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Tengo un Iphone para cuando llame, otro para grabarle cuando me lo mame


— ¡Ah, Craig!

Eso era lo que Tucker buscaba. Esa esencia única. Kenneth era su complemento ahora. El rubio desprendía un aura tanto adorable como traviesa y coqueta.

Era un sexy demonio disfrazado de un dulce ángel.

— ¡Craig, vas a...Ah...vas a p-partirme!

Por palabras tan estúpidas y pequeñas como esas, era que Craig sentía su miembro crecer, desbordante de excesiva lujuria.

Salió de su rubio amante y le dio la vuelta con algo de dificultad. Lo tomo por la muñeca, llevando su brazo derecho a su espalda, la misma que tenía marcas algo rojizas por el ligero incruste del cinturón de seguridad. Sujetó su brazo con algo de fuerza y le embistió de nuevo, deleitándose por la manera en que el menor arqueaba su espalda y soltaba un glorioso grito seguido de su nombre.

Le fascinaba aquello, le encantaba, y sentía que jamás se aburriría.

Fue hasta sus omoplatos y comenzó a repartir besos y mordidas, aumentando cada vez más sus profundas embestidas. Lamio su cuello y mordió el lóbulo de su oreja.

Kenny le encantaba, lo volvía loco.

El sexo con él era tan delicioso.

Aunque, estaba comenzando a pensar seriamente en que aquello estaba dejando de ser simple "sexo"...

Miento [Crenny]Where stories live. Discover now