DON'T YOU KNOW.

1.

    07 de Agosto.

John.

    —Quizá sea una cirujana—dijo Mike Stamford, tratando de animarlo.

    —O una asesina.

    —¡Harriet!—John se estremeció.

    —¿Qué? ¡Es posible! No es para nada común que la primera frase que escucharás de tu alma gemela sea "Probemos con un poco de sangre", John—se defendió, y John sabía que tenía razón. No era usual presentarse de esa forma; la frase escrita en el antebrazo de su hermana simplemente era "¡algún día serás mi esposa!", lo que, pensándolo bien, tampoco era muy común. Pero Harriet ya había encontrado a su alma gemela, era una chica castaña y pecosa llamada Amanda. Mike también había encontrado a su persona ideal, incluso se había casado hace poco. Y John... Prefería mantenerse soltero, más con una frase así tatuada en su abdomen.

    Todo el tema de las almas gemelas le ponía los nervios de punta. Al cumplir veintiuno una marca aparecer en alguna parte de tu cuerpo, con la primer frase que tu alma gemela te dirá al verte. Aquello era un arma de doble filo, porque al menos tenías la certeza de que había alguien más esperándote, pero la incertidumbre de saber si algún día la encontrarás seguía ahí.

    Era el vigésimo primer cumpleaños de John Hamish Watson.

    John esperaba no encontrarla.

    Podría ser una asesina.

    —O una cirujana—repitió Mike, rodando los ojos.—¿Los Watson son tan pesimistas todo el tiempo?

    —Quizá sea una vampiresa. ¡Serás como Bella! Aunque yo siempre fui Team Jacob— Harriet se encogió de hombros sin escuchar siquiera al hombre robusto que trataba de verle el lado positivo a la marca de John.—Sabes que bromeo, John. Quizá sea una cirujana.

    John frunció el ceño. No estaba de ánimos para soportar las bromas de su hermana y se le hacía tarde para ir a la universidad, así que simplemente se abrochó su camisa de cuadros, seguido de un suéter lanudo encima de ésta y se marchó a la universidad junto con Mike.

    —No puedo creerlo—bufó—¿"Probemos con un poco de sangre"? ¿Crees que sea de algún culto extraño donde hacen sacrificios?

    —No lo pienses demasiado. Quizá sea una clase de ligue que esté de moda cuando la conozcas, o... lo conozcas.

    John alzó una ceja.

    —¿Lo conozca? Mike, yo no soy gay.

    —Las marcas no te dicen el género de tu alma gemela, no hay que descartar opciones— Mike se encogió de hombros, sonriendo con tranquilidad. John sabía que el castaño se divertía con sus reacciones, pero no le gustaba la idea de que su alma gemela terminara siendo algún hombre extraño con fetiche hacia la sangre. Sería extraño.—Harriet consiguió una novia.

    —Pero Harriet sabía que le gustaban las chicas desde que tenía once años.

    Mike no dijo nada más y sólo suspiró. Ambos llegaron a la universidad y se separaron al escuchar el timbre que daba el comienzo de la jornada escolar. John se dirigió a la facultad de medicina y Mike a la de economía.