Estas muy linda hoy mi vida. Mirarte me hace feliz, tanto como tu nunca imaginarlas. Eres mi todo y todo por ti daría. Mi Amor, eres el ser más hermoso, más perfecto y sólo eres mía. Tus labios son como pequeños capullos de rosas: suaves y frágiles a la vez de dulces. Tus ojos son como aquellas estrellas que una vez vimos, las que una vez señalaste y dijiste, sin dudarlo un momento, que éramos nosotros dos. Tu piel, tan blanca y suave como el algodón, me fascina. Me llena de deseos recorren tu piel, recorrerla nuevamente y disfrutar de la lujuria de tu sexo; Sublime fruta prohibida. Me dirás que soy insaciable ¿Pero quien se puede sentir satisfecho teniéndote? Y eres sólo mía mi amor. Sólo mía...
Te amo y te deseo tanto mi vida que no puedo controlarme al mirarte, tu dulce aroma me lleva a un frenesí de excitación sólo comparable al amor qué nos tenemos. Nunca nadie nos separará. Nadie nos quitará nuestra historia juntos. Nadie, ni tu novio o familia te separaran de mi amor mío.
Quiero sentir tus cabellos en mi rostro, tus flujos corporales sobre mi piel desnuda, tu frío tacto y tu inverosímil silencio. Decírmelo amor mío ¡Decime que me deseas! Corresponde a este, nuestro último acto de deseo, el cual marcará nuestro para siempre. Gime en silencio mi amor. Hoy y para siempre seré tuyo y tu mía...
Nunca nos encontrarán. Nadie nos quitará esto que los dos tenemos.
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A la mañana siguiente, cuando el novio fue a darle los Claveles blancos que a ella tanto le gustaban se llevó una cruda y dolorosa sorpresa. Ella ya no estaba. Llamo a la policía, la cual llegó a las horas y contó lo sucedido. La Policía puso cinta perimetral y no permitió que nadie entrará. Interrogaron a todos pero ninguno tenía una pista de que podía haber pasado. Lo más insólito es que esa misma noche, el mejor amigo de la chica también había desaparecido y no atendía su celular. El había también robado la camioneta de su padre y dinero de una caja fuerte familiar. En su cama había dejado una nota que, más que esclarecer, dejaba aún más cabos sueltos.
"Nadie nos separará mi amor"
Al cabo de unas semanas los policías se rindieron, aún siendo que el novio de la chica exigía que siguieran buscando y culpando al amigo.
Al final de todo, uno de los policías se acercó al joven y, posando su mano en el hombro del chico, le dijo.
-Ya está hermano. No podes culpar a su amigo de nada y entiendo que la amabas pero no hay pruebas y debes tener en cuenta un detalle importante. El para que querría un cadáver y lo robaría del cementerio-
