Capítulo 12. Yonghwa

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Pasó una hora desde que consiguió levantarse de la cama hasta salir del cuarto de baño totalmente vestido y dispuesto a ir a desayunar. A pesar de acostarse tarde y su terrible insomnio desde que llegó a Corea, Yonghwa había dormido hoy mejor que otras noches. Se miró por última vez en el espejo y salió de su cuarto cerrando la puerta. Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina por los atajos del personal, para así poder evitar a Chae Jung Ahn. Entró a la estancia: los mármoles adornaban las encimeras de los muebles y éstos estaban pintados de blanco. A la izquierda había una mesa pequeña, del mismo estilo que los demás muebles, y en ella había comida y bebida y el tipo de anoche sentado en una de sus sillas.

Yonghwa se quedó mirando desde la puerta de la cocina, mientras éste bebía una taza de café y comía un par de tostadas. Dejó a un lado unos folios, los cuales guardó en una carpeta marrón sin gomillas y lo miró.

- ¿Te vas a quedar ahí de pie? No sé de las costumbres de Europa pero creo que comer de pie es muy incómodo. - el chico suspiró de mala gana y se sentó frente a él.

- ¿Realmente te molesto? - dijo Yonghwa.

- Claro que molestas. Pero todo el mundo te respeta por ser el hijo del antiguo dueño de esta casa. - bebió de nuevo el café - Pero yo no lo conocí, ni tampoco tengo que guardar respeto a nadie.

- Creo que Chae Jung Ahn te da demasiada libertad.

- Realmente somos socios, no tiene ninguna competencia sobre mí. - se sintió insultado.

- ¿Piensas que ser guardaespaldas se trata de un vínculo de socios? - Yonghwa comenzó a reírse mientras una de las sirvientas le preguntaba qué le podía apetecer como desayuno - Un té, nada más, por favor. - le explicó y volvió a mirar al hombre.

- Realmente me acerco donde más me conviene, por eso siempre estoy junto a Chae Jung Ahn. Pero no soy su guardaespaldas.

Frunció el ceño y miró al hombre con dudas. ¿No era su guardaespaldas? ¿Entonces por qué estaba allí? ¿Qué se traía entre manos junto a ella? Yonghwa miró la extraña carpeta marrón que tenía frente a él y después volvió a mirar al hombre.

- Creo que ya he mantenido suficiente conversación contigo.

El hombre se levantó y se cerró la chaqueta de un solo botón. Cogió la carpeta marrón y salió, dejando la espalda de Yonghwa atrás. Se trataba de uno de los socios de Chae Jung Ahn. Pero éste era mucho más importante en su círculo de amistades pues vivía con ella. Yonghwa se había quedado con mucha curiosidad acerca de este tipo y se prometió que pronto sabría más de él. Mientras tanto admiró su móvil y vio la hora que era. Pronto tendría la primera clase del día. Bebió un poco de té y se levantó para salir en busca de su guitarra. No podía dejar de pensar en el hombre aquel y su relación con ella. Empezó a subir un par de escalones cuando se le cruzó una idea por la mente. ¿Y si fuese el detective privado? No podía ser, no... ¿Por qué le iba a molestar la presencia de Yonghwa? ¿Y esa afinidad con Chae Jung Ahn? ¿Acaso tenía amigos o amantes detectives? Todo pasaba por su mente demasiado rápido como para sacar una buena conclusión de ello. Suspiró y decidió seguir subiendo hasta su cuarto.

Cogió la funda de su guitarra y se la colgó al hombro. Éste le crujió y tuvo que recordar la larga jornada del día anterior. Se la colgó en el otro hombro, torpemente y salió de aquella casa sin encontrarse con Chae Jung Ahn. Todo un alivio.

Las clases por la mañana se trataban de una introducción hacia niños pequeños. Les recordó a los niños del orfanato y pensó que sería buena idea hacer una jornada de guitarra allí, para entretenerlos. Esperaba que Shinhye les acompañase. Shinhye. Suspiró. Su hermana, ella tenía más mérito para estar dentro de su cabeza, no aquella torpe.

Se despidió del último niño y de su madre con una reverencia rápida y soltó la guitarra a un lado. Cerró la puerta y echó la llave desde dentro. En ese momento el móvil le vibró y lo miró con esperanza. La cual se disuadió en cuanto leyó el mensaje: "Vuelve a casa si no la has encontrado. Mamá". Lo guardó con la misma intensidad en el bolsillo del pantalón y se sentó en una de las sillas, quedando el gran escaparate de la sala delante de él. En él veía la calle, como pasaban la multitud a esas horas del mediodía.

Entonces divisó a alguien conocido en la otra acera. Se levantó y se acercó al cristal, entrecerrando los ojos. Allí estaba. Aquel tipo. Quitándose las gafas de sol, dirigiendo la mirada hacia aquel local. ¿Qué quería? ¿Ahora lo estaba vigilando a él? Quizás fuese realmente el detective e intentase unir vínculos entre él y su hermana, pero le hecho de no compartir sus conocimientos con Yonghwa le hacía latente las dudas hacia él.

"Realmente me acerco donde más me conviene, por eso siempre estoy junto a Chae Jung Ahn. Pero no soy su guardaespaldas." Esas habían sido sus palabras. No coincidían con la actitud de un detective, por mucho que le pudieses pagar. No, no lo era. ¿Entonces? ¿A qué venía aquella actitud? Yonghwa realmente estaba rozando el mal humor. Abrió de nuevo el local, para salir a buscarlo pero ya no se encontraba en la acera de enfrente. Ni en otro lugar, como pudo comprobar. Había desaparecido.

- ¡Hola! - una voz femenina le asaltó y le sorprendió al estar muy concentrado en lo demás.

- Eh... Hola - contestó sorprendido. No se esperaba a aquella persona allí. - Eh... Está cerrado ahora mismo. Las clases empezaran más tarde.

- ¡Oh! - dijo disculpándose - Pretendía comenzar pero he venido sin ninguna información. ¿Eres el profesor?

- Sí. Soy Yonghwa - le hizo una breve inclinación de cabeza.

- Encantada. Soy Yoo In Young. Entonces, tu nueva alumna. - agachó la cabeza levemente y le dedicó una sonrisa traviesa a Yonghwa. Quien se quedó nervioso y sin saber cómo reaccionar. - ¿Ibas a salir a algún lado ahora?

- No, no. Puede pasar.

- Puedes tutearme si quieres. ¡Si parecemos hermanos! - Yonghwa sonrió incómodo ante la actitud humorística de la mujer y le abrió el paso hasta la sala donde estaban todas las sillas en círculo. - Vaya, es bastante grande. - dijo con los brazos cruzados admirando la sala.

Pero en la mente de aquella mujer comenzaba a tramarse algo que hacía varios años había tenido intensión de ejecutar: un plan de robo. Quizás robaría un par de millones de won, pero lo que más quería era robar un corazón. Quería que fuese suyo para siempre, como había sido en alguna ocasión. Culpa suya, que había desechado a aquel hombre. Ahora intentaría recuperarlo con todas las formas posibles de persuasión. Y lo había estado investigando y había salido el nombre de Yonghwa, aquel chico parecía tener mucho dinero, pensó. Sabía que había comenzado a investigar al chico, y por eso ella tuvo la misma intensión. Si Park Sang Wook estaba interesado en él, ¿por qué ella no? Supuso que estaba detrás de su fortuna, y no se había equivocado. Sabía que Yonghwa vivía en una de las mansiones más grandes de Seúl, y era uno de los herederos misteriosos de un señor multimillonario. ¿Acaso se requería más?

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2015 ⏰

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