Cortos NaruSasu

Un cuento disparatado

Les traigo algo cortito, tontito y bien chistosito.

Según yo XD.

Estaba aburrida, y quería ver qué onda, cómo funcionaría la familia siendo cuatro.

Antes de empezar, aclaro que Sasuke es doncel. Menma tiene 10 años. Akari tiene 13 y la adoptaron cuando tenía 6.

Les dije que Akari iba a volver.

Fin del comunicado.

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Había una vez, un apuesto cazador...

—¿Cazador?— Naruto hizo la primera interrupción de la noche —¿Segura que no quieres un príncipe?

—¡No, no!— el más joven de la familia saltó en la cama —Nos quedamos con el cazador. Los príncipes se rompen fácil.

—Menma es un tonto, pero tiene razón. Además, en este cuento no habrá princesas.

—Yo soy el tonto, y tú la adoptada.

—Ay, voy a llorar. Sigo siendo mayor que tú, me debes respeto.

Ellos empezaron a discutir por millonésima vez en el día.

—Respétame es...

—Cuidado con lo vas a decir, jovencito— lo reprendió Naruto.

El niño hizo un puchero, que rápido se deshizo en una sonrisa cuando su otro padre salió del baño.

—¿No iban a contar un cuento?— les recordó Naruto, buscando escapar de la responsabilidad por lo que Menma iba a decir si no lo hubiera interrumpido a tiempo. Si Sasuke lo hubiera escuchado, Naruto ya estaría siendo ahorcado.

—Esto es lo que pasa cuando los dejamos tomar el control— se metió a la cama con ellos, junto a Akari —Te culpo totalmente.

—¡¿Qué?! Pero si esta fuiste tú el que se ablandó más rápido que yo. Eres injusto, Sasuke.

—Llora, pues.

—Tú vas a llorar al rato, bastardo...

—¡Oigan! Hay niños presente.

—Sigamos con el cuento, Akari.

Era un cazador de brujas. Tenía una hermosa familia. Un esposo doncel. Un lindo y obediente niño. Y un perrito.

—Oye, ¿No olvidas algo?— se quejó Akari.

Ah, sí. También un gatito.

—Menma...— ella insistió.

Entonces vino una bruja loca y fea, llamada Akari, y los amenazó. Entonces el señor cazador, la atrapó, la mató, la cortó en pedacitos y la quemó. Y todos vivieron felices por siempre ¡Y fin!

—Eres odioso ¿Lo sabías?

—A papá le gustó— señaló el pequeño demonio, a su padre riéndose.

—Naruto, deja de reírte.

—Pero...

—Menma es terrible contando historias.

—¡Tú eres terrible escuchándolas!

Sasuke cerró los ojos con paciencia. Mientras más crecían sus mocosos, más volátiles se hacían.

—¡Ya! Hagámoslo bien. Mamá ya se está durmiendo.

—¿No es el objetivo?

—¡No! Terminemos el cuento.