Capítulo 2. Shinhye

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Estaba en el autobús. Según las indicaciones de LeeMin el sitio de clases de guitarra estaba cerca pero aun así la guitarra era pesada. Cuando bajó del autobús cogió la guitarra con ambas manos, delante, y comenzó a caminar fijándose bien en los letreros de las tiendas.

Estaba tan nerviosa que, sin pensarlo, retorcía las asas de la funda de la guitarra una y otra vez mientras preguntaba para no perderse. Hasta que vio, en pequeño, un rótulo junto a una puerta de cristal. "Clases de Guitarra, por Jung Yonghwa", leyó. 

Sería un maestro de la guitarra, que buscaría en ella un desahogo de su vida casada, pensó Shinhye. Pero cuando abrió la puerta no se encontró con un hombre mayor si no con las espaldas de un joven muchacho. Pensó que sería otro alumno más ensimismado con la guitarra, que sonaba tenue en la habitación.

- Hola... - saludó Shinhye lo bastante bajo como para que no se escuchase. Y se dirigió a una de las sillas, tropezando con una de ellas y dejándose caer en otra. Cuando se sentó bien, el chico la miraba con detenimiento. Shinhye apartó la mirada y miró el local, sin encontrar nada para fijarse. Hasta que se encontró otra vez con la mirada del chico, que le invitó a sentarse a una de las sillas que estaban junto a él. 

Ella se negó, sin hablar, y miró hacia otro lado. Era el chico de anoche, el del Supermercado. Se sentía tan avergonzada que tenía unas ganas tremendas de irse antes de que el maestro estuviese allí.

- Vienes a dar clases de guitarra, ¿verdad? - le dijo finalmente el chico. Ella asintió brevemente con la cabeza, mirando hacia otro lado para evitar el contacto visual - Pues no creo que te pueda enseñar si te sientas tan lejos.

Shinhye miró sorprendida al chico. ¿Él es el maestro? No tenía pinta de saber tocar la guitarra, aunque al entrar la estaba tocando muy bien. Pero era muy joven, ¿de dónde había sacado tiempo para aprender tanto y tan bien? Apretó las asas de la guitarra mucho más fuerte y se sentó junto a él, intentando construir una pared entre ellos.

- ¿No vendrá nadie más? - dijo Shinhye tartamudeando. Él sonrió de forma descarada.

- Por supuesto. No me has pagado tanto como para estar solo contigo. - dijo con voz ácida. Shinhye frunció el ceño y miró al lado contrario. - Vamos, saca la guitarra. - le quitó la funda de las manos de Shinhye y abrió la cremallera, sacando la guitarra con cuidado y soltando la suya propia junto a él. Se la acomodó en las rodillas y comenzó a tocarla y a afinarla.

Shinhye se volvió a él y quedó embelesada por el sonido que hacía su guitarra. Nunca hubiese imaginado que sonara tan bien. Apenas recordaba a su padre tocándola, siempre había querido olvidar todos los recuerdos que podrían vincularlos. Aun así no pudo contener las lágrimas y cuando se dio cuenta el sonido de la guitarra se había parado.

El chico la miraba con detenimiento, preocupado. Ella volvió rápidamente la cabeza, tapándose la cara con el pelo y se limpió la cara. 

- Toma, ya está afinada. - se la entregó y torpemente la cogió Shinhye. A los segundos comenzaron a entrar varias personas que saludaron felizmente al chico.

- Jung Yonghwa, ¿te miraste la canción que mencioné? - le dijo un chico a él. Él asintió y comenzó a charlar alegremente con los demás alumnos, con mucha familiaridad.

"Jung... Jung Yonghwa" guardó  Shinhye en su mente.

La clase comenzó y todos sacaron sus guitarras y las colocaron en sus rodillas. Yonghwa daba claras indicaciones y todos le seguían. Pero Shinhye se quedó ensimismada en el rostro del chico. Yonghwa era lindo, muy lindo. Pero le inquietaba, aquella mirada que se fijaba en ella sin decir nada... Como justamente ahora...

- ¡Ah! - gritó ella, moviéndose de la silla y casi cayéndose si no llega a ser por la mano firme de Yonghwa que la sostenía. Se colocó de nuevo en la silla, totalmente avergonzada. Todo el mundo la estaba mirando y no sabía qué hacer. 

Yonghwa ignoró el hecho, suspirando pausadamente y comenzó a tocar. Todos le siguieron y Shinhye, torpemente también.

Cuando acabó la clase, Shinhye salió tan rápido que Yonghwa no supo cómo decirle que al día siguiente no tendrían clase. Todos asintieron pero ella no podría haberse enterado porque salió rápidamente del local.

Estaba esperando al autobús, de nuevo cogiendo firmemente la funda de la guitarra mientras apretaba fuertemente las asas. Recordaba lo avergonzada que había estado minutos antes, mientras se mordía el labio y fruncía el ceño. Quería llegar a casa y meterse bajo las sábanas para que LeeMin no supiese leerle en la cara lo que había pasado.

Subió al autobús y se acomodó en un asiento mientras mirada distraídamente la calle. Se sorprendió al ver a Yonghwa correr por ella y mirando de un lado a otro, buscando a alguien. Ella se tapó la cara con el pelo, deseando que no la reconociese a través del cristal para no recordar de nuevo la vergüenza que había pasado. El autobús comenzó a moverse, dejando a Yonghwa muy atrás. 

Se llevó el puño hacia el pecho e intentó calmarse. Cada vez que recordaba los ojos inquietantes de aquel chico se ponía de los nervios, su corazón se aceleraba demasiado. Supuso que sería de la vergüenza y deseó no haber ido nunca a clase de guitarra.

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