Su guitarra y él. Era lo único que había traído como equipaje añadido en el avión desde Europa. Siempre le acompañaba y nunca se iba a negar a pagar más dinero por tenerla consigo. Aquella aventura ya era demasiado costosa pero su madre lo deseaba también. Quería encontrar a su hija y él a su hermana mayor. Pero gastar innecesariamente no era su forma de hacer las cosas, no era aquel niño de papá que todos hubiesen querido. Por ello creció junto a su madre dejando atrás a aquel padre que no valoraba todo lo que tenía y que insignificantemente vivía sin dejar nada sobre la Tierra. Sólo lo recordarían sus hijos, y no como aquel hombre que una vez fue, si es que fue algo. Un patán.
Yonghwa soltó la guitarra, cabreado por los pensamientos que él mismo producía. Ni la tormenta había hecho que su mente le dejase relajarse. No había dormido bien desde que había puesto un pie en Corea y era claramente porque todavía no había empezado a buscar. Se había dedicado aquella primera semana a dar clases de guitarra y así trascurrían sus tardes, donde se podía relajar.
Pero aquel día no había dado clases, no había salido de la cama hasta entrada la noche donde, desesperado, había deseado que todo fuese de otra manera. Aquel día hace mucho tiempo su madre había dejado a su padre por encontrarlo con otra mujer, desesperada huyó con él hasta Europa. Ese día no vio a su hermana mayor, y no se pudo despedir. Su madre dejó un recado pero claramente su padre no se lo daría nunca y ahí comenzó todo… Siempre esperó a que llegase una carta, una llamada o una visita inesperada de su hermana pero pronto pensó que los había abandonado tal y como ellos habían hecho años antes. Pero ya mayor decidió que si ella no lo buscaba la buscaría ella donde estuviese.
Gracias a las viejas asistentas que seguían residiendo en la casa de su padre supo que su hermana nunca había viajado fuera de Corea, por lo que el terreno de búsqueda se hacía muy pequeño a la vez que complicado. Corea era grande, pero la encontraría.
Miró a una de las sillas que tenía al lado y vio la cajita que había encontrado. La abrió y vio un colgante de plata con una nota musical. Cogió el colgante y se dirigió a un mueble con cajones que yacía en el fondo del local. Abrió un cajón y encontró un cordel negro que había dejado allí unos días antes. Sacó el colgante de la cadena fina que tenía y se lo colgó en el cuello con el cordel negro. Sonrió para sí. Supuso que aquel regalo se lo había dejado el destino, por soportar todo lo que había soportado. Y de nuevo guardó la cajita, en el cajón que había abierto.
Un sonido estridente hizo que el ambiente se encontrase de otra manera. Una melodía de guitarra salía de su móvil, que se encontraba medio salido de la funda de la guitarra que se encontraba en el suelo.
Corrió hacia el móvil y descolgó. Era su madre.
- Sí mamá, soy yo. – dijo mostrando su característico temple, tan serio. – No, aquí es muy tarde. – tras una pausa prosiguió – Lo sé, sé que hoy no era un buen día para pasarlo solo. Lo sé, yo también te quiero mamá. Mañana saldré y la encontraré – sólo quería encontrarla y volver juntos a ver a su madre, ella también la necesitaba. Y él sabía que todos aquellos años en los que su madre había sufrido se culpaba por perderla.
Cuando colgó volvió a sentarse y comenzó a tocar la guitarra con los ojos cerrados. Aquella melodía que repetía mil y una veces, como una especie de nana para tranquilizar sus pensamientos y su corazón. Sentía tantas sensaciones con aquella canción que siempre la tocaría cuando desease estar feliz. Algún día su hermana la escucharía y la reconocería al instante porque a ella le recordaría los buenos tiempos que habían vivido. Esa melodía le recordaría los veranos juntos que habían vivido en el parque al lado de casa donde siempre escuchaban a un hombre tocar la guitarra. Tocar aquella canción que a Yonghwa nunca se le había ido de la cabeza.
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Enredos
FanfictionLa familia siempre te protegerá, velará por tu bienestar y te querrán por siempre. Hasta que la realidad atropella tus sentidos y finalmente no queda nada. Sin padres y sin hermano, Park Shin Hye tendrá que afrontar ser una huérfana y labrarse su fu...