Imagina para Molly_Sweety

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Este va para @Molly_Sweety
Perdón por la tardanza 😅
¡Ojalá te guste!
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- ¿Se han peleado?
- Para nada. Es solo que necesitábamos un poco de tiempo solos, todo volverá a la normalidad en unas horas.
Estaba casi segura de que se habían enojado por algo. Conocía Carl, no se separaría de Enid por mucho rato si no estuviera enojado. Desde que habían empezado a salir vivían como pegados. Si Enid iba a algún sitio, Carl estaba a justo unos metros, si es que no estaba junto a ella y viceversa.
No podía evitar sentirme un poco celosa. Carl me gustaba, pero Enid era mi mejor amiga. No era decente desear al novio de tu mejor amiga.

- ¿Molly?
- ¿Eh?
Enid me sacó de mis pensamientos. Estábamos frente al muro que separaba Alexandria del resto del mundo exterior.
- ¿Puedo pedirte un favor?- preguntó Enid.
- Claro.
- Carl salió a buscar unas cosas y dijo que vendría a verme cuando volviera. Yo tengo que hacer otras cosas. Si lo ves, ¿podrías decirle que estoy en mi casa?
- ¿Estarás ahí cuando él vuelva?
- Lo más seguro es que si. Si no, que me espere ahí. ¿Podrías hacerme ese favor?
- Claro.

Enid regresó por donde vinimos y me dejó sola frente al muro. No tenía nada más que hacer, así que me senté en el pasto y empecé a arrancar pedazos de pasto y florecitas.

Pasó bastante rato hasta que vi que alguien se acercaba.
Era Carl.
- Hola, Molly.- saludó.
- Hola, Carl. ¿Encontraron algo?
- Unas cuantas pilas y dos cajas de galletas. Oye, ¿sabes donde está Enid?
- Sí, ya debería de estar en su casa.
- ¿Quieres venir conmigo? No es bueno quedarse sola aquí.

Caminamos por las calles de Alexandria buscando la casa de Enid.
- ¿Están bien?- pregunté.
- ¿Quién? ¿Enid y yo?
Asentí.
- Pues ella ha estado saliendo bastante sin mi. Sí tenemos algunos momentos solos, pero son bastante cortos antes de que ella tenga que salir a ayudar con algo. O viceversa. De hecho iba a hablar de esto con ella hoy. Espero que esté por aquí.

Cuando llegamos no había nadie.
- Me dijo que si no estaba aquí cuando llegaras que la esperaras aquí.- dije.
- De acuerdo. Gracias por acompañarme.
Se sentó en un sillón de la casa, resignándose a esperar a Enid. 
- No hay de que.- sonreí y salí por la puerta.

Estaba a punto de cerrarla cuando vi algo que me dejó helada.
A unos metros se podía distinguir a Enid y a Ron. Besándose. Y no se veían con intención de parar.
- ¿Molly?- preguntó Carl, mientras salía de la casa.- ¿Todo bien?
Quise impedir que viera lo que estaba pasando, pero ya era demasiado tarde.
Observé como su expresión se endureció mientras caminaba hacia donde estaban. Yo no podía hacer nada. Estaba demasiado sorprendida como para reaccionar.

Pasaron unos minutos en los que Carl y Ron se enfrentaron a palabras. Estaba demasiado lejos como para escuchar bien lo que decian. Después, se giró hacia Enid y también intercambiaron unas cuantas palabras. Finalmente, Carl se fue corriendo en dirección a su propia casa.
Ahí retomé el control de mis piernas y empecé a correr tras él.

Para cuando llegué, me había llevado mucha ventaja y ya había cerrado la puerta.
Quería entrar y consolarlo. Sabía lo que se sentía cuando te engañaban. Sin embargo, por más que toqué la puerta, nadie me abrió.

Derrotada, volví a mi casa.
Había sido un largo día y necesitaba pensar en muchas cosas. Carl rompió con Enid, eso es bueno. La situación por la que rompieron es lo que es malo. Tengo oportunidad de estar con él, eso es bueno. Que no sepa cómo decirle lo que siento es lo malo.
Lo que tengo que hacer es-
- ¡Molly!
Bendito seas, ser humano que ha interrumpido mis pensamientos.

- Hola, Glenn.
- Es algo tarde para andar merodeando por aquí, ¿no crees?
- ¿De qué hablas?
- Rick. Deanna. ¿La junta?
¡Demonios! Con todo lo que había pasado se me había olvidado. Rick y Deanna habían planeado una junta ese día para discutir algunas cosas que estaban pasando dentro de Alexandria.
- ¿Qué hora es?- pregunté alarmada. No me convenía que Rick se molestara conmigo por llegar tarde.
- Oye, tranquila- rió Glenn.- Quedan unos cinco minutos, pero deberíamos estar cerca del lugar antes de que empiece. Vamos, hay que conseguir buenos asientos.

Mientras caminábamos volví a pensar en Carl y Enid. Fue un golpe bajo por parte de ella. Ademas, ¿con Ron? ¿Su ex? No pudo haber sido más cruel. Digo, es mi amiga y todo, pero hay límites.
- ¿En qué piensas?- preguntó Glenn al verme tan callada.
- Carl.- susurré. Glenn lo pudo escuchar.
- ¿Carl?- rió en voz baja.- ¿Qué pasa con él?
- Todo.- respondí, ahora más apenada.
- Soy todo oidos.- dijo mientras se acercaba más a mí.

No sabía si decircelo. Podría chantajearme en cualquier momento con esta información tan peligrosa. De igual manera, Glenn era alguien de mi total confianza.
Suspiré.
- ¿Qué sentiste cuando conociste a Maggie por primera vez?...

Tengo un vago recuerdo de lo que pasó después.
Glenn se sentó a un extremo del lugar de la junta con Carl. Yo estaba al lado opuesto.
Pasamos a la junta frente a la fogata. No recuerdo que se discutió y que no. El calor que desprendía la fogata me hacía sudar ligeramente aquella noche de verano. Me quemaba más una mirada secreta a mis espaldas.

Cuando acabó la reunión, volví a casa. Ya estaba oscuro y las viejas luces anaranjadas en los porches de las casas iluminaban en parte el asfalto. Mis pisadas sonaban ligeramente cuando entraban en contacto con la grava suelta.
Me detuve a patear una piedra. Y en cuanto terminó de alejarse una corta distancia rodando por el camino, me giré al escuchar otro par de zapatos en la grava detrás de mi.
- ¿Es cierto?- preguntó.
Había poca luz, pero aún así podía distinguir el brillo en sus ojos azules.
- ¿Cómo lo sabes?
- Glenn me lo dijo. Ahora tú dime, ¿es cierto?

Es cierto que le debo a Glenn muchas cosas.
Le debo mi vida. No sólo a él, sino también a Maggie. Ellos fueron los que me encontraron y me integraron a su grupo de supervivientes cuando necesitaba ayuda. Gracias a él, sigo aquí.
Le debo el haberme presentado a mucha gente maravillosa. Gracias a él conocí a Carl.
Le debo el que me haya escuchado aquel día mientras caminábamos a la junta. Gracias a él, le debo el mejor beso de mi vida y la oportunidad de estar con alguien que realmente me ama.

Imaginas de Chandler Riggs y Carl Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora