Llego la hora.... Bienvenidos

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Capítulo 6

Llego la hora…. Bienvenidos

Yo quería ser una madre ejemplar. Acudí a la educación maternal, y puse todo mi empeño en aprender a hacer lo bien. Estaba convencida de que esto me ayudaría. Yo no tenía ningún miedo al parto, me sentía muy feliz, y con mucha ilusión, quería que fuera un gran momento de mi vida…

Todo empezó de madrugada… esperamos en casa hasta las 12. Fui a la comadrona, y me dijo: "Vete para el hospital". Eran las 12:30 del viernes. Las contracciones son pocas y flojitas, así que no había prisa aun. A las 2 de la madrugada me llevan, sola, a la sala de dilatación. Pero aun nada. Me miraron un poquillo (lo peor de todo el parto son los tactos, ¡son mucho peores que las contracciones!) y me dijeron que efectivamente tenía la bolsa fisurada, pero que claro, no estaba aún de parto y no había dilatado nada...tenía que esperar. Nos dieron una habitación y allá nos fuimos a relajarnos y a aguantar las contracciones (cada 10 minutos)  - "Acuéstate en la camilla y no te levantes", me dicen… - Me ponen el monitor y el "gotero", y no puedo más que estar boca arriba, y sin moverme para nada.

Draco estaba afuera a la espera de ser llamado por Pansy que se encontraba en ese momento gracias a Merlín conmigo, con el están Blaise, Ginny, Theo, Luna Harry mis padres y mis suegros.

Al fin Draco es llamado y está a la espera conmigo a que mis niños me den una tregua, supongo que están muy agusto dentro de mi ……

Para llevar mejor las contracciones pedí un balón de gimnasia (de esos grandotes que se usan en clases de Pilates)

En el hospital muggle y en muchos otros, los tienen disponibles. Y aunque yo tenía (y tengo) uno en casa con el que había ido practicando, decidí usar el que Draco compro en Londres muggle y llevo a San Mungo, para no ir con el balón a cuestas (que no se ni si cabría en el coche).

Y para mi sorpresa, una vez con el balón, intenté sentarme para hacer los ejercicios aprendidos en las clases de preparto...¡Uff! ¡Qué mal! ¡Y yo que lo tenía tan claro! Con el balón me sentía más incómoda y aguantaba peor la contracción, así que en ese momento no me sentí cómoda, de plano el balón, no funcionaba para mí (para muchas mamis, si, bien me lo dijo mi madre, que cada una en el momento del parto es un mundo)

Y ahí empecé a tomar conciencia. Yo tenía la mente muy abierta a cualquier cosa que pudiera pasar en el parto. Es decir: yo quería un parto natural, vaginal y lo menos medicado posible. Pero a la vez, y poniendo por delante el bienestar de mis bebes, no me importaba que el parto se desviara de ese rumbo.

Quería dilatar con ayuda del balón (primer fallo para mí)

Quería dilatar en las bañeras de las que dispone el hospital (segundo fallo, ya que con la bolsa rota no puedes llevar a cabo esa práctica por riesgos de infección)

Quería no usar epidural (luego os cuento el error)

Quería que no me tuvieran que inducir el parto

Quería que no me tuvieran que administrar oxitocina para acelerar el parto

Vamos, que en ese momento me di cuenta que todo lo que quería ya no era posible. ¡Pues nada! me dije. ¡A disfrutar todo lo que pueda!

Sin Pecado ConcebidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora