Pide un deseo 《terminada》

Prólogo

Cuando el sol alumbra o cuando el agua brota, cuando las aves cantan o cuando el viento sopla; las hadas se presentan a todas horas.

No es en invierno, en primavera u otoño, es en verano, cuando están con nosotros.

Las hay de muchos talentos, aunque algunas son especiales, pero para el cambio de estaciones son esenciales.

Cada una de ellas es importante, pero si tan solo una falta, el país de las hadas perderá su balance constante.

Hace algunas primaveras una curiosa hada llegó a nunca jamás y fue recibida calurosamente por todas las hadas, sin imaginar que se convertiría en alguien muy especial para sus compañeros, pues en esa misma estación revolucionó la forma de cambiar las estaciones con sus ingeniosos inventos; en el verano logró descifrar el corazón de los humanos para convencerlos sobre la existencia de las hadas, fue en otoño cuando puso a prueba su amistad con Terence para posteriormente lograr crear el cetro que más polvillo de hada azul ha producido.

Las aventuras experimentando con el polvillo de diferentes talentos junto a sus amigos, el descubrimiento de su gemela en el bosque del invierno y la maravillosa historia compartida con Fawn y la hermosa bestia que también terminó siendo un gran amigo.

Tinkerbell ha formado parte de todo esto, ha sido una parte fundamental para causar problemas y resolverlos de grandes formas, sin embargo nunca ha estado sola, siempre ha estado acompañada de sus amigos, especialmente de un chico de tez clara y ojos azules, un hombrecillo con un trabajo muy importante a demás de ser guardián del polvillo. Ese es Terence, la persona que le ha enseñado tantas cosas a esa hada testaruda.