CAPITULO 4

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Miraba al techo estando acostada en su cama, pensando si debía ir o no nuevamente a ese lugar donde había conocido a aquel chico bailarín. Le intrigaba el hecho de querer conocerlo más a profundidad. Solo habían sido unas cuantas palabras que cruzaron esa noche, para dejarla prendada a su ser. No sabía que esperar de él, no sabía que palabras utilizar, era solo un conocido de una sola noche, sí, pero algo en su mente le decía que no tenía que quedarse solo en eso.

Las palabras de Jane retornaban a su mente nuevamente, tratando de sopesar el hecho de volver a encontrarse con él. Era cierto que le parecía lindo, ¿atractivo? quizás, pero de algo estaba segura, Michael era sumamente interesante, y a ella le encantaban las personas interesantes ¿Cómo podría saberlo si solamente habló con él una sola vez? Su sentido le decía que había toda una personalidad detrás de aquel joven de piel morena.

Mirando en su reloj, se dio cuenta de que ya pasaba más de las nueve de la noche, realmente ya era un poco tarde para poder ir a ese lugar, y más teniendo en cuenta de cómo lograría cruzar la puerta principal sin que su padre se diera cuenta. Para su mala suerte, el despacho de su progenitor estaba justo al lado de la entrada primordial de la casa y para rematar aún más las cosas, el patriarca siempre se encontraba en su despacho a esa hora.

Una pequeña parte de su mente le decía que olvidara a aquel joven, y siguiera en su casa, acostada tranquilamente en su cama, pasando la noche como niña buena y ejemplo de la noble familia Hill ¿Qué clase de Emilie era esa? Entre más lo pensaba, más risa le daba. Claro que era una chica buena, era bien portada tenía valores y principios, pero eso no significaba que tenía que seguir con los aburridos protocolos de su familia. No era por rebeldía el querer conocer a Michael, era más bien por ella, por su innata curiosidad por conocer gente nueva. ¿Qué esperaba de él? No lo sabía hasta volverlo a ver...

*******


- Vaya ¿Qué tenemos aquí? – El joven se acercó al chico que se encontraba arreglándose frente a un espejo - ¿Bañado y perfumado? Esas no son señales de pasar una tarde jugando billar conmigo

- Hola ¿Cómo estas Michael?, Muy bien David, gracias por preguntar – Hablaba divertidamente, tratando de imitar una conversación que nunca existió en esos instantes.

- Bueno, por lo que veo, vas a una cita con chica ¿o me equivoco?

- Simplemente quiero salir a divertirme un poco esta noche – lo miró a través del espejo y pudo notar como su amigo fruncía el ceño

- ¿Dos días seguidos? Eso no es muy propio de ti - Se cruzo de brazos y observaba como Michael se bañaba en perfume por segunda ocasión

- No sabias que me vigilabas Gest – Lo miro con el semblante serio, pero en su mente estaba más que divertido por las caras que su amigo hacia – Por si me lo preguntas, pareces una novia celosa, no sabía que me querías tanto

- ¿Yo quererte? Por favor – Camino de nuevo hacia el marco de la puerta, riendo por la divertida conversación que tenía con Michael – No son celos, simplemente me intriga saber quién es la pobre chica que se fijó en ti

- ¿Chica? ¿Qué chica? – Preguntó nerviosamente a David quien al escuchar el tono de voz nervioso de Michael supo de inmediato que había dado en el clavo

- Solamente te arreglarías así para ver a una chica, además – lo comenzó a olfatear un poco – de que te has bañado con dos litros de perfume

En esta vida...y en la otraWhere stories live. Discover now