Una semana había pasado desde la última vez que había visto al chico bailarín que conoció en aquella discoteca. No podía negar que era sumamente interesante, además de muy lindo. Se sentía de maravilla después de haber platicado con el aquella noche, decidió que de verdad lo quería como amigo, personas como el, valían la pena tenerlos cerca.
Pero no podía seguirse viendo en aquel lugar, sus escapadas pronto podrían ser descubiertas y se metería en un gran problema por ello y el chico no era la excepción, su padre comenzaba a sospechar de sus salidas nocturnas por cuatro noches seguidas. Habían acordado verse durante el día, en Pier 1 at Riverside Park, algo alejado de la ciudad, pero a ella siempre le había encantado ese lugar. A su mente, llega aquel día que lo cito en aquel lugar.
Había llegado a su hora acordada, en la tarde, al ser un día entre semana, estaba prácticamente vacío y le agradaba de esa manera. Busco por todos lados a Michael, los minutos pasaban y el no aparecían. Diez minutos desde su llegada y estaba empezando a creer que la había dejado plantada; sintió decepcionarse al notar que el chico no había cumplido su promesa de verse en ese lugar. Cuando estaba por irse, pudo darse cuenta de un hombre la miraba, sentado, desde una banca; una sonrisa burlona adornaba su rostro cubierto por unas enormes gafas de sol y una abundante barba. Le intriga un poco el hecho de que la observara de esa manera y estaba sopesando la idea de ir a preguntarle qué era lo que tanto le divertía. Por otro lado, su instinto racional, le decía que se alejara de inmediato de ese extraño hombre que la miraba insistentemente. Pero como era de esperarse, pudo más su curiosidad y se acercó a él.
- Debo tener, realmente, un feo rostro para que se esté burlando de mi ¿no lo cree? – Arqueo una ceja mientras lo miraba, el hombre se levantó de su lugar y con paso lento se acercó hasta la joven, quien, por instinto, retrocedió con cada paso que el extraño daba hacia ella
- Debo de admitir – hablo tan bajamente que casi ni lo escuchaba, a pesar de que así, su voz parecía ronca, algo le decía que la estaba fingiendo – que eres la chica mas bella que he visto
- ¿Lo conozco? – Frunció el ceño al escuchar las palabras del hombre
- Realmente – se acercó cada vez más a la chica, quien por un instante no pudo mover sus piernas para alejarse corriendo de aquel misterioso hombre – No deberías hablar con extraños
- Yo...no – La ha dejado sin palabras ¿Dónde quedaron sus enseñanzas de cuidarse así misma?
- Oh mi querida Emilie, tus padres te reprenderán si te miran hablando conmigo
- ¿Cómo sabes mi nombre? – Definitivamente sintió un escalofrió al escuchar las palabras de la persona que se encontraba enfrente de ella – Creo que es mejor irme
Rápidamente se comenzó a alejar del hombre que sabía su nombre. Se preguntaba cómo es que la conocía, y el terror llego a su ser al imaginar que la ha estado siguiendo por varios meses, convirtiéndose en su sombra, observándola y escuchando cada conversación que ha tenido, y justo en ese momento la ha encontrado sola, sin nadie alrededor y la noche estaba por caer. Tenía que alejarse de ese sujeto a como diera lugar, de eso estaba segura, pero sus planes fueron truncados al sentir que el hombre la sujetaba del brazo. Sus temores poco a poco comenzaban a invadirla por completo al sentir que estaba a merced de ese hombre. Sin pensarlo dos veces, le dio un fuerte puñetazo en el rostro, tal y como se lo había enseñado en más de una ocasión su fiel amigo Robert.
El hombre trastabilló al sentir el golpe de la chica, pero aun así no la soltaba del todo, solo aflojo un poco su agarre. Emilie volvió a sentir miedo al darse cuenta de que su golpe no afecto en mucho.
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En esta vida...y en la otra
FanfictionQueriendo volver a sentirse amado, Michael decide volver a creer en el amor a pesar de que la mujer que ama no esta mas en su vida. Nada pasa por casualidad y tristemente el lo entendió cuando su corazón decide dejar de ser una tumba. Tiene que tom...