—Hay... una mujer.
Louis no supo si reírse o llorar.
Se quedó muy quieto, mirándole.
¡Patty! Pensó. ¡Tenía que ser Patty!
Era la única posibilidad con sentido.Su enfado irracional por lo que Louis le había dicho a Patty, su súbita decisión de renovar la casa, coincidiendo con el retorno de la muchacha a Sweetwater.
Así que era eso.
Estaba enamorado y pensaba que Patty había vuelto demasiado pegada a la forma de ser de los de la ciudad como para que le gustara alguien como él. Así que estaba haciendo el sacrificio supremo de tratar de volverse un caballero Pigmalión al revés.
—¿Y bien?— insistió Harry mirándolo. —¿Sí o no?
—Seguramente habrá alguien que lo pueda hacer mejor.
—Nadie como tú— su mirada se posó en Louis, llena de aprecio y de algo mucho más profundo que Louis no fue capaz de ver. —Eres un caballero. No, no hay nadie que me pueda enseñar mejor que tú—. Louis se quedó mirando fijamente la cafetera. —Tómatelo como un reto, como algo con lo que llenar tus horas libres. ¿No te has sentido nunca solo?
Louis levantó el rostro y le miró a los ojos.
—Sí— dijo —Sobre todo desde que murió mi tío.—¿No sales con nadie?—. El ojiazul volvió a sentirse violento. Había una razón para ello, pero no quería hablar de eso con él, por lo menos, en ese momento.
—Me gusta estar solo.
—No es bueno para un joven vivir solo. ¿Ni siquiera has pensado en casarte?
—He pensado en un montón de cosas... ¿Cómo quieres el café?
Sirvió las tazas y buscó la leche en el frigorífico. El interior estaba tan desordenado como el resto de la casa.
—No tengo leche, si es eso lo que estás buscando.
—Tienes cientos de vacas en el rancho ¿y no tienes leche?
—Esto no es una granja.
—¡Pero una vaca es una vaca!
—¡Si quieres la maldita leche, ve y ordeña una!
Louis puso entonces los brazos en jarras y se quedó mirándole fijamente. Harry se echó para atrás. Entonces, Louis dio un profundo suspiro y puso las tazas de café sobre la mesa.
—Eso es lo que más me gusta de ti— le dijo Harry sentándose en una de las viejas sillas.
—¿El qué?
Harry sonrió despacio y sus ojos verdes brillaron.
—Que te enfrentas conmigo.
Antes de poderlo pensar, Louis le contestó —Pues anoche no te gustó.
—Estaba borracho.
—¿Por qué?
Harry se encogió de hombros. —Todo me sobrepasó. Empecé a pensar en lo solo que estaba... No esperaba verte hoy; pensé que no ibas a querer volver a hablar conmigo.
—Todos tenemos depresiones a veces, incluso yo. Está bien, no pasó nada— cuando dijo esto se tocó el labio inferior con la lengua. —Bueno, nada que dure para siempre.
—Lo que le dijiste a Patty era cierto— le dijo Harry
—Yo no quería decir eso; o lo que te dije anoche. No eres un hombre poco atractivo, Harry.
—Mira, por fin he logrado hacer algo de dinero y lo he invertido en algunos negocios que me van a dar buenos dividendos. Pero no hay nada en mí que pueda atraera a... alguien, física o intelectualmente, y tú lo sabes.
Louis contuvo la respiración.
¿Creía eso realmente?
Le recorrió lentamente con la mirada todo el cuerpo, fijándose en los poderosos músculos de sus brazos, su poderoso pecho y las largas piernas.
Debía reconocer que no estaba nada mal. Incluso sus facciones atractivas... si estuviera afeitado y bien peinado.
De repente, se acordó de lo que le había dicho Patty acerca de, cómo se comportaría él en la cama y se puso colorado.
Harry lo miró justo a tiempo para darse cuenta de su rubor y frunció el ceño.
—¿Qué te ha hecho ponerte así?
Louis se preguntó lo que podría decir Harry si le contara que Patty y él habían estado hablando de su posible comportamiento sexual.
—Nada. Un pensamiento tonto.
—Veintiséis años y todavía te ruborizas como un virgen— murmuró Harry observándolo. —¿Lo eres todavía?— le preguntó sonriendo.
—¡Harold Edward Cox!— exclamó Louis.
—No sabía que te supieras mi nombre completo.
—Me enteré cuando el tío te vendió esas tierras.
—¿Ah, sí? Todavía no me has contestado. ¿Me vas a enseñar a comportarme?
—Harry, cualquier persona que te quiera no va a tener en cuenta la forma de ser que tienes...— empezó a decir Louis diplomáticamente.
—Esta persona sí lo hará.
Louis se sintió celoso de repente, sin saber por qué.
¡Era ridículo!—Bueno...
—No soy un idiota, puedo aprender.
—Oh, de acuerdo.
Harry pareció relajarse un poco. —¡Magnífico! ¿Por dónde empezamos?
Louis le miró detenidamente, rogando al cielo que lo ayudara, iba a necesitar un milagro.
—Necesitas ropa nueva, un corte de pelo, afeitarte...
—¿Qué clase de ropa?
—Camisas, calcetines, otros vaqueros, y un par de trajes.
—¿De qué tipo? ¿Color?
—Bueno ¡Y yo qué sé!
—Tienes que venir conmigo a Phoenix. Allí hay algunos grandes almacenes.
—¿Y por qué no vamos a la tienda del pueblo?— protestó
—No me apetece que nos vean juntos por allí.
—De acuerdo, iremos a Phoenix.
—Mañana. Es sábado— le recordó Harry cuando Louis ya iba a protestar. —No creo que tengas ningún negocio que no pueda esperar hasta el lunes. Trabajas demasiado, así te tomarás mañana un día libre. Te invitaré a comer. Así me enseñarás de paso algo sobre la forma de comportarse en la mesa.
Aquello no parecía que fuera a ser un trabajo para las horas libres, pero, de repente, se dio cuenta de que no le importaba.
Ese proyecto podía ser divertido al fin y al cabo.
Después de todo, Harry no estaba escaso de posibilidades. Su fisico era magnífico.
¿Cómo no se habría dado cuenta hasta entonces de eso?
Cogió su taza y se bebió lo que le quedaba de café mientras Harry sorbía el suyo.
—Eso es lo primero— dijo indicándole la taza —bebe, no sorbas.
Cuando él trató de hacerlo, y lo logró, Louis le sonrió. Harry le devolvió la sonrisa y una extraña sensación recorrió su espalda.
Tenía que tener cuidado, se dijo a sí mismo.
Después de todo, lo estaba preparando para una mujer, no para él.Y luego se preguntó la razón por la que ese simple pensamiento lo deprimía tanto.

ESTÁS LEYENDO
Keyframe [Terminada]
Hayran Kurgu❝El maleducado granjero Harry Cox quería aprender buenos modales para así enamorar a... ¿una mujer?; y Louis Tomlinson era la única persona del pueblo que tenía la suficiente educación como para llevar a cabo ese trabajo. Ningún otro hombre o mujer...