroja suspiró con resignación, antes de tomar la palabra.

—en eso tienes razón. Fury te mintió. Pero necesito que mantengas la calma, porque lo que voy a contarte es delicado y te necesito al cien para esta misión, está bien— pidió, recibiendo un asentimiento del rubio. —tu no estuviste inconsciente. No sé hasta donde logres recordar, pero HYDRA explotó un artefacto y cuando te encontramos, te habían convertido en un bebé. No puedo darte muchos detalles, porque yo no fui quién quedó a tu custodia. A mí y a Clint no enviaron de misión durante ese tiempo— explicó brevemente, todo bajo la atención parcial y consternada del rubio, que se dividía en prestar atención al camino y mirar a la pelirroja.

—¿Yo? ¿Un bebé? ¿Como es eso posible?— preguntó con contestación, sin poder creer la información recibida.

—es difícil de creer, pero es cierto. Te convirtieron en un bebé, según tengo entendido gracias al suero. Si no lo hubieras tenido, hubieses muerto. Bruce estuvo investigando acerca de lo ocurrido— explicó brevemente mirando el paisaje.

—entonces, Bruce estuvo cuidándome mientras fui un bebé. Cuando terminemos con esto, iré a preguntarle qué ocurrió— afirmó con seguridad, ignorando una parte que le gritaba que estaba equivocado.

—tienes un punto, Steve. Bruce puede darte más detalles de lo que pasó, pero aún sigues equivocado. No fue Bruce quien te estuvo cuidando, fueron Tony y Peter. Y, aunque odié aceptarlo, debo reconocer que hicieron un buen trabajo— respondió la mujer, fijando la vista en el rubio a la espera de la reacción de este, quien freno en seco y se giró a mirarla con la incredulidad dibujada en su rostro.

—¿Tony? ¿Me estás diciendo que el mismo Tony que yo conozco fue quien me estuvo cuidando? ¿Tony Stark?— preguntó con la incredulidad bañando sus palabras, negándose a creer que Tony Stark, el hombre al que amaba y que le hizo tanto daño con su actitud era la misma persona que lo había cuidado cuando solo era un niño.

—Si, Steve. Sé que es difícil de creer, pero Tony y Peter estuvieron cuidando de ti. Sé que las cosas entre ustedes fueron complicadas, pero cuando ocurrió lo de la misión, Tony cambio y ya no es el mismo de antes. Deberías hablar con él, quizás encuentres más repuestas, no solo de la misión, también sobre la extraña cosa que hay entre ustedes— aconsejó con seriedad y sinceridad la mujer mirando fijamente al rubio.

El rubio frunció el entrecejo un poco, en señal de confusión e incredulidad, antes de suspirar con resignación.

—esta bien. Trataré de hablar con él cuando esto acabe. ¡Total! ¿Que más puedo perder? Dudo que pueda perder algo más de lo que ya he perdido en este tiempo— respondió con resignación y tristeza, fijando su vista en el camino y poniendo en marcha el auto, pues no debían perder más tiempo.

—te vas a sorprender con los hallazgos, Steve. Te lo aseguro— respondió la mujer, antes de desviar la conversación a los asuntos de la misión.

********

La luz incandescente de la lámpara que colgaba en el techo le lastimo los ojos con su gran intensidad, por lo que se vio parpadeando varias veces, antes de abrir los ojos por completo.

Los recuerdos de la misión y lo ocurrido con Rumlow regresaron a su memoria como el caudal de un rio, lo que lo llevó a la conclusión de que se encontraba en el hospital.

La sensación de una mano calidad, entrelazada con la suya, le obligó a dirigir su vista allí, encontrándose primero con un costoso Rolex, seguido de un traje sumamente costoso, notes de encontrarse con el rostro dormido de un cansado, ojeroso y desaliñado Tony, quien dormía sentado en una silla al lado de la camilla, con la cabeza apoyada en ella.

Una lenta y dormida sonrisa se dibujó en sus labios.

Quizás existía la posibilidad de que Tony hubiese cambiado y que lo que Natasha dijo fuese verdad.

Enamorándome De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora