Regresar a la rutina diaria fue un tanto más difícil de lo que pensaban, especialmente para Ken, quien, de los dos, era quien más acostumbrado estaba de estar todo el día alrededor de Leo; y no es porque no lo hiciera siempre, pero el que su ahora esposo estuviera más cooperativo le gustaba y mucho.
— Leito — canturreó Ken, saliendo de la habitación que compartían juntos.
— No — respondió tajante el aludido.
— ¿De nuevo con tus negaciones? Si ni quiera sabes que es lo que voy a decirte.
— Ken, por favor, tú mejor que nadie sabe que es lo que ocurre cada que me llamas así.
— Termino gimiendo tan alto tu nombre que...
— ¡Ken!
— Solo estaba jugando... — dijo besando con suavidad los labios ajenos — la verdad es que quiero salir, pero tranquilo, no es nada del otro mundo ¿Por qué no vamos al parque?
— ¿Al parque?
— Sí solo a pasear, además podemos aprovechar a que Rovixx conozca el vecindario, el también necesita acostumbrarse a su nuevo hogar ¿No crees?
Leo pareció buscar las señales de alerta entre líneas, pero al girar su rostro y notar al mencionado can, simplemente no pudo evitar sonreír al verlo recostado en el suelo mientras jugaba con una pelota de goma.
— Bien, después de todo tienes razón.
— ¡Sí! — gritó Ken brincando de un lado para el otro.
Caminar con tranquilidad mientras iban tomados de las manos era algo que ambos disfrutaban de forma diferente, Leo lo hacía orgulloso de mostrar a la persona que había escogido para vivir el resto de su vida junto a ella, mientras que Ken lo hacía sabiendo que era completamente amado por quien se encontraba a su lado, cosa que sabia tan solo con tomarlo de las manos.
El aire fresco junto a los mormullos, así como las risas tanto de niños como de adultos, disfrutando de un bonito fin de semana, acompañados de un colorido atardecer parecía ser descrito como la cita perfecta para pasear al lado del ser amado; sin embargo, para Ken y Leo parecía ser una tarde de vergüenza, porque, aunque efectivamente iban tomados de las manos, el menor de los dos llevaba en la otra la correa de Rovixx, cachorro de San Bernardo que aún no entendía que quien mandaba en su relación era el humano que lo sujetaba con firmeza y no él.
— ¡Rovixx! — dijo con apuro Ken al notar que sutilmente era arrastrado por el can.
— ¿Quieres algo de tomar? — preguntó Leo tratando de no reírse de la situación.
— Sí, por favor.
— Bien... — comentó Leo soltando su mano y besando levemente sus labios — busca una banca y te alcanzo.
Las demostraciones de cariño de parte de Leo eran tan limitadas en público, que Jae Hwan al sentir la unión de sus labios con los ajenos, dejó de hacer presión sobre la correa soltando así a Rovixx. Por lo tanto, en el momento que Leo dejó de servir como ancla a su castaño favorito, este terminó siendo arrastrado por el perro, quien divertido comenzó a correr sintiéndose en libertad.
— ¡Rovixx, ven acá! — gritó Ken tras comenzar a correr en busca de su perro.
Leo los miró alejarse divertido, para posteriormente hacer su camino hasta la estación de descanso del parque, lugar que además de ofrecer el servicio de sanitarios, a un costado del lado contrario les ofrecía a los visitantes del parque, distintas bebidas, así como dulces y una que otra chuchería para comprar.
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Rosas [KEO] 02
FanfictionSegunda parte de Pétalos. ******************* Me inspira tu sonrisa, La que en tu cara reposa. Me inspira escribirte, Me inspira mirarte. Me inspira cuando dices, No puedo dejarte de amarte...