Pistas

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Lord Milori estaba esperando a que el hada de vuelo veloz comenzara a volar, sin embargo la pequeña hada de indumentaria violácea se dedicaba a observarlo con el ceño fruncido.

ㅡNo tengo tu tiempo; Reina Clarion lléveme a ver a quien cuenta esta leyendaㅡordenó el señor del invierno.

ㅡLord Milori, le recuerdo que en este territorio usted no manda, y le pido que se dirija a mis hadas con su debido respetoㅡrespondió la reina con altanería.

ㅡSeñor, no puedo llevarlo a ver a la persona que nos cuenta esto porque es simplemente una leyenda que entre las hadas se cuenta. No sé quién la inventó, pero las hadas de vuelo veloz aprendemos con este relato a ser precavidas con nuestra velocidad, pues si tomamos rápido una decisión podríamos crear un caos totalㅡadvirtió Vidia con vehemencia al ver que la Reina la defendía.

ㅡMuchas gracias Vidia, ¿podrías dejarnos solos? Agradezco mucho tu apoyo de hoy en esto, puedes irte a casaㅡordenó la Reina.

ㅡGracias, majestadㅡhizo una leve inclinación y voló hacia el exterior para buscar a las otras hadas que dijeron llegarían a tiempo.

Recién puso sus alas fuera las otras hadas la abordaron con cientos de preguntas, todas querían una respuesta a pesar de saber que esa actitud acabaría con la paciencia de Vidia.

ㅡVayamos a casa de Tinkㅡordenó Vidia sin darle respuesta alguna a las hadas y el grupo entero de amigas salió revoloteando hacia la casa de su amiga.

Silvermist estaba analizando seriamente si debería decirles que Periwinkle había contactado con ella cuando se encontraba en el lago esperando a que le llevaran la siguiente ración de tubos de neblina que Iridesa había ido a conseguir.

Tanta deliberación la distrajo de la charla que tenían Fawn y Rosetta, la cual parecía ser muy importante.

ㅡ¿Y tú que opinas cariño?ㅡle preguntó Rosetta con aquella peculiar voz.

ㅡNo les estaba poniendo atención. Disculpenㅡdijo Silvermist intentando recordar algo de la charla.

ㅡHablo del baile de otoño florecita, ¿Irás con nosotros o es que ya tienes pareja?

ㅡNo tengo ninguna pareja Rosetta, y saben que si hay algo divertido qué hacer siempre lo haré con ustedesㅡel hada extendió los brazos y abrazó a sus dos amigas.

ㅡPero hay alguien que no piensa así Sil, alguien ya tiene pareja y no podrá ir con nosotrasㅡadvirtió Iridesa mientras observaba detenidamente a Rosetta.

ㅡYa vas a empezarㅡcanturreó el hada de las flores intentando avanzar para darle alcance a Fawn y a Vidia.

ㅡVaya, que sorpresa...¿Y quién es la pareja de Rosetta?ㅡpreguntó Silvermist.

ㅡEso no importa ahora, ya hemos llegadoㅡanunció Vidia mientras movía la puerta de la casa para poder ingresar.

Todo dentro estaba oscuro, la mesa del centro estorbaba el camino de las hadas, quienes tropezaron con ella y con otras cosas que Tink había dejado en el suelo el día de su misteriosa partida.

Las ventanas habían acumulado hojas secas y la maleza se arremolinaba sobre los cimientos del acogedor hogar.

Todas estaban centellando dentro de la oscuridad mientras buscaban algo con lo que se podría iluminar la estancia, y mientras buscaban, encontraron una vela creada a base de cera de abejas, tenía un aroma fenomenal.

ㅡTal parece que Tink no solo hace cacharros ¿No crees Vidia?ㅡdijo Fawn mientras ayudaba a Iridesa para encender una flama aprovechando los rayos del sol que se reflejaban a través de la luna.

Pide un deseo 《terminada》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora