Pensamiento 82

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Mi temor a la oscuridad no evita que al final del día me sumerja en ella, en compañía de la soledad y el insomnio. El insomnio me lleva a la incertidumbre y junto con ella llega el miedo al futuro, miedo al cambio y miedo a lo incontrolable.

Mientras que yo, petrificada, no hago más que dejarme arrastrar por el terror; sintiendo como cada respiración se vuelve cada vez más dificil, cada palpitar más fuerte y cada lágrima cargada con más dolor; suplicando que los minutos pronto se conviertan en horas, horas que traigan consigo el amanecer, donde la monotonía y la rutina me salvan de mi propia mente.

Sin embargo, esta espera paciente hasta ese momento donde vuelve la soledad para atormentarme, hacerme recordad que por más que lo ignore, no soy y jamás seré libre de mi misma.

Lo Que Nunca Te DijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora