Perdidos

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Cuando Tinkerbell por fin pudo reaccionar, por inercia intentó volar hacia la espalda de Terence para comprobar que él tampoco tenía sus alas, sin embargo al no poder volar se cayó de espaldas para ser atrapada por su amigo.

ㅡMenos mal que estamos en esto juntos o ya estarías muertaㅡbromeó Terence para quitar la tensión del ambiente, pues su actitud positiva le ayudaba a sobreponerse a esas circunstancias.

ㅡNo es para tanto, simplemente te aprovechas de que no tengo idea de qué hacer sin alas. Pero cambiando de tema, creo que debemos buscar a los demás.

ㅡTink si antes no te cubres...no creo que se rompan tus alas puesto que no las tienes, pero te podrías congelar.

ㅡTienes razón, hace demasiado frio como para seguir andando en vestido, sin embargo esta no es mi casa y no se dónde puedo conseguir flores de algodón o hilo de diente de león para poder tejer algo abrigador.

ㅡTinkerbell, ¿recuerdas a Lizzy?ㅡpreguntó Terence un poco fastidiado por la lentitud de su amiga para comprender la situación.

ㅡClaro que la recuerdo Terence, pero no creo que ella tenga algo que ver con esto, ni que nosotros podamos llegar hasta ella.

ㅡNo se trata de eso Tibkerbell, solamente intenta observar a tu al rededor y comprenderás.

La chica comenzó a observar atentamente su al rededor, se daba cuanta de que las lámparas de los humanos que iluminaban las calles estaban encendidas, pues la noche había llegado a ese sitio.

Vio uno de esos automóviles de los que Lizzy hablaba transitando por una vía empedrada, pero esta vez el vehículo parecía no ser tan grande y majestuoso como ella recordaba.

ㅡO soy yo, o todo es un poco más pequeño de lo que recordaba...supongo que los humanos han estado buscando formas de ahorrar material en sus cosasㅡse rascó lentamente la cabeza intentando encajar todo eso en una idea, pero nada parecía coherente.

ㅡTinkerbell, no te asustes por favor; pero no tenemos alas porque somos...humanos Tink, esa roca nos ha sacado de la tierra de las hadas para llevarnos a Tierra firme como humanosㅡexplicó Terence lentamente esperando una respuesta de su amiga.

ㅡOh, vaya...yo no me esperaba esto, pero supongo que ya se nos ocurrirá algo para regresar, Hada Mary siempre dice que las artesanas somos buenas buscando soluciones.

El chico no esperaba esa reacción de Tinkerbell, pues ella solía precipitarse y sacar conclusiones que ni siquiera eran posibles.

ㅡQue bueno que te lo tomes de esa forma, pensé por un momento que...

ㅡ¡¿A quién quiero engañar?! Estamos perdidos, ¿Y si las hadas no se dan cuenta de que no estamos?, ¿qué tal si Fawn, Nyx y las otras también fueron traídas a este sitio?, ¡no puede ser! Hada Mary se enfadará si no me ve ahí para el festival de otoñoㅡcomenzó a interrumpir Tink mientras caminaba de un lado a otro y el característico tono rojo que invadía su rostro se hacía presente.

ㅡNo Tinkerbell, no creo que eso suceda; si las otras hadas también fueron traídas a este lugar sugiero entonces que las busquemos.

Terence comenzó a caminar, sin embargo al no tener idea de dónde se encontraban decidió regresar al lado de Tinkerbell para alentarla a seguir andando.

El trayecto hacia cualquier lado no parecía prometedor, pues Tinkerbell seguía tiritando a pesar de que Terence hubiese cubierto su cuerpo con su chaleco.

ㅡOye, me están doliendo los pies, y mi piel me arde, creo que hemos estado caminando mucho tiempo con el aire frío que nos rodeaㅡse quejó Tink, sin embargo ella tampoco comprendía qué debía hacer.

Pide un deseo 《terminada》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora