Capitulo 32 La Reconciliación

1.1K 31 2
                                    


Después de la tormenta siempre llega la calma, pero después de ti, después de ti no hay nada.

Estaba inmersa en un mar de dudas, de contradicciones. Jamás imaginé la situación en la que me encontraría, ni siquiera al lanzarme a esta aventura sin final feliz. Realmente no lo pensé, y estaba pagando las consecuencias.

En las palabras que leía de Draco, veía el miedo al fracaso, aunque en el fondo, muy al fondo podía ver un halo de esperanza. La tormenta había arrastrado todo el lodo que había en nuestra relación, todo lo que se nos había ido quedando en el tintero tras años de convivencia.

Después de dos agónicos meses dio con mi paradero, pidió a sus papas que se llevaran a los niños a la mansión para darnos el espacio que necesitábamos para arreglar nuestra situación, yo no me encontraba en la casa, estaba caminando por la playa leyendo la última carta que Draco me había mandado


Carta de Draco a Hermione

Con mucho amor y temor te escribo

¡Perdóname amor!

Hoy, al tenerte lejos y al no poder estrecharte entre mis brazos, me doy cuenta de lo mucho que te amo y del dolor que me causa tu ausencia. Por mi mente pasan, a cada segundo, todos los momentos felices que compartimos y siento que son los mejores recuerdos de mi vida.

No quiero vivir sin ti; la verdad, no puedo. Cada uno de mis suspiros te pertenece y solo sueño con tenerte cerca otra vez, fundirme en ti, besarte, acariciarte y no dejarte ir nunca más. No te quedes en mi pasado, contigo quiero un para siempre.

Te sigo queriendo como el primer día y eso no cambiará por fuertes que sean los vientos; eres una mujer maravillosa que vale oro y no mereces nada más que felicidad. Estoy dispuesto a enmendar todo el daño que te hice y a aprender de los errores; en todo el tiempo que hemos estado separados, he tenido la oportunidad no solo de reflexionar sino de cambiar aquellos aspectos que nos hicieron tanto daño.

Anhelo con todas mis fuerzas que logres perdonarme y que me des una segunda oportunidad, te prometo que no te vas a arrepentir y te sentirás la mujer más afortunada y orgullosa del mundo por tener al lado un hombre más especial.

Ya no puedo aguantar más esta pena que llevo por dentro.

Tu ausencia en mi vida es más fuerte de lo que puedo soportar.

Quisiera que me entendieras así como tú también quisieras que yo te entendiera, pero a veces no es posible. Momentos como estos son los momentos más tristes y dolorosos que hay, los que más daño nos hacen y los que más temor me provocan.

Reconozco que no soy perfecto, acepto que a veces no soy ni la sombra de lo que desearías que fuera. Que sin darme cuenta y aun sin querer... despierto en ti la ira o quizás la tristeza y frustración por no saber controlar mis impulsos... ni tampoco respetar tu cariño... Por herir tu orgullo y traicionar lo más sagrado... que un día me regalaste y no supe cuidar.

Y ahora, que estoy solo,

¿qué voy a hacer, amor mío?

¿Qué voy a hacer sin ti?

No siento ganas de nada...

Sin ti... no siento siquiera la vida.

Muerto en vida... triste y vacío.

Maldigo la hora que dejé escapar al amor de mi vida. Culpa innegable de mi tonta soberbia... fruto amargo de mi vil cobardía. Bien merecido lo tengo y muy caro lo estoy pagando. Pero es tanto el dolor y la pena, que no encuentro forma alguna de reparar el daño que te he hecho. Mil veces quisiera pedirte, mil veces quisiera rogarte y aun así serian pocas las penas que habría de pagarte.

Sin Pecado ConcebidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora