Diez

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— ¡No! — gritó Leo totalmente alarmado levantándose de la cama.

— Leo...— escuchó que lo llamaban hasta que identificó la voz que lo hacía — ¿Estás bien? — preguntó el castaño restregándose los ojos aún medio dormido.

— ¡Ken! ¡Gracias a Dios, estás de regreso!

— ¿De regreso? ¿De qué estás hablando? Si no me he ido a ningún lado. Solo tuviste un mal sue...

Los carnosos y rosados labios de Ken fueron apresados por los de Leo en un beso sumamente demandante.

— ¡Hey! Tranquilo — logró decir Ken entre risas antes de volver a besar a su esposo.

Pero a medida que el nuevo beso avanzaba, este se volvía más hambriento y necesitado de parte de Leo, quien sin darle tregua comenzó a tocar el cuerpo desnudo de Ken provocando que entre besos soltara uno que otro jadeo, acción que dio como resultado que la temperatura corporal de ambos, subiera exponencialmente.

Las pocas ideas coherentes que estaba formando su cerebro, se le esfumaron al castaño al ser apresado bajó el cuerpo blanquecino del contrario, mientras este succionaba su piel dejando marcas rojas desde el inicio de su cuello, atravesando su pecho y llegando hasta su ingle, lugar en donde sin réplica alguna, engulló el miembro del contrario que ya se encontraba altivo, — debido al cuidado de los roces que Leo le estaba dedicando — al mismo tiempo que comenzaba a dilatarlo con urgencia; para posteriormente ser penetrado de una sola estocada.

Sin embargo, en vez de recibir queja alguna de parte del castaño, de los labios de Ken solo surgieron muchos "Ah"... "Mhm"... "Nhm"... "Así"... "Más rápido"... Hasta terminar con un fuerte "Leo" dicho en medio de una explosión de semen sobre sus cuerpos.

— Es el mejor cumpleaños de la vida — logró decir Ken aun con el cuerpo laxo y la respiración agitada.

— ¿Tu cumpleaños?

— Sí, mi cumpleaños... Así que hoy tienes que complacerme en todo — comentó está vez con picardía Ken.

Gateó sobre el cuerpo de Leo — quien lo miraba con adoración sonriendo de lado — hasta posicionarse en su entrepierna, lugar en donde terminó sentado y muy lentamente comenzó a mover sus caderas de un lado para el otro y en forma circular, activando así una nueva erección de parte del contrario, erección que no dudo en tomar auto penetrándose mientras fijaba ambas manos en el torso blanquecino de Leo.

— Te amo — dijeron al mismo tiempo minutos después de que el segundo orgasmo poseyera sus cuerpos.




* * *




Desayunaron ligero debido a que el castaño tenía ganas de regresar a la zona comercial, el día anterior había visto algo que le llamó la atención y quería probar la reacción de Leo. Caminaron tomados de las manos, tan pegados el uno del otro que incluso las miradas que recibieron a ellos parecían no importarles en lo absoluto.

— ¿Qué te parece?

— Es bonito, pero se supone que tú eres el cumpleañero y yo debería de comprarte algo a ti y no al revés.

Rosas [KEO] 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora