—MIERDA, NO NO NO
—No digas malas palabras, si no te quedaras hasta noche en el celular nada de esto estaría pasando.
Y era aquel hermoso lunes que Seokjin debía entrar a la nueva universidad, y sería el primer día y llegaría tarde. Se había despertado unos veinte minutos después de que la alarma había sonado, se encontraba en el escritorio donde se había quedado la noche anterior y maldecía mientras se acomodaba el cabello rápido en el espejo. El uniforme de su escuela era una camisa de manga larga blanca y una corbata que hacía juego con el pantalón en un color vino y se suponía que debía verse impecable pero Seokjin parecía haber sido arrollado. Su ropa estaba llena de arrugas pero no había tiempo para planchar, era eso o tomar el desayuno.
Y Seokjin no era de los chicos que podrían pasar medio día sin comer algo. Bajó a la cocina encontrándose con su padre quién estaba escuchando las noticias en su celular y a su hermano quién estaba más dormido que despierto comiendo una rebanada de pan, pero él tendría tiempo de llegar a su destino.
Seokjin tomó uno de los panes llenándolo de mermelada de fresa y a como pudo lo metió en su boca asegurándose de pasar esto con un vaso de jugo de manzana. Tomó sus cosas y salió corriendo de su casa, debía tomar el autobús que lo dejaría en aquel nuevo colegio. Pero como si la mala suerte estuviera de su lado el camión acababa de irse y no podía darse el lujo de esperar veinte minutos por otro por lo que no tuvo opción que sacar aquel deportista que no llevaba dentro para comenzar a correr con todas sus fuerzas.
Hubiese tomado un taxi de no ser porque ni siquiera se molestó en llevarse dinero, o lo olvidó. Pegaba aquel libro a su pecho mientras jadeaba entre cada paso largo que corría, pasó por la oficina de correos donde días antes había estado para poder dejar su carta antes de volver a emprender aquella carrera donde si hubiesen más competidores, el sería el ultimo lugar.
Una vez estando frente a la escuela dejó salir un suspiro. Parecía como aquellas películas donde la chica nueva acaba de llegar y todos la miran como juzgándola y era más o menos similar salvo que nadie lo miraba, todos estaban en grupos, todos sumergidos en sus propios mundos como para prestar atención al chico que fácilmente se confundiría con cualquier otro estudiante.
No le tomó mucho el poder encontrar su salón, habían chicas riendo de forma histérica y unos cuantos chicos reunidos en grupitos tras de ellas hablando de cualquier cosa que se encontraban en internet. La cosa era que Seokjin se comenzaba a sentir excluido sin siquiera haber comenzado, tomó uno de los lugares al final de la fila y dejó su libro sobre el escritorio sacando su celular fingiendo estar mensajeando con alguien aunque nadie estaba ahí.
—Te ves ridículo haciendo eso. — una voz rasposa lo sacó de lo que hacía volteando a su lado de inmediato, su cara debía estar roja.—Deja eso y habla conmigo ¿Por qué luces tan perdido? ¿Cuál es tu nombre? No te recuerdo y yo recuerdo a todos y no porque me importen es porque odio a todos, quizás si me dices tu nombre decida odiarte un poco menos que a los demás, si tienes suerte no te odiaré.
Vaya forma de hacer amigos, es lo que pensó Seokjin. La expresión del chico denotaba que no estaba bromeando en lo absoluto.
—Soy Kim Seokjin. — mencionó dando una pequeña sonrisa hacia el otro chico.
—Min Yoongi.
﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏
— Mira cuanto has crecido y eso que apenas hace tres semanas que no nos vemos.— el hombre abrazó a Namjoon como si hubiesen pasado años, Namjoon dejó su mochila para devolver el abrazo al hombre que en algunas ocasiones actuaba como su padre. Y no era de extrañarse, desde pequeño había convivido con él ya que su padre y aquel hombre solían ser grandes amigos.

YOU ARE READING
Cartas a: ninguna parte.
Kısa HikayeEn donde Seokjin es un chico que busca darle sentido a su vida desahogándose escribiendo cartas a ninguna parte y Namjoon es un chico que se topa con ellas. [ ¿Por qué nos enamoramos? ¿Por qué nos sentimos débiles ante algunas cosas o algunas pe...