The sound of your heart ;; Toruka [TERMINADA]

Chapter ten ;;

Chapter ten - The eternal memory.

Taka's P.O.V.

Había asistido a clases no porque me importara aprender nuevas cosas, sino porque esperaba encontrarme con Toru. Nuestros rumbos se habían perdido desde ayer después de... eso y en la mañana nadie lo vio entrar a sus primeras clases. Qué horror. Qué feo. La preocupación me revolvía las entrañas y la ignorancia de su paradero sólo agregaba vinagre a mi ensalada estomacal. Ahora me encontraba sentado en una de las mesas de la cafetería sin poder despegar las uñas de mi boca.

—¡Eh! —Tomoya me atizó un manotazo anunciado su presencia. Luego se sentó frente a mí con ojos expectantes —. ¿Qué te pasa? ¿Sucedió algo?

—Ayer Toru y yo fuimos a un bar gay y... —comencé diciendo, pero, antes de que pudiera terminar, Tomoya se atragantó con su propia saliva y comenzó a toser. Si no fuera porque me sentía intranquilo, hubiera explotado en risas.

—¿Qué?! ¿Cómo?! ¡¿Qué pasó?!

—Tranquilo, eso no es lo importante —intenté calmarlo.

Con cuidado, retomé la conversación haciendo un esfuerzo por recordar todo lo que la cruda me permitía. Y aunque se lo estuviera diciendo a él, también me lo repetía a mí, porque no era capaz de digerirlo aún.

—Me estás diciendo que los padres de Toru...

—Sí. Ellos... no están de acuerdo con nuestra relación. No entiendo por qué no me lo dijo antes.

—¿Y has hablado con él?

—¡No! —exclamé desesperado—. No lo he visto desde... ¡espera! —en eso, mi celular vibró trayéndome un mensaje—. ¡Es él! 

Salí disparado de la cafetería como si mi vida dependiera de ello. El mensaje me citaba por los jardines centrales y justamente allí fue donde lo encontré. Lucía espectacular como siempre, hasta que alzó la cabeza al notar mi presencia. Sus ojos estaban cubiertos por unos lentes de sol, caminé pocos pasos que se hicieron eternos y cuando estuve lo suficiente cerca de él, nos quedamos viendo por un largo rato sin decir nada. Sólo nos mirábamos, esperando a que uno empezara la conversación. Harto de toda esa tensión, levanté el brazo para retirarle los lentes; no obstante, detuvo mi objetivo, agarrándome. Lo miré a través del plástico polarizado una vez más y fue ahí cuando me soltó.

El púrpura opaco que abrazaba su ojo izquierdo resaltó ante la luz del sol irradiando directamente sobre su cara, unas cuantas partes rojas por aquí y otras negras por acá. Yo no supe qué decir, simplemente me quedé pasmado ante semejante combinación de colores que manchaban aquel rostro tan bello.

—Ven, sentémonos —dijo señalando el pasto.

Nos acomodamos uno muy cerca del otro. Viéndolo herido parecía como si mi corazón quisiera prestarle mi propia cara para que dejara de dolerle.

—Supongo que es bastante obvio pero creo que es mejor aclararlo, —las comisuras de sus labios se alzaron en un intento fallido por ejercer una sonrisa. Se estaba esforzando mucho por confesarse y trataba de hacerse el fuerte. Sin pensarlo, apretujé su mano con vigor. Toru me miró y ésta vez la sonrisa fue más fácil—. Mis padres son homofóbicos, Taka.