Amor Ciego

33. "Por tu culpa"

Dante

Abrí los ojos y me encontré con la carita de Simona, sonreí al recordar todo lo que había pasado, parecía un sueño y quería no despertar nunca. Lleve mi mano a su mejilla y la bese despertandola ella sonrió sobre mis labios abrazandome.

-¿Estas bien? -Pregunte mirandola a los ojos

- Estoy perfecta - Sonrió y no pude evitar sonreír- la pase muy bien anoche - mordió su labio nerviosa

-Yo también la pase muy bien - Dije para después unir nuestros labios

-Ay no - dijo ella sentándose sobre la cama tapándose con la sabana

-¿Qué pasa? - me senté al lado de ella preocupado

-Que tenía que volver a trabajar ¿Qué hora es? - Pregunto buscando un reloj pero yo agarré su rostro y la bese

- No vayas a trabajar, yo después habló con mi tío- dije sonriendole

- Es que no quiero dejar a Lucre con todo - dijo pasando su mano por mi cabello

-Hagamos algo - Dije gesticulando - Nos levantamos desayunamos juntos y después te acompaño hasta allá- dije y ella me sonrió asintiendo

- Me parece bien - beso mis labios y agarro mi camisa para ponersela y después se encerró en el baño

Me cambié rápidamente y baje para preparar el café y las tostadas. Cuando Simona bajo ya cambiada yo tenía todo listo, me miró sorprendida y se sentó en la mesa.

-Menos mal que no sabías cocinar - dijo ella agarrando una tostada y poniéndole dulce

-Bueno hacer unas tostadas tampoco es cocinar - Dije mientras tomaba un trago del café

-Es verdad pero algo es algo - Dijo levantando sus hombros

-Tenemos una charla pendiente vos y yo - Recordé y ella me miró confundida

-¿Qué charla? -me pregunto llevándose la tostada a la boca

- Marilina, hablaste con ella y no me dijiste nada de eso - Agarré una tostada y la comí en dos mordiscos

-Me había olvidado - Suspiro y me miró a los ojos - todavía no estoy lista para hablar de eso - Agarré su mano y deje un beso sobre ella

- No te preocupes, cuando quieras hablar acá estoy - Dije señalandome y ella se río abrazandome

- Gracias Dante - Susurro y beso mi mejilla

Cada vez que la miraba la felicidad me consumía por dentro, por un momento había pensado que no iba a poder recuperarla y no sólo que volvió sino que estuvimos juntos, haciéndome la persona más feliz de éste mundo. Se me hacía imposible despegar mi mirada de ella durante el resto del desayuno. Cuando terminamos, agarré unas cosas que necestiba para el bar y salimos hacia la casa de mi tío.

Al llegar abri la puerta dejando que ella pasará primero, abrazandola por la cintura. Apenas entramos nos encontramos con Mauro que nos fulmino con la mirada, atrás de el estaba Junior con lágrimas en los ojos. Me puse adelante de Simona por instinto y señale a Mauro

-¿Qué le hiciste? - pregunté enojado y Junior subió corriendo las escaleras

- No le hice nada sólo le dije lo que pienso - Dijo en defensiva

- Lo que pensas lo lástima así que por favor andate de acá- Dije con cada vez más enojo

-¿Vos volviste con esta? - pregunto mirando de reojo a Simona