Chapter one ;;

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Chapter one - Three times. 


Taka's P.O.V.



La primera vez que lo vi fue en una tienda de cómics y videojuegos. Él estaba revisando el más reciente lanzamiento de un videojuego mientras que yo leía el precio de un cómic una y otra vez. Bajaba la mirada hacia la etiqueta con los tres dígitos, la volvía hacia su expresión entusiasmada y luego miraba de nuevo el precio.

No sé por qué lo hacía. Era un chico normal, de esos que te encuentras sentados en las sillas de los salones. Cabello rubio, ligeramente largo y lacio. Nariz afilada con perfil hermoso. Él era alto, bastante alto. Sus labios eran preciosos, sin mencionar esos ojos singulares, y vaya que esa voz un tanto grave...

Como sea, él estaba rodeado de otros chicos, sus amigos, supuse. Así que decidí no tomarle importancia y me dirigí hacia la caja para pagar mi esperada posesión. Salí de la tienda como si nada, tratándome de convencer que sólo era una cara bonita y no era como para enamorarse o algo así, además, a mí nunca me pasan cosas interesantes. A pesar de todo, no dejé de pensar en él durante todo el trayecto de regreso a casa. Ni cuando comí o leí mi nuevo cómic.

Debí de haberme percatado de que ese encuentro era el principio de muchos más.


🐶


La segunda vez que lo vi fue en la escuela. ¡En mi, mi escuela! ¿Cómo es que no lo había visto antes? Tal vez porque me había pasado todo el fin de semana pensando en él y cuando tienes algo en mente inconscientemente encuentras eso por todos lados.

Sucedió de esta manera:

Yo iba caminando felizmente acompañado de mi amigo Tomoya hacia la cafetería. Sólo quería comprar una barra de cereal ¡Eso era todo! Pero no, él tenía que hacer acto de presencia, metiéndose a la fila.

El aire se me fue de los pulmones y no podía respirar para ingerir más. Quedé pasmado. ¿Cómo se supone que debía reaccionar al ver el chico que había ocupado mi mente durante un largo rato?

—Oye, fórmate. No te metas —le reprochó Tomoya. Estábamos a unas cinco personas atrás de él por lo que sí logró escucharlo.

—Tranquilo hermano, sólo vine a encargar unas cosas —sonrió. Al parecer era la clase de persona que cree que con una sonrisa se arregla todo.

El chico se fue y nosotros nos quedamos esperando a que la fila avanzara. Nuevamente opté por descartar el encuentro. Que él asistiera a la misma escuela no significaba que llegaría volver a verlo, pues las instalaciones son enormes y hay miles de estudiantes aquí. Una probabilidad de uno entre muchos. Jamás, nunca vería su cara otra vez. Me olvidaría de su bello rostro para siempre.

Y por supuesto que estaba equivocado.


🐶



La tercera vez que lo vi, y la última de nuestros encuentros casuales, fue en la alberca del club al que asistía. No es que yo fuera alguien deportivo pues no me agrada mucho la idea de sudar, pero mi mamá me había obligado a realizar alguna actividad física y resolví hacer spinning ―que no requería mucho esfuerzo―. Más tarde me di cuenta de los beneficios de ser miembro de un club deportivo y uno de ellos era el poder sentarme en las gradas frente a la alberca y observar a los chicos en sus trajes de baño. Verlos hacer su calentamiento, verlos echarse clavados, verlos nadar y competir. No me preocupaba estar de fisgón porque también había chicas, así que nadie llegaría a sospechar. Lo que sí es que cuando me ganaba la emoción, tenía que ponerme la mochila encima y cuando me calmara, salir corriendo de ahí.

The sound of your heart ;; Toruka  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora