James Buchanan Barnes

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-te voy a contar- dijo el castaño, para tomar el portaretratos en sus manos y fijar su vista en el, sin evitar que un dejó de melancolía, añoranza y tristeza se apoderase de él, al ver al rubio de cabello y ojos claros. -ellos son mis compañeros y amigos, ellos viven conmigo y son personas increíbles. Estoy seguro de que podrás conocerlos y ellos estarán encantados de conocerte- le aseguro con un tono calmo, para regresar el portaretratos a la mesa.

-a mí me gustaría conocerlo a él- dijo con la emoción característica de un niño, mientras señalaba al rubio que se encontraba junto al castaño. -se ve que es alguien increíble, además, se parece mucho a papá y a mamá. Sabes algo curioso, ese hombre te mira exactamente como mamá mira a papá y viceversa. Se ve que siente algo por tí- dijo con calma y así sin más, causándole dolor y asustando a Tony, puesto que, primero, la persona a la que había señalado era a él mismo de adulto, además de que había reconocido perfectamente las características de sus padres en el, y segundo, porque se había dado cuenta de los sentimientos de su yo adulto con solo ver una fotografía, y por la manera en que lo había dicho, sabía con exactitud cuáles eran esos sentimientos, además del hecho que lo había dicho con curiosidad y admiración y no con asco y repulsión.

-a él no podrás conocerlo. Él... se encuentra ocupado. Y ¿No te da asco o te causa repulsión la idea de que dos hombres se amen entre sí?- preguntó más que nada, extrañado por la reacción anterior del rubio.

-mmm, es una pena. En verdad quería conocerlo. Y con respecto a su pregunta... ¿Promete mantener en secreto mi respuesta?- preguntó con temor lo último, mirando fijamente al mayor.

-lo prometo- dijo seriamente, extendiendo su dedo meñique, a lo cual el rubio sonrió, y entrelazó el suyo, mucho más pequeño a comparación del dedo del mayor, para luego romperlo con una de sus manitos.

-no, no me causa ni asco, ni repulsión. El amor es amor, y todos tiene derecho a sentirlo, sin importar su genero. Se que es anormal y castigado que piense de esta forma, pero nadie jamás va a poder cambiar mi forma de pensar. Además, se ve que el amor que ese hombre siente por usted es puro y verdadero, puedo verlo en sus ojos... Prometame que no va a comentar nada de lo que le dije. El único que sabe esto, además de usted es Bucky- le confesó con timidez, temiendo que alguien escuchará su conversación y sintiendo sus mejillas calientes.

Por alguna razón, está afirmación lleno de celos a Tony. Eran celos, no podía darle otro nombre y no quería hacerlo. Le molestaba de sobremanera la confianza y la felicidad con la que Steve hablaba de ese hombre.

-¿Te llevas muy bien con ese chico, verdad?- preguntó con falsa tranquilidad, con curiosidad y con molestia, la cual supo ocultar muy bien.

-¡Si! Él es mi mejor amigo. Él me quiere mucho, siempre me defiende cuando me meto en problemas. También me da dulces cuando estoy internado en el hospital y me hace compañía, aún cuando los otros niños no quieren juntarse conmigo. Él me da calor cuando tengo frío, sus brazos son cálidos y fuertes y también me da besitos cuando estoy triste o cuando me lastiman y me dice cosas que me tranquilizan y me hacen feliz- confesó con una sonrisa cálida, recordando todo lo que su mejor amigo hacia por él.

"... Él lo beso"

"Él lo beso"

"¡Él lo beso!"

"¡Demonios! ¡ESE CRÍO HABÍA BESADO A STEVE!

Un peligroso ácido empezó a formarse en el estómago del mayor, de tan solo imaginar que ese maldito mocoso que ya era un fósil había besado los suaves y esponjosos labios de Steve. No importaba la edad que este tuviese, era inconcebible que ese mocoso hubiese tenido la osadía de besarlo. La sangre en sus venas se calentó hasta un punto insoportable y tuvo que contar mentalmente hasta diez, también tuvo que repetirse como mantra que ese mocoso se había hecho hombre y que había muerto en batalla, por lo que no había ninguna posibilidad de que viniese a fastidiar... ¡Por la ciencia! Era ya un jodido vejestorio, un fósil de más de 100 años. Fósil mal, no fósil andante, atractivo y caliente como su Steve. Dió una honda inhalación, antes de exhalar, para calmarse y con todo de la calma que poseía, preguntó.

Enamorándome De TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora