41. Volver a casa

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Simona

Después de dejar al caballo en el campo de Mario volvimos a la casa, apenas entramos corrimos a la habitación para cambiarnos ya que nuestra ropa seguía mojada, me puse una camisa de Dante ya que yo no había llevado nada. 

-Tengo hambre - dijo el poniéndose la remera y yo sonreí 

-Cuando no tenes hambre - dije y él se rió

-Es verdad, pero no comimos en todo el día - se toco la pasa y sonreí caminando hacia él

-Hago unas hamburguesas ¿queres? - pregunte mirándolo y el asintió sonriendo como un nene al que le acababan de regalar un juguete 

Bese sus labios y después me fui a la cocina para sacar las hamburguesas frisadas y ponerlas a cocinar en el horno, el me rodeo por la cintura y sonreí agarrando sus manos para girarme quedando frente a él.

-Creo que mañana ya tendríamos que volver - dijo él poniéndose serio y yo le hice un puchero

-¿Por que? quiero quedarme más tiempo -me cruce de brazos mirándolo y él me sonrío

-Es que deje unas cosas en el bar y no puedo postergarlo mucho tiempo más - dijo él rascando su nuca 

-¿Que cosas? ¿no se puede encargar Blas?  - pregunte ilusionada

-No, un concurso de bandas - dijo haciendo una mueca y sonreí 

-Esta bien si es importante mañana volvemos - deje un beso sobre sus labios y sentí su sonrisa

-Gracias - dijo él acariciando mi mejilla mientras me miraba a los ojos

-¿Por? - pregunte confundida 

-Por hacerme la persona más feliz de este mundo - dijo uniendo nuestros labios nuevamente, quería estar así con él siempre 

-Gracias a vos, amarte es una de las mejores cosas que me pasaron - dije sonriendo - ahora pone la mesa que yo no puedo hacer todo viejo - hable seria y él se rió tirando su cabeza para atrás, amaba que haga eso

-Voy voy - dijo separándose de mi para buscar las cosas y llevarlas a las mesas

Di vueltas las hamburguesas y les puse queso, mientras esperaba a que se terminaran de cocinar agarre el pan de hamburguesa y lo descongele. Cuando la comida ya estaba lista la lleve a la mesa donde Dante esperaba sentado y en cuanto me vio se emociono.

-Por fin, siento que no como hace un siglo - dijo y ataco su hamburguesa

-Algún día te vas a atragantar y yo no te pienso ayudar - dije dando un mordisco 

-Seguro me vas a ayudar igual - dijo agrandado 

-Eeh no - dije sonando seria aunque en realidad el tenia razón 

-¿Ah no? -  pregunto levantando sus cejas mirándome con una media sonrisa

-Bueno si - dije rindiendome y él soltó una risa que me hizo sonreír 

Terminamos de comer y entre los dos lavamos los platos, ya todo ordenado nos acostamos en el sillón abrazándonos y no podía dejar de mirarlo, sus ojos en los cuales me perdía constantemente, sus labios que eran la adicción más grande que tenía, todo él era perfecto frente a mis ojos, nos quedamos en silencio un buen rato solo observándonos pero no era incomodo es más era placentero.

-Simona - hablo él y yo seguí perdida en su mirada

-¿Si? -pregunte para que siga hablando 

-Romeo - dijo él dándome a entender que quería hablar de su hermano, largue un suspiro y cerré mis ojos

Amor CiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora