Enamorándome De Ti

Todo lo que perdimos

En un abrir y cerrar de ojos, el mes de agosto había hecho presencia y con ello llegaba el cumpleaños número 15 de Peter.

Fiel a su palabra, Steve se encontraba haciendo todos los preparativos para que la celebración fuera perfecta.

Cualquiera simplemente hubiese contratado a un preparador de fiestas o hubiese comprado todo en una tienda especializada en ello, pero Steve quería que está celebración fuera única, por lo que se encargaba de preparar la mayor cantidad de detalles a mano y de forma rigurosa, y también, de conseguir adornos y decoraciones de primera calidad.

Fue una hazaña titánica el mantener a Peter lo suficientemente ocupado para que no se diera por enterado, también el prepararlo todo en medio de la inmensa cantidad de misiones y sesiones de entrenamiento con los nuevos reclutas a las que era sometido a diario, pero, ver sus progresos día a día era sumamente satisfactorio, sin agregar el plus de la distracción de sus pensamientos con Tony.

Tony... En estos últimos días, no se había dado mucho tiempo para pensar en él.

Había resuelto hablar nuevamente con él y poner absolutamente todas las cartas en juego sobre la mesa, pero la distancia a la que las circunstancias de su vida diaria los sometía y su cabeza, que de una u otra forma había encontrado en su momento el espacio para darle vueltas una y otra vez a lo sucedido, lo llenaba de inseguridad...

¿Y si Tony retiraba lo que dijo?

¿Y si solo era una forma cruel de llamar su atención?

¿Y si el cambio de Tony solo se debía a la situación,y dentro de poco volvía a ser el hombre que llenó sus días de angustia y dolor?

Por esa razón, había relegado sus pensamientos con respecto a él a la parte más lejana de su cabeza, pero ahora, a solo un par de días del cumpleaños de Peter y con menos tareas que las que tenía antes, su cabeza encontraba pequeños espacios para cuestionarse sobre todo lo sucedido y sobretodo, para recordarle que su tiempo únicamente con sus pensamientos se había agotado y que debía enfrentarse y hablar con Tony en solo unos cuantos días.

*******

Era de noche y todos, seguramente, ya se encontraban durmiendo.

Steve aprovecho ese momento para terminar de preparar el pastel de cumpleaños de Peter.

En la mañana, aprovechando la ausencia de todos y el poco tiempo libre que tenía a esas horas, había horneado los bizcochos, por lo que únicamente tendría que preparar el glaseado y las capas de relleno.

Se encontraba alistando todo lo necesario para empezar a preparar lo que le faltaba, cuando unos pasos en dirección a la cocina lo sobresaltaron.

Observando la gran cantidad de ingredientes que ya tenía dispuestos sobre la mesa y con la plena consciencia de que, si se trataba de Peter, no tendría tiempo para ocultar absolutamente nada, se aproximó hacia la puerta, encontrándose con Tony, quien, al parecer, acababa de llegar de su viaje de negocios, debido a la ropa que vestía.

—Buenas noches, Tony— saludó el rubio, después de dejar salir un largo suspiro de alivio, antes de dar media vuelta y regresar al lugar en el que se encontraba hace unos pocos momentos.

—buenas noches, Steve— saludó de vuelta, no sin extrañarse de que el rubio fuese quien empezará la plática, mientras ingresaba a la cocina, observando los ingredientes que el rubio tenía sobre la mesa. —¿Que estás haciendo?— preguntó con confusión, mientras se acercaba a la cafetera y la encendía para prepararse un café.

—preparo el pastel de cumpleaños de Peter. Le prometí que lo celebrariamos juntos este año y que me encargaría de todo— explicó, mientras empezaba a preparar el relleno del pastel.