❝chapter seven❞

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Madison movía sus manos frente al gran razón lleno de sangre mientras que los demás Mikaelson la veían espectantes, luego de que mencionó a Mikael, no dijo más nada y aquello les ponía los pelos de punta.

─Necesito el cuerpo de Esther y Mikael. ¿Lo tienen? ─éstos asintieron mientras que Elijah y Klaus se ponían de pie para ir en busca de sus padres muertos, Davina se puso de pie para poder acercarse a la gran bruja y apreciar de cerca lo que haría.

─¿Qué harás, exactamente?

─No puedo eliminar sus almas pero sí impedir que vuelvan a la vida. ─dijo con una pequeña sonrisa mientras le daba un papel viejo, era un manuscrito, que decía como quemar un cuerpo para evitar que vuelva a renacer en otro─. Esther siempre encontró la forma de regresar, en especial, en cuerpos de brujas. Mikael en cambio, la mayor parte de las veces que regresó de la muerte fue en su propio cuerpo, así que si está hecho cenizas no podrá volver en su cuerpo y tampoco permitiré que vuelva en otro porque voy a impedir que lo haga. Y siempre vuelve por alguna bruja inexperta, sin ofender, Davina.

La castaña sonrió sin mostrar sus dientes y asintió entiendo que ella había sido gran culpable de aquello.

Kol observó con sorpresa la conversación que mantenían a pesar de que la noche anterior, Madison parecía haber querido asesinarlos a todos. Sabía que podría estar hecha un lío por dentro, quizás luego, hablaría con ella.

─Sé que fue un error pero Klaus consigue hacer enojar a quién sea.

─Lo sé, corazón. Estuve junto a él medio siglo.

En ese instante ambos aparecieron con los féretros de sus padres, Madison suspiro y se acercó a estos una vez que los dejaron en el suelo, al abrirlos, se encontró con el viejo y ya, casi podrido, rostro de Esther. Hizo una mueca de desagrado mientras giraba y se encontraba con el rostro de Mikael.

Tomó dos pinzas pequeñas para ir hasta ambos cuerpos y tomar un mechón de sus cabellos, iba a necesitarlo para el hechizo. Tenía un grimorio con todo tipo de hechizo de magia negra, no utilizaba aquello desde hace un buen tiempo, pero aún así, nunca dejó de creer que usarla en éstos casos, era necesario.

Al ya tener los mechones listos. Empezó a murmurmar palabras que aquellos no comprendieron, parecía una lengua muerta, una oleada de viento arrasó en la mansión haciendo que todos se sorprendan, las velas a su alrededor se encendieron pero no mostrando una luz blanca, tenue, sino, una luz negra, oscura. Davina se sorprendió y la observó, sus cabellos se movían ligeramente mientras que poco a poco el suelo empezó a temblar, ninguno comprendía que pasaba a excepción de aquellas dos brujas de magia pura.

─¿Está canalizando todo su poder? ─preguntó Davina hacia Freya, la rubia giró a verla y asintió dándole a entender que la bruja que tenían en frente era más poderosa de lo que pensaban.

El pequeño tazón que llevaba su sangre se prendió fuego en el momento en que ella ponía los cabellos de Esther y Mikael, ambos cuerpos empezaron a ser consumidos por las llamas. Madison levantó sus manos al segundo en el que volvía a murmurmar palabras inentendibles, el viento volvió a azotar contra ellos pero de un segundo a otro frenó, la nariz de la morena sangraba sin parar por lo que supieron que todo la tenía débil, Kol corrió a ella para sostener su cuerpo con fuerza, evitando que caiga al suelo.

─Lo hice. ─murmuró sintiendo sus ojos cada vez más pesados, su cuerpo era una pluma, tan frágil y liviano, el castaño la tomó entre sus brazos dispuesto a llevarla a descansar.

─La llevaré a su cama. ─les hizo saber y Davina se puso de pie con una pequeña sonrisa asomándose por su rostro.

─Debo encontrarme con Josh. Nos vemos después, ¿sí?

─Está bien.

Él asintió y ella se giró para irse de allí. Kol subió el cuerpo de ex amada hacia su habitación, no la de ella, quería tenerla cerca.

La recostó allí y pocos segundos después se recostó a su lado observando su rostro, era preciosa, no podía dejar de pensar en lo hermosa que era ella, estaba tan perdido, sin saber qué hacer. Cerró sus ojos y esperó dormir, teniendo al amor de su vida a su lado.













•••



Madison abrió sus ojos y se encontró con el rostro de Kol, quién descansaba tranquilo a su lado, una sonrisa apareció en su rostro y llevó una mano hacia su mejilla para poder acariciarla, él era tan lindo. Se veía tan bien incluso hasta dormido.

Él al sentir su tacto abrió sus ojos lentamente y se encontró con los azulados de Madison. Ella sonrió a medias mientras bajaba su mano para poder dejarla sobre la cama.


─¿Qué pasó?

─Usaste mucha magia durante el hechizo y te puso débil.

─Eso explica porque no quiero mover ni un solo músculo. ─él sonrió divertido y ella se limitó a observarlo, sintiendo como las palabras de Davina carcomía su mente─ Así que vas a casarte, ¿quién lo diría?

─Sí, bueno...

─Davina es linda y tiene su carácter, pero aún me desagrada, lastimó a Klaus, nadie puede hacerlo y vivir para contarlo, ya lo sabes. ─él sonrió recordando que ella era uña y carne con su hermano, aún cuando al principio parecían llevarse tan mal─. Estoy feliz por tí, Kol. Sé que serás feliz. ─se levantó de la cama dispuesta a irse pero él la tomó del brazo haciéndola acostar de nuevo y quedar aún más cerca de él.

─Creí que te había olvidado. ─murmuró viéndola fijamente, Madison se sintió intimidada por su penetrante mirada, su corazón latió más rápido─ Creí que ya no podía amarte con tanta intensidad, creía que Davina había conseguido hacer que te supere por fin.

─¿Lo lograste? ─murmuró ella, sintiendo su garganta secarse cada vez más.

─No. Todavía te amo.

OLD LOVE  ▬▬▬ kol mikaelson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora