Keyframe [Terminada]

XXIII.

Harry se estremeció entonces salvajemente; contuvo la respiración y apretó el rostro contra su cuerpo.

Sí, pensó Louis apretándole más, había funcionado.

Ahora Harry no sería capaz de detenerse, o de detenerlo.

Ahora iba a suceder, porque había logrado llevarle a una situación en la que no había otra salida.

La boca de Harry se unió a la del más bajo mientras la acariciaba de una forma muy excitante.

Louis empezó entonces a gemir y a retorcerse bajo el dulce tormentode sus manos. Louis continuó su exploración con la boca y no dejó ni un solo centímetro de su cuerpo sin recorrer, lo que le hizo gritar y susurrarle cosas que la hubieran hecho morirse de vergüenza a la luz del día.

Cuando Louis sintió el peso de su cuerpo sobre él, volvió a estremecerse y Harry le acarició la espalda para tranquilizarlo.

—No lo vamos a hacer con prisas— le dijo suavemente. —Lou, cierra los ojos un momento, voy encender la luz.

— ¡No...!

— Sí— le contestó Harry besándolo y encendiendo la luz de la mesilla de noche.

Louis abrió entonces los ojos. Estaba en una situación completamente nueva para él y tenía miedo de que al encender la luz Harry no siguiera adelante.
— Ya te lo dije en otra ocasión. Quiero verte— le dijo el rizado entonces. —Viniste aquí virgen y estamos a punto de hacer algo extraordinario juntos. Déjame... ver lo que te pasa... por favor.

El cuerpo de Louis volvió a temblar, pero no dijo nada. Le pasó las manos por los anchos y sudorosos hombros, por el pecho, la cara.

Le notó moverse y sus pupilas se dilataron. Estaba un poco nervioso, pero Harry le volvió a acariciar el pelo, tranquilizándolo, mientras acercaba las caderas.

— No— murmuró Harry cuando Louis trató de apartarse.

La voz le tembló, pero su sonrisa era real, sus ojos le dijeron... que lo estaba amando.

—Oh— susurró Louis mirándole directamente a los ojos cuando ambos cuerpos se acoplaron.
—Sí, oh cielos, sí...

¡Sí! Algo increíble estaba sucediendo.
Louis tenía la sensación de estar en otro mundo. Le estaba clavando las uñas en la carne y ni se estaba dando cuenta.

Su cuerpo se olvidó de que tenía un cerebro y se dejó llevar por el instinto, excitándole, acompañándole.

Una intimidad más profunda empezó a formarse entre ambos y se fue transformando en algo dulce, fácil y tremendamente cariñoso.

—Ahora- susurró Louis sin darse cuenta. —Ahora, te... pertenezco...

— ¿Pero... es que ha habido... alguna vez que... no lo fueras?— logró articular Harry.

Su boca le quemaba y su cuerpo empezó a encontrar un nuevo ritmo con el de Louis.

Notaba sus manos sujetándole las caderas, enseñándole cómo hacerlo.
Louis cerró los ojos y dejó que su cuerpo le indicara qué hacer.

Volvió demasiado pronto a la conciencia, Harry reposaba tembloroso sobre su estremecido cuerpo, la voz le temblaba como si le estuvieran torturando y repetía su nombre como una letanía.

Louis abrió los ojos y lo primero que vio fue el techo de la habitación levemente iluminado por la débil luz de la lamparilla.

Trató de moverse y se dio cuenta de que todavía eran parte el uno del otro.

Se le cortó la respiración ante la belleza de esa situación.

Harry tardó bastante en calmarse y Louis se admiró de la fuerza de su pasión.

— Ha durado mucho, ¿no?— susurró Louis suavemente.

Harry se incorporó un poco y lo miró con unos ojos que reflejaban el arrepentimiento y el dolor.
— Te he violado— le dijo.

— No exactamente— murmuró el ojiazul con una cálida sonrisa.

—¡Por Dios...!

Louis se le acercó un poco y le besó suavemente, cariñosamente, sonriendo a la vez.

— No...

Las piernas de Louis se enroscaron sensualmente en las de él y algo que debería ser imposible, de repente no lo fue.

Deliciosamente sorprendido, Louis cerró los ojos y le besó con más fuerza.

—¡Yo, Dios!— exclamó Harry.

Inmediatamente después, dejó de hablar. Louis le pasó los brazos por detrás del cuello y siguió besándole hasta que el mundo volvió a explotar a su alrededor.

Finalmente, exhaustos, se quedaron dormidos entrelazados.

*

Louis se despertó antes de que Harry lo hiciera y se vistió mientras miraba el viril cuerpo de Harry tumbado en la cama.

Decidió que, efectivamente, era hermoso.

No sería culto ni civilizado, ni estaría bien educado, pero era hermoso y sensible y, probablemente, sería un padre maravilloso...

Le ardió el rostro cuando se acordó de la noche que habían pasado. Bueno, ya era demasiado tarde para tener remordimientos.