¿Alguna vez pensaste en mi? En nosotros al menos... No, nunca lo hiciste. Siempre quisiste ser algo que no eres. Siempre buscaste el camino fácil. te deshiciste de personas sin siquiera darles oportunidad de quedarse. Usaste a otras como quisiste en favor de metas vacías. Nunca te lo perdonaré.
¿Sabías que pudimos ser felices? Y no hablo de una felicidad efímera, de esas que se desvanecen al amanecer. Hablo de algo perfecto, eterno y único. En verdad me hubiera gustado ser feliz más de un dia o unos minutos. Por lo menos sentir que éramos nosotros mismos y no una estupida copia de mercadotecnia y aborrecible mediocridad. Aun así, no te puedo culpar solo a ti. Los dos fuimos cínicos al decirnos "Todo está bien" cuando nada lo estaba.
Nos condenaste a la soledad y se que te afecta aun si intentas aparentar otra cosa. Te vi llorar muchas noches, solo en nuestra habitación, tratando de silenciar tus sollozos contra la almohada y lamentarte por ser así. También más de una vez te incite a cambiar y siempre supiste darme excusas para aferrarte al "No Puedo". ¡Miranos ahora! Lo perdimos todo. Me odio y te odio por esto.
Varias veces te pregunte si querias destruirnos ¿Te acuerdas? A lo que siempre me respondias " Me quiero demasiado como para querer destruirme". Te creí muchas veces y me volví ciego al ver tus razones. Alguien tan pero tan estúpido que no fue capaz de ver la realidad. Te odias, Me odias y siempre buscaste destruir todo a tu alrededor. Perder todo lo importante y volverlo polvo.
Dime ¿Ahora que harás? Ya no queda nada por romper, no hay promesas que puedas "no cumplir" ni refugio en el que puedas esconderte hasta estar bien. No nos queda nada y si pudiera tambien te abandonaria.
Te odio... Te odio e irremediablemente eso hace que me odie a mi tambien. Ya no somos nada.
Te odio.
Me odio.
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-¿Esta todo bien?-
-Si ¿Porqué?-
-Por nada. Ya está la cena. Baja rápido y lávate las manos-
-Ok mamá-
Cuando la puerta se cerró el intento secar sus lagrimas frente al espejo y verse lo mejor posible. Una vez listo, caminó a la puerta de su habitación e ir a cenar, No sin antes mirar al espejo por última vez y decir en voz baja.
-Me odio-
Fin.
