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Chaeyoung había despertado tarde, había salido tan rápido de su casa que ni siquiera fue a el baño, necesitaba orinar. Corría por los pasillos del colegio tratando de llegar a el sanitario y entró rápidamente, liberándose. Al salir del baño escucho dos voces conocidas y por impulso se escondió detrás de la puerta. Aquellos chicos estaban en la entrada del baño.

—Definitivamente logro darme una buena mamada. —Dijo Bambam—. Pero ya sabes que es lo que quiero.

—Lo vas a conseguir. —respondió Baekhyun con simpleza.

—Lo haré, porque ya estoy cansado de esperar.

Chaeyoung permaneció en silencio, ¿Mina...? No, no podía creerlo, ella no sería capaz de hacerlo. La conocía. Apretó sus puños con fuerza, llena de rabia. Espero a que se fueran e hizo lo mismo. Durante todo el día no pudo concentrarse en sus clases, seguía recordando aquella conversación y el enojo crecía a un más. Necesitaba hablarle y aunque no fuesen nada, quería una explicación, en el fondo sabía que no se trataba de ella y tenía razón, porque de inmediato recordó lo que había visto.

—¡Ese idiota! —suspiro con rabia.

Al llegar a la biblioteca la encontró cerrada pero no tenía el seguro puesto, aquello era raro. Al parecer no había nadie, abrió lentamente y observo el lugar en busca de Mina, no había rastro de ella, iba a irse, pero entonces escuchó un grito.

—¡Para!

Se asustó, era la chica. Rápidamente busco por el lugar y cuando la encontró, se dio cuenta de con quién estaba. No pudo moverse.

—Amor, por favor, solo déjate llevar. —Bambam trataba de besar los labios de la chica—. Lo que tienes que decirme puede esperar...

—Detente, Bambam. —colocó las manos en su pecho—. No puedo, yo...

Mina quiso alejarlo, pero este la acorraló con más fuerza contra la pared sin dejarla hablar y tomó su rostro logrando capturar sus labios en un desesperado beso mientras restregaba su cuerpo contra ella. Chaeyoung al ver que la mayor trataba de quitárselo de encima, reaccionó, se acercó rápidamente y tomó la camisa de aquel chico, alejándolo con brusquedad. Mina al verla se sorprendió, pero en su mirada aún se podía notar el miedo que tenia.

—Ha dicho que te detengas. —siseo, llena de rabia.

—No te metas, maldita enana, ¡Lárgate! —grito al mirarla.

Chaeyoung no respondió, volteo a ver a Mina.

—¿Estás bien? —pregunto, preocupada.

—¿Acaso no escuchas? —el más alto la tomo de la camisa y Chaeyoung lo alejo de un empujón.

—El que no escucha aquí eres tú. —volvió a empujarlo, estaba tan enojada que en ese momento no pensaba.

Bambam dijo nada, solo se acercó mientras estrellaba su puño en el rostro de la más baja. Mina se sorprendió aún más cuando la chica le devolvió el golpe, Bambam la agarró del cuello y entre golpes cayeron en el suelo. Todo paso muy rápido.

—¡Para, Bambam! —grito la chica, aterrada—. ¡Detente!

Bambam estaba sobre la menor, Mina tomó el brazo de este para alejarlo y en aquel descuido Chaeyoung lo quitó de su cuerpo bruscamente y se levantó. La chica de inmediato se interpuso entre ambos.

—¡Estas muerta, lesbiana! —la señalo con su dedo y después sonrió—. Espera, ¿Te gusta mi chica? Asquerosa.

—Bambam, detente. —Mina lo miraba, su nariz tenía sangre.

—¡Cállate! ¡Estoy cansado de ti! —siseo con amargura y la mayor se asusto.

—Él te engaña. —dijo la menor limpiando su boca—. Solo quiere acostarse contigo...

—¿Que...? —dio algunos pasos, alejándose de él.

—Si no te vas conmigo, la mataré a golpes, Mina. —se acercó y agarró su brazo con fuerza.

Para su desgracia sabía que no mentía, miró a Chaeyoung, respiraba fuertemente, su ceño estaba fruncido y su labio inferior estaba partido. Suspiró, ¿Cómo pudo hacerle eso? Nunca lo había visto así. Trató de disculparse con la mirada, se sentía culpable y salió del lugar con aquel chico.

Chaeyoung solo los vio alejarse, ¿Se había ido? ¿De verdad? ¿Cómo pudo hacerlo? Él estaba demente. Tiró de su cabello con fuerza, tenía ganas de gritar en ese momento, pero no lo hizo, solo un fuerte sonido resonó al golpear la pared. No le dolió porque ya tenía una herida más grande. Lo había elegido a pesar de todo y a ella, la había dejado sola. Y solo pudo sentir las lágrimas correr por sus mejillas.

Sabía que eso pasaría algún día. 

Precious Girl; MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora