Capitulo 1 El comienzo

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Emilia valencia es una chica de 17 años, pelo liso y castaño, piel trigueña y cuerpo normal solo tiene un complejo, piernas llenitas. ¿Amigos? Los suficientes. ¿Conocidos? Por montones.
Esta chica no tiene una relación con Dios como sus padres, ella aún no experimenta esa experiencia personal con Dios de la cual su familia tanto habla, sin embargo, lleva una vida consecuente con los valores que les dieron sus padres, incluyendo la virginidad. Jamás a tenido novio. ¿La razón? Jamás se ha enamorado y espera al indicado. No tiene un prototipo ideal de hombre solo tiene una exigencia, que no sea religioso. Según ella Son los peores.

Me levanté de mala mientras mis sobrinos saltaban arriba mío. Eran cerca de las 12, pero estoy de vacaciones merezco dormir hasta las 3 de la tarde. Mis padres se habían ido muy temprano a la conferencia de pastores que se realiza una vez al año durante 5 días, ellos están ahí desde la mañana hasta la noche, por lo que en estos días mi hermana viene a "cuidarme", y trae con ella a sus lindos cuatro hijos, aunque los amo con mi vida, odio que me despierten, y en realidad odio que cualquier persona me despierte.

Me levanté para darme una ducha "mañanera". Abrí el grifo para mi ducha de agua fría.
Estaba por meterme a la tina cuando sonó mi celular.

-¿EMI?- oí a mi mamá llamando desde un número desconocido.

-¿MAMÁ?! ¿DE DÓNDE LLAMAS? ¿PASÓ ALGO?-

Respondí casi gritando.

-NO HIJA, CÁLMATE, ESTOY LLAMANDO DEL CELULAR DEL PASTOR COLEMAN DE EUROPA ¿TE ACUERDAS QUE TE HABLE DE ÉL?- respondió ella muy calmada. Yo no tenía idea quien era.

Mis padres viajaban cada dos años a "supervisar" las iglesias de Europa, y seguro alguna vez me hablo de ese pastor, pero yo no le presté atención.

-MMM... ¿SÍ?- respondí en tono de duda.

-ES EL QUE TIENE MUCHOS HIJOS-.

-AHH YA ME ACORDÉ-. Mentí.

-LO QUE PASA ES QUE NO NO TIENEN DONDE QUEDARSE... Y VAN A IR A LA CASA MIENTRAS CONSIGUEN UN HOTEL...ASÍ QUE ORDENA LA CASA.-

-OK, NOS VEMOS.-

Respondí de mala gana.

Realmente no tenía ganas de conocer gente, menos de ordenar la casa.
Me puse un vestido suelto y colorido, era mi vestido para andar en casa y comencé con mi trabajo: ordenar la casa.

Estaba muy nerviosa, puesto que no me gustaba conocer gente y menos si no hablan español o eso creía. Primero llegaron solo 3 alemanas, supuse que eran hermanas, la más grande se veía de unos 17 años al igual que Emilia , las otras dos se veían muy seguidas pero bordeaban los 12 años. Todas eran castañas y una de ellas tenía los ojos azules. Yo esperaba encontrarme a gente rubia, pero eran muy latinas.

-Hola-. Saludé incómoda, dudando si hablaban español. Les di un beso en la mejilla a todas, mi hermana también las saludo con un pequeño abrazo.

-HOLA, ME LLAMO RENATA, ELLAS SON MIS HERMANAS CAMILA Y LAURA- dijo amablemente.
Yo esperaba a unas rubias que con suerte dijeran "hola", y que tuvieran nombres más "gringos".

-¿HABLAN ESPAÑOL?- dije sorprendida.

-OBVIO NUESTROS PADRES SON CHILENOS.-

-¡WAU! NO ME LO ESPERE! ME LLAMO EMILIA. Dije con una amable sonrisa.

Esa tarde almorzamos juntas y lo pasamos muy bien para mi sorpresa... Con Renata Nos gustaban las mismas cosas, y nos llevamos muy bien enseguida.

Mientras las niñas jugaban con mis sobrinos yo no paraba de parlotear con Renata conversábamos de las diferencias en la educación, el sistema de grados en Chile y Alemania, sobre que pensábamos estudiar y banalidades de la vida. Así se nos paso la hora.
Hasta que apareció mi hermana, Rocío.
-apúrense en una hora llegaran el resto y entonces se irán a la conferencia. Emi tú iras con ellos.- ordeno mi hermana, yo la mire suplicante pero negó con la cabeza. A ninguna de las dos nos gustaba asistir a esas conferencias, ya que a nuestro parecer estaba lleno de personas hipócritas disfrazados de cristianos. No todos por supuesto, pero yo odiaba la hipocresía.

-¿no tengo otra opción?- le reclamé.
-lo siento Emi tenemos un cumpleaños y no quiero dejarte sola-
-está bien- quería seguir peleando, pero ya daba igual.
En ese momento Renata me pide la plancha de pelo, pero como yo tengo el pelo liso y no uso plancha, le pase la de mi mamá.

Estuvimos unos minutos en el baño de mis papás que estaba en su habitación, pero con el Calor del aire sumado el calor de la plancha nos dio sed. Me dirigí a la cocina por unos jugos, cuando salgo al pasillo me encuentro con dos chicos sólo cubriéndose con una toalla en sus caderas. ¡Mierda! Pensé.

Tentación de una chica cristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora