PROLOGO

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- Emilie – Su voz fue apenas audible

El chico entró de prisa a la habitación de ella, la chica lo miró sin comprender por que entraba de esa manera y mas por el aspecto que tenia en esos instantes. La preocupación se veía reflejada en el rostro de él. Sin previo aviso, la tomo de los hombros de una manera alarmante.

- Debemos de irnos – Ella lo miro sin comprender – Es ahora o nunca

No necesitó que se lo pidiera dos veces. Del fondo del armario, que se encontraba en su habitación, tomó una de las maletas y comenzó a meter sus pertenecías lo más rápido que pudo. Mientras el chico de los ojos color marrón la ayudaba también con el proceso de guardar las cosas de su chica.

- ¿Qué es lo que está pasando? – Pregunto al chico con voz trémula sin dejar de guardar sus cosas

- Joseph se ha enterado de todo

Sintió su alma caerse a sus pies. Sintió el terror correr por cada fibra de su cuerpo; sabia lo que esas palabras significaban. Los temores comenzaron a rodearla haciéndola caer poco a poco en un abismo de desesperación ante el echo eminente que les esperaba. Sus lagrimas resbalaron por sus mejillas sin poder evitarlo, no quería que sus malos pensamientos se volvieran realidad.

- No quiero separarme de ti – Su voz se quebró ante tal cruel idea

- Nadie nos separara, tranquila

No pudo evitar rodearla entre sus brazos, haciéndola sentir un poco mejor, aunque por dentro también sus temores se estaban volviendo parte del presente. Su corazón latía tan rápidamente en su pecho. No quería perderla, no quería perderlos

- No importa lo que pase de ahora en adelante, quiero que sepas que te amo, los amo – Delicadamente tomo su rostro entre sus manos y le deposito un tierno besos en los labios

- Mike – No pudo decir más, su declaración tenía un mensaje oculto, una nota que tristemente había captado

- Shhh – Poso su dedo índice en los labios de ella – No importa la distancia que pueda existir entre nosotros, siempre volveré a ti, en esta vida y en la otra

Sus corazones latían frenéticamente ante las palabras dichas. Por mas que deseaban no separarse, sabían muy en su interior que ello pasaría tarde o temprano. Pero la promesa de sus corazones podía ser mas fuerte que las tempestades que les estaba aguardando, y de eso estaba seguro el chico.

- ¡Emilie, Michael! – Joseph dio un estruendoso grito al entrar a la habitación, haciendo que ambos chicos saltaran ante el hecho de tenerlos presente.

- ¡Quita tus manos de mi hija! – El padre de ella se encontraba detrás de Joseph.

Ambos patriarcas miraban con cólera la escena delante de ellos; ambos jóvenes tenían sus brazos rodeando el cuerpo del otro. El gran magnate Bruce Hill sentía que mataría en cualquier momento al chico que se encontraba con su hija en esos momentos, quien, al sentir la mirada filosa del padre de la chica, instintivamente la movió detrás de sí mismo para así protegerla. El hombre de cabello cobrizo y ojos del mismo color del mar dirigió su mirada hacia la maleta que se encontraba abierta y encima de la cama de su hija; su cara se tornó de color rojizo ante el coraje que se encontraba haciendo por el echo de que su hija pensaba fugarse con él, con aquel chico no perteneciente a su estatus racial.

- ¡¿QUÉ ES LO QUE ESTAS PENSADO HACER EMILIE?! – Su tono de voz autoritario hizo saltar a la joven que estaba escondida detrás del cuerpo de su novio.

- Yo...yo... – Le temía, como nunca lo había hecho, pero su amor por aquel chico era mas fuerte que sus temores en ese momento. Sabia que tenía que luchar por el – Lo amo – Encaró a su padre y lo miró desafiante – Lo amo como no tiene idea, no me importa lo que mamá y usted piensen, el es mi felicidad y estaré a su lado le duela a quien le duela

El hombre de traje no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando ¿acaso su hija se había vuelto loca? Estaba furico por el echo de enfrentarse a él, de desafiarlo de esa manera, todo por lo que ella llamaba "amor" a ese ser que tenia enfrente. No podía contenerse por el odio que lo estaba consumiendo en ese instante y sin pensarlo dos veces la abofeteo fuertemente, dejando la mejilla de la chica de una rojizo intenso.

Emilie no pudo evitar soltar más lágrimas, no era por el golpe propinado por su padre ya que no era la primera vez que lo hacía, era por el simple hecho de que no comprendía su amor por aquel chico. Era su felicidad, su vida entera, a pesar de ser jóvenes se amaban y de ello estaban más que seguros.

- No le voy a permitir que le ponga una mano encima a Emilie – El chico sintió su sangre arder al ver que Bruce golpeaba a su chica.

- No te metas en lo que no te incumbe – La voz de Joseph resonó en la habitación

- Reacciona, niña, no seas estúpida – Bruce tomo de los hombros a su hija sacudiéndola violentamente.

- ¡No me importa si usted me golpea, no me importa que me insulte, lo amo y estaré con él, reaccione usted de una buena vez! – En esos instantes nada importaba, solo salvar su relación.

- ¡No la toque! – Michael trato de acercarse, pero fue en vano, su padre lo detuvo - ¡Suéltame Joseph!

- ¡BASTA! – La voz de Bruce se elevo mas alto que las demás para hacerse notar – Mira Emilie no tolerare que humilles a la familia de esta manera y usted señor saque a su hijo de este lugar.

Joseph sintió su enojo recorrer su cuerpo al escuchar la forma tan despectiva en la que se dirigía hacia los suyos, pero no podía replicar, el hombre era poderoso y podía hundir a su familia con solo tronar los dedos. Sin pensarlo dos veces tomo a su hijo tratando de sacarlo, pero este se resistió. Bruce al ver lo que sucedía, llamo a su personal de seguridad para que los sacaran de ese lugar.

- ¡No, suéltenme! – Trataba de liberarse del agarre de los hombres - ¡Emilie!

- ¡Mike! – La chica trato de ir al lado del pobre joven que sacaban a rastras de su habitación - ¡Papá basta! ¿Qué no entiende que lo amo?

Pero su padre no se inmuto, la chica tomo las manos de él, del chico que le había robado el corazón, Los hombres de seguridad de su padre aún seguían con el joven moreno que trataba de llegar a la chica, pero la golpearon, sin querer, en el acto, por parte del equipo de seguridad de su padre. Bruce al ver la humillante escena de su hija la tomó fuertemente del brazo, dañándola en el proceso. Sin pensarlo dos veces la tiro sobre la cama.

- ¡Te amo Emilie, no lo olvides! ¡Volveré por ti, te lo juro! – Fue lo ultimo que escucho decir al chico antes de que los guardias de su padre lo sacaran por completo y la dejaran encerrada en su habitación.

En esta vida...y en la otraWhere stories live. Discover now