Cortos NaruSasu

Caricias de Insomnio III

¡Volvió esta maldita perdida!

Eso dijeron ¿no?

Desde aquí siento como quieren darme amor a base de palos y piedras por tardar tanto.

¡Lo siento!

Pero ya estoy aquí, y con ustedes más de 10 mil palabras para que decidan si valió la pena la espera.

Espero sus opiniones según el desarrollo de este capítulo. Lo dejo leer ya.

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No es igual; pero es el mismo.

Itachi observó como si fuera una tortura la forma en que su padre deslizó aquel sobre anaranjado en el escritorio. De pie frente a él, frotó sus uñas sobre las palmas de sus manos, ansioso, incrédulo y algo enojado.

—Esperaba que fuera mentira— hace unos minutos le sacó el tema a su padre, buscando con cautela la raíz todo aquel asunto, nada lo había preparado para escuchar del mismo Fugaku aceptar la verdad al fin—Sospechaba que había algo mal en los expedientes de Sasuke, pero esto...— calló aguantando el coraje, miró a los ojos a su padre, esperando encontrar algo que le dijera que no era cierto, pero no había nada de eso —¿Cómo pudiste?

—Pude, porque no pensé en las consecuencias que ahora vivimos.

—¿Ahora te sientes mal por todo lo que provocaste?

—Siempre has sido un chico listo, Itachi— comentó sin responder a la pregunta de su primogénito —Siempre has hecho las cosas bien...— lo vio fruncir el ceño, lo conoce, sabe que él no está de acuerdo con sus palabras —No estoy esperando que esta vez te equivoques.

Lo comprendió. Entendió sus palabras, su enojo menguó al estar consciente de lo que podría ocasionar entregar esos papeles a su hermano. Sasuke no le dijo lo que quería hacer con ellos; está seguro de que su hermano no hará nada contra su padre, a pesar de ser el principal afectado, no hará nada... pero luego de Sasuke están los Namikaze, y por ellos no puede hablar.

—¿Sabes que con eso podrían hacerte pagar el daño que has causado?

—Lo sé— dijo aceptando lo que se le viniera encima —Deja que tu hermano decida.

—No es Sasuke de quien dependes— recalcó pensando que Fugaku estaba olvidándose de lo que le hizo a la familia de Naruto.

Se quedó en silencio. Fugaku tuvo mucho tiempo para pensar en sus acciones y las consecuencias que venían de la mano, aun así, solo hay una persona a la considera debe mostrarle su arrepentimiento.

—También lo sé, hijo.

Incluso ahora, Itachi estaba dudando, su padre pudo haber sido un maldito, pero no quiere verlo tras las rejas, mucho menos causarle más dolor a su madre. Soltó un suspiro, está cansado de ver cuán lejos están unos de otros en su familia, pero incluso él se mantiene distante de ciertos temas.

Le dio su palabra a Sasuke, le entregaría esos documentos y luego no se metería en su decisión. Tomó el sobre de la mesa.

—Que tengas buen día, papá— salió rápido, iría con su madre un rato antes de regresar a su departamento, seguro ella está muy preocupada por Sasuke.

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Otro amanecer llegó a despertarle con retraso, en esa cama de sabanas de revueltas y el espacio a su lado, vacío, pero aun conservando algo del calor de Naruto.